Antropología
Resumen
A lo largo de su existencia como disciplina académica, la antropología se ha situado en la intersección de las ciencias naturales y las humanidades. La evolución biológica del Homo sapiens y la evolución de la capacidad cultural que distingue a los humanos de todas las demás especies son indistinguibles entre sí. Mientras que la evolución de la especie humana es un desarrollo biológico como los procesos que dieron lugar a las demás especies, la aparición histórica de la capacidad de cultura inicia un alejamiento cualitativo de otras formas de adaptación, basado en una creatividad extraordinariamente variable y no directamente vinculada a la supervivencia y la adaptación ecológica. Los patrones y procesos históricos asociados a la cultura como medio de crecimiento y cambio, y la diversificación y convergencia de las culturas a lo largo de la historia, son, pues, focos importantes de la investigación antropológica.
A mediados del siglo XX, los distintos campos de investigación que separaban a los antropólogos en especialidades eran (1) la antropología física, que hacía hincapié en el proceso y la dotación biológica que distingue al Homo sapiens de otras especies, (2) la arqueología, basada en los restos físicos de las culturas pasadas y en las condiciones anteriores de las culturas contemporáneas, (3) la antropología lingüística, que hace hincapié en la capacidad única del ser humano para comunicarse mediante el habla articulada y las diversas lenguas de la humanidad, y (4) la antropología social y/o cultural, que hace hincapié en los sistemas culturales que distinguen a las sociedades humanas entre sí y en los patrones de organización social asociados a estos sistemas. A mediados del siglo XX, muchas universidades estadounidenses incluían también (5) la antropología psicológica, que hacía hincapié en las relaciones entre la cultura, la estructura social y el ser humano como persona.
El concepto de cultura como toda la forma de vida o sistema de significado de una comunidad humana era una idea especializada compartida principalmente por los antropólogos hasta la última mitad del siglo XX. Sin embargo, a principios del siglo XXI se había convertido en un lugar común. El estudio de la antropología como materia académica se había ampliado constantemente a lo largo de esos 50 años, y el número de antropólogos profesionales había aumentado con ello. El alcance y la especificidad de la investigación antropológica y la implicación de los antropólogos en el trabajo fuera de la vida académica también han crecido, dando lugar a la existencia de muchos campos especializados dentro de la disciplina. La diversidad teórica ha sido una característica de la antropología desde sus inicios y, aunque la concepción de la disciplina como «ciencia de la humanidad» ha persistido, algunos antropólogos se preguntan ahora si es posible salvar la distancia entre las ciencias naturales y las humanidades. Otros sostienen que los nuevos enfoques integradores de las complejidades del ser y el devenir humanos surgirán de nuevos subcampos que traten temas como la salud y la enfermedad, la ecología y el medio ambiente, y otras áreas de la vida humana que no ceden fácilmente a la distinción entre «naturaleza» y «cultura» o entre «cuerpo» y «mente».
La antropología en 1950 se constituyó -por razones históricas y económicas- como una disciplina que se encontraba principalmente en Europa occidental y Norteamérica. La investigación de campo se estableció como el sello de todas las ramas de la antropología. Aunque algunos antropólogos estudiaron las tradiciones «populares» de Europa y América, la mayoría se dedicó a documentar cómo vivía la gente en entornos no industriales fuera de estas zonas. Estos estudios minuciosos de la vida cotidiana de las personas en una amplia gama de circunstancias sociales, culturales, históricas y materiales fueron uno de los principales logros de los antropólogos en la segunda mitad del siglo XX.
A partir de la década de 1930, y especialmente en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, la antropología se estableció en una serie de países fuera de Europa occidental y América del Norte. En Japón, India, China, México, Brasil, Perú, Sudáfrica, Nigeria y varios otros países asiáticos, latinoamericanos y africanos se originaron trabajos muy influyentes en antropología. El alcance mundial de la antropología, junto con la espectacular expansión de los fenómenos sociales y culturales que trascienden las fronteras nacionales y culturales, ha provocado un cambio en el trabajo antropológico en Norteamérica y Europa. La investigación de los antropólogos occidentales se centra cada vez más en sus propias sociedades, y ha habido algunos estudios de sociedades occidentales por parte de antropólogos no occidentales. A finales del siglo XX, la antropología empezaba a pasar de ser una empresa académica occidental -y, según algunos, «colonial»- a otra en la que las perspectivas occidentales son regularmente cuestionadas por las no occidentales.
Ralph W. Nicholas