Acortamiento óseo para la discrepancia en la longitud de las piernas
En algunos casos, la discrepancia en la longitud de las piernas puede corregirse acortando la pierna más larga. Por lo general, el acortamiento del hueso se limita a quienes han terminado de crecer y han alcanzado todo su potencial de estatura.
El acortamiento o la restricción de la pierna se considera para las diferencias más pequeñas en la longitud de la pierna (normalmente menos de 5 cm o 2 pulgadas). Se corta el hueso más largo y se elimina una sección. A continuación, se unen los extremos del hueso cortado.
Durante la cicatrización, es necesaria la fijación para mantener el hueso en su sitio. Se inserta una varilla metálica por el centro del hueso o se coloca una placa metálica con tornillos en el hueso. Esta varilla metálica suele retirarse al cabo de un año.
El acortamiento del hueso puede suponer riesgos importantes y, en el caso de una discrepancia en la longitud de las piernas, hará que toda su estatura potencial sea menor que si se utilizara la cirugía de alargamiento de piernas para lograr la igualdad de las extremidades. Si se elimina demasiada longitud de un hueso, la debilidad muscular puede ser un efecto secundario permanente. Además, existe el riesgo de que se produzca una no unión, cuando un hueso no sana correctamente, lo que provoca un dolor que puede durar meses o incluso años.
Después de la cirugía de acortamiento de huesos, es habitual pasar de dos a tres semanas en el hospital, y a veces se puede colocar una escayola en la pierna durante tres o cuatro semanas. La debilidad muscular es habitual, pero a menudo puede resolverse con fisioterapia. Por lo general, es necesario utilizar muletas durante seis u ocho semanas, y se puede tardar de seis a doce semanas en recuperar el control y la función normales de la rodilla.