Agua de Jamaica

Un estudio publicado en Journal of Human Hypertension demostraba que beber té de hibisco puede reducir la hipertensión en pacientes con diabetes de tipo 2. Los resultados del estudio demostraban que la presión sistólica media de quienes bebían té de hibisco bajó de 17,97 kPa al comienzo del estudio a 15,03 kPa al final, un mes después.

Un estudio sobre 65 sujetos publicado en 2009 halló que 3 tazas de té de hibisco diarias durante 6 semanas reducía la presión sistólica en 7 mmHg en pacientes prehipertensos y algo hipertensos. En aquellos cuya presión sistólica superaba los 129 mmHg, la reducción era de casi 14 mmHg. El autor principal del estudio señaló que las flores de hibisco contienen antocianinas, que se creen son compuestos activos contra la hipertensión, al actuar como inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA).

Un estudio publicada en 2007 comparaba los efectos del Hibiscus sabdariffa L. con los del lisinopril sobre pacientes hipertensos. El hibisco «decrementó la presión sanguínea de 146,48/97,77 a 129,89/85,96 mmHg, logrando una reducción absoluta de 17,14/11,97 mmHg (11,58/12,21%, p < 0,05)». «Las reducciones y la efectividad terapéutica fueron inferiores a las obtenidas con el lisinopril (p < 0,05)». Los autores concluyeron que el hibisco «ejerció una importante efectividad antihipertensora con un amplio margen de tolerancia y seguridad, al mismo tiempo que también redujo significativamente la actividad de la ECA en plasma y demostró una tendencia a reducir las concentraciones de sodio (Na) en suero sin modificar los niveles de potasio (K)». Atribuyeron el efecto reductor de la presión sanguínea del hibisco a su efecto diurético y su habilidad para inhibir la enzima convertidora de angiotensina mediante la presencia de anticianinas.

Un estudio de 2004 comparó la efectividad del hibisco con la droga inhibidora de la ECA captopril. Los autores hallaron que «los datos obtenidos confirman que el extracto estandarizado de H. sabdariffa, sobre 9,6 mg de total de anticianinas, y 50 mg de captopril diarios, no muestran diferencias significativas sobre el efecto hipotensor, efectividad antihipertensora ni tolerabilidad».

La química fármaco bióloga Yolanda Aquino y el Dr. Alfonso León Cruz, adscritos al Hospital General de Zona No. 1 en Oaxaca, con el apoyo del Instituto Mexicano del Seguro Social y del CONACYT, iniciaron estudios para demostrar la capacidad del agua de Jamaica para luchar contra el colesterol y triglicéridos en la hiperlipidemias. Durante 14 meses, administraron a pacientes entre los 30 y los 60 años, de ambos sexos y con triglicéridos altos una infusión de 10 gramos de flor de Jamaica en un litro de agua potable sin hervir. Los resultados arrojaron que en promedio se disminuyó el colesterol en un 35% y se perdieron entre 1 y 4 kilogramos, sin dietas adicionales ni ejercicios.