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La culpa es una emoción increíblemente poderosa. Hay una gran variedad de cosas por las que sentirse culpable: desde sentirse culpable por comerse el último trozo de pizza hasta sentirse culpable por alguien a quien hirió en su infancia. Algunos se preguntan cómo afecta la culpa a nuestra salud mental. ¿Puede afectarnos a largo plazo y hasta qué punto puede ser malo? Echemos un vistazo más de cerca.
El sentimiento de culpa es único respecto al sentimiento de tristeza o malestar: la culpa suele combinar sentimientos de vergüenza, ansiedad, frustración y humillación. Estas emociones pueden acumularse en nuestro interior y crecer con el tiempo, especialmente si nunca admitimos que hemos cometido una falta. La culpa puede afectar en gran medida a nuestro sentido de la autoestima.
La culpa puede ser una bestia esquiva y difícil de predecir. Algunos la sienten mucho más fuerte que otros. Los sentimientos de culpa son bastante comunes entre quienes padecen trastornos mentales, en particular ansiedad, depresión y TOC. El origen de los sentimientos de culpa puede ser cualquier cosa, pero la causa suele ser mucho más leve de lo que merecería una reacción emocional tan extrema. Por ejemplo, digamos que alguien con ansiedad severa se siente culpable por chismorrear sobre un amigo. La ansiedad alimenta el sentimiento de culpa, y esta persona podría acabar sintiéndose culpable durante días, semanas, meses e incluso años por este único incidente. La culpa adquiere vida propia mucho después de que el incidente haya perdido su relevancia. Es posible que quieran encontrar una manera de arrepentirse de su error, o que se escondan hasta que el sentimiento desaparezca. Algunas personas incluso son manipuladas para que se sientan culpables por amigos, parejas, jefes o familiares particularmente abusivos.
Independientemente de la procedencia de la culpa, el estrés de la culpa en sí puede tener un efecto grave en algunas personas. Aunque en su mayoría son psicológicos, algunos efectos físicos pueden incluir insomnio, pérdida de apetito y una sensación general de desánimo. La culpa comparte muchos síntomas con la depresión; y la depresión puede desarrollarse dentro de alguien con problemas severos de culpa. Por eso es increíblemente importante que las personas que tienen problemas con la culpa busquen ayuda. Si tienes problemas con el desagradable sentimiento de culpa, ¡habla con un profesional! Busca una terapia individual o de grupo, y practica el ser consciente de lo que realmente sucedió para causar tu opinión negativa de ti mismo. Lo más probable es que si pensaras en ti mismo de forma tranquila y racional, estarías de acuerdo en que no mereces sentirte tan mal como lo haces.