4 consejos para una comunicación eficaz
Todo el mundo tiene su propio estilo de comunicación, pero muy pocas personas dominan la comunicación eficaz. Las fallas en la comunicación ocurren todo el tiempo, con consecuencias que van desde problemas sociales, sentimientos heridos y enojo hasta el divorcio e incluso la violencia. Entender la psicología que hay detrás de una buena comunicación puede ayudarnos a desarrollar nuevos hábitos, para hacer llegar nuestro mensaje de forma más efectiva.
La comunicación efectiva suele conseguirse siguiendo unas cuantas pautas importantes:
Establecer y mantener el contacto visual
El contacto visual juega un papel crucial en la comunicación. Mirar a la otra persona es una forma de obtener retroalimentación sobre puntos concretos. También se utiliza como señal de sincronización. Las personas tienden a levantar la vista al final de sus frases, buscando retroalimentación y dando a su compañero la oportunidad de retomar la conversación. Suele haber contacto visual durante los intentos de interrupción, las risas y al responder a preguntas cortas. También miramos hacia arriba al final de las pausas gramaticales. Los autoestopistas, los vendedores, los agitadores de latas de caridad y otros maximizan el contacto visual para aumentar la atención.
La falta de contacto visual, en cambio, señala vergüenza (miramos hacia otro lado para romper la conversación), castigo por mal comportamiento o falta de fluidez en nuestro proceso de pensamiento. Las personas se miran el 75% del tiempo cuando hablan, pero sólo el 40% del tiempo cuando escuchan. Se busca conseguir, y mantener, la atención de los demás. Los socialmente dominantes, los brillantes y los extrovertidos miran más al hablar que los socialmente torpes. Estos son sólo algunos ejemplos, pero hay una gran cantidad de literatura sobre la importancia del contacto visual y su significado.
Intenta enviar un mensaje claro
Hay una gran diferencia entre sólo decir algo, y decir algo con intención. Diga palabras que tengan sentido y que hagan entender lo que quiere decir. Ten en cuenta el objetivo, ya sea en una entrevista de trabajo, en una reunión de negocios o en una conversación con tu pareja. Cuando sabes a dónde vas con tus palabras, es mucho más probable que tu mensaje llegue con total claridad.
Sé receptivo a lo que dicen los demás
Muchos de nosotros entramos en las conversaciones con una agenda clara de lo que queremos. Aunque es bueno empezar a hablar y escuchar con un objetivo claro, recuerda ser flexible. Si no dicen exactamente lo que esperas oír, adáptate. Mientras hablan, asiente con la cabeza, sonríe o haz ruidos verbales afirmativos (mmhmm, sí, estoy de acuerdo). Ayuda a ser un oyente activo y a no desconectarse cuando la conversación no va en tu dirección. Incluso tratar de entender lo que el otro está tratando de decir o lo que siente -sin importar si tu interpretación es correcta- es suficiente para aumentar la satisfacción de la pareja.
Espera a que la otra persona termine
Todos conocemos a alguien a quien le gusta hablar sin escuchar; que parece pensar que lo que tiene que decir es tan fascinante para todos los que le rodean; que no parece entender que escuchar es una parte importante de la comunicación y la conexión con los demás.
Los mejores comunicadores saben que hay una especie de toma y daca entre el hablar y el escuchar, un reparto de quién es el hablante y quién es el oyente basado en el respeto mutuo y el cuidado de los sentimientos del otro. Algunas personas hablan de sí mismas porque creen sinceramente que son más interesantes que cualquier otra persona que conozcan. Pero muchas personas se sienten abrumadas por sus propios sentimientos y los alejan. En cualquier caso, los monólogos envían el mensaje equivocado a su oyente, mientras que una conversación bidireccional acerca a las personas.
Nunca subestimes el poder de una buena comunicación. A menudo, las personas que ocupan puestos de dirección o tienen poder -un político, un médico o una madre estricta- son excelentes comunicadores. Escucha a tu interlocutor, dale señales de que estás comprometido y habla con un mensaje claro. Verás la diferencia.
Fuentes:
Kleinke, C. (1986) Gaze and eye contact: Una revisión de la investigación. Psychologiccal Bulletin, Vol 100(1). 78-100 doi.org/10.1037/0033-2909.100.1.78
Cohen, S., Schulz, M., Weiss, E., Waldinger, R. (2012) Eye of the beholder: the individual and dyadic contributions of empathic accuracy and perceived empathic effort to relationship satisfaction. Journal of Family Psychology 26, 236-245.