Apolo Anton OHNO
Sus primeros intentos revelaron que Apolo Anton Ohno tenía un enorme potencial. Pero tuvo que trabajar mucho y comprometerse para llegar al más alto nivel y comenzar una larga lista de éxitos, entre ellos el Campeonato del Mundo Junior en 1999. La primera medalla de campeón del mundo llegó ese mismo año entre los mayores.
¡Tres más dos son cinco, y tres son ocho!
La carrera olímpica de Apolo Anton Ohno comenzó en los Juegos de 2002 en Salt Lake City, con un oro en los 1.500 metros. Luego ganó una medalla de plata en los 1.000 metros, en una carrera cuyas imágenes se vieron en todo el mundo: los cuatro patinadores que iban en cabeza se cayeron en la última curva, lo que permitió al último patinador, el australiano Steven Bradbury, adelantarse a todos y terminar primero. Mientras tanto, Apolo Anton Ohno se recuperó de su caída para lanzarse sobre la línea de meta y llevarse la plata.
Durante su segunda participación en los Juegos, en 2006 en Turín, el estadounidense siguió dando que hablar. No sólo por su aspecto: barba de chivo, pelo largo y pañuelo, sino también por sus actuaciones. Subió tres veces al podio, primero como el hombre más rápido en los 500 metros; después, dos veces en tercer lugar: en los 1.000 metros y en los 5.000 metros con el equipo de relevos de Estados Unidos. En la última vuelta del relevo, mediante una soberbia maniobra, Apolo Anton Ohno rebasó al patinador italiano por el interior y le valió a su equipo la medalla de bronce.
Tras un año de descanso, el patinador de pista corta de primer nivel volvió a afilar sus cuchillas y se lanzó en busca de más medallas. En los Juegos de 2010 en Vancouver, las competiciones fueron extremadamente reñidas, con muchas caídas. Apolo Anton Ohno llegó a la final de todas sus pruebas. Aunque no consiguió un título olímpico, añadió tres nuevas medallas a su palmarés: plata en los 1.500 metros, y luego dos bronces, en los 1.000 metros y en el relevo.
De la pista de hielo a la pista de baile
Con ocho medallas olímpicas en tres ediciones de los Juegos, Apolo Anton Ohno es el deportista olímpico de invierno más laureado de su país. Con la veintena de medallas mundiales, es imposible que se las cuelgue todas al cuello. Pero si te encuentras con él una tarde, puedes proponerle una rápida zarabanda. Porque este maestro de la pista de patinaje es también un maestro de los bailes de salón. Los telespectadores de Estados Unidos ya han descubierto que no es ajeno a la samba, el tango y el pasodoble.