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Tener niveles altos de azúcar en sangre después de comer está relacionado con problemas de salud, como la diabetes, las enfermedades cardíacas y la obesidad. Investigaciones anteriores han demostrado que un tentempié unas horas antes de la comida puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre, lo que podría explicar en parte por qué lo primero que comemos cada día (es decir, el desayuno) tiende a aumentar los niveles de azúcar en sangre más que otras comidas posteriores.
Este estudio investigó si despertarse por la noche para consumir algo de proteína podría mantener los niveles de azúcar en sangre más bajos a la mañana siguiente. Sorprendentemente, la respuesta del azúcar en sangre al desayuno fue mayor cuando los participantes habían consumido proteínas en lugar de agua sola a las 4 de la madrugada.
Estos hallazgos inesperados pueden ser informativos para las personas que intentan mejorar su control de los niveles de azúcar en sangre.
Una explicación del resultado es que el cuerpo no espera ni necesita que se consuman muchos alimentos durante la noche, por lo que la propia proteína se convirtió en azúcar. Esto puede dar lugar a que el cuerpo tenga más carbohidratos ya disponibles al despertarse, de manera que la energía del desayuno puede utilizarse o almacenarse con menos facilidad, por lo que se acumula más en la sangre.
Los investigadores de la Universidad de Bath estudiaron a quince hombres y mujeres jóvenes y sanos (8 mujeres y 7 hombres). Se despertó a los participantes a las 4 de la mañana para que bebieran 300 ml de una solución de agua, con o sin 63 gramos de proteína de suero de leche.
Luego se volvieron a dormir y a las 9 de la mañana se les proporcionó una cantidad estándar de gachas de avena para desayunar, recogiéndose muestras de sangre durante 2 horas después para comprobar la respuesta de la glucosa en sangre.
Los participantes volvieron al laboratorio para hacer lo mismo una semana después aproximadamente, pero se les proporcionó la otra bebida por la noche (a las 4 de la madrugada) para poder comparar la respuesta de la glucosa al mismo desayuno en la misma persona y ver los efectos de la proteína nocturna.
Eleanor Smith, que presentó el trabajo, dijo: «En futuras investigaciones se analizará si esto se aplica a las personas mayores y con sobrepeso, que suelen tener más problemas para controlar sus niveles de azúcar en sangre. También sería interesante saber hasta qué punto nuestros hallazgos se deben a comer a una hora poco habitual o al tipo de proteína consumida».