Aislamiento para la reproducción
En algunos casos, no existen barreras para el apareamiento entre miembros de diferentes especies. En estos casos, el cigoto formado se denomina híbrido. Sin embargo, incluso después de que se forme un cigoto híbrido, la reproducción puede no tener éxito. Cuando esa reproducción tiene éxito, los híbridos vivos suelen ser incapaces de reproducirse. La producción de una descendencia híbrida es costosa: la energía del apareamiento y de la producción de la descendencia todavía ha sido gastada por los padres, sin la herencia futura de su material genético a cambio.
Anormalidad de los cigotos híbridos
Aunque los gametos de diferentes especies pueden a veces fusionarse para producir un cigoto híbrido, estos cigotos son frecuentemente anormales. La mayoría no sobreviven hasta el nacimiento o la germinación. Los que lo hacen a menudo no se desarrollan normalmente y nunca alcanzan la madurez sexual. En estos casos, se dice que el apareamiento de especies diferentes no ha tenido éxito aunque se haya producido una descendencia porque ésta es incapaz de transmitir sus genes.
Infertilidad de los híbridos
Entre las crías híbridas que sí se desarrollan normalmente y alcanzan la madurez sexual, la mayoría son estériles, es decir, no producen gametos viables. Por ejemplo, las mulas son el resultado del apareamiento de un caballo con un burro. Nacen y se convierten en animales adultos normales y sanos, pero no pueden producir descendencia propia.
Baja viabilidad de los híbridos
A diferencia de las mulas, la mayoría de las crías híbridas que sobreviven a la fase de cigoto para nacer no son sanas. La mayoría muere antes de alcanzar la edad reproductiva. Al igual que con la producción de híbridos que no pueden madurar hasta convertirse en adultos reproductivos, la reproducción que da lugar a híbridos poco saludables que mueren antes de alcanzar la madurez sexual se considera infructuosa.