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La oruga de la polilla del nogal (Lophocampa caryae) es un insecto nativo de Norteamérica. Su área de distribución se encuentra en gran parte del este de Estados Unidos, desde Maine a Minnesota hasta Georgia y Texas. También se encuentran fácilmente en gran parte del sur de Ontario. No hay nada nuevo en ellas, ya que estas orugas han formado parte de nuestro paisaje desde antes de que los primeros humanos llegaran a esta zona.

Ciclo de vida y descripción
La fase larvaria (fase de oruga) de la polilla del nogal comienza siendo pequeña y relativamente discreta en las hojas de los árboles anfitriones. A medida que se alimenta y crece, se convierte en una oruga claramente difusa de color blanco y negro con mechones de pelos blancos situados a lo largo de su cuerpo (Fig.1).

Las polillas adultas son de color marrón amarillento marcado con manchas blancas, que recuerdan a las vidrieras. Las alas traseras son en su mayoría blancas. El cuerpo es peludo y de color marrón pálido. (Fig.2)

Una hembra adulta de la polilla del nogal deposita sus huevos en las ramas y hojas de los árboles que la albergan, normalmente a principios y mediados del verano (junio-julio). Los huevos eclosionan en julio y las pequeñas orugas comienzan a alimentarse de las hojas del árbol anfitrión. A medida que se acerca septiembre, las orugas abandonan su(s) planta(s) hospedera(s) y vagan en busca de un lugar para pupar, que suele ser la hojarasca del suelo. Es entonces cuando la mayoría de la gente las encuentra, especialmente en septiembre y octubre. Simplemente buscan un lugar donde hacer un capullo y en el que pasarán el invierno e hibernarán hasta la siguiente primavera. Este insecto sólo tiene una generación al año.

Hospedadores y comportamiento
Los árboles hospedadores principales de las orugas de la polilla del nogal incluyen el nogal, el nogal, el fresno, el olmo y el roble, pero también se han encontrado alimentándose del arce, el sauce, el tilo, el álamo, la acacia negra y el abedul.
Las orugas se alimentan de forma gregaria (en grupos) cuando son jóvenes. A medida que maduran, tienden a volverse más solitarias y comienzan a vagar. Es frecuente encontrarlas en el suelo, en la vegetación del sotobosque e incluso trepando por los revestimientos de las casas.
Sus poblaciones suelen ser reducidas, aumentando ocasionalmente en zonas localizadas. Las orugas pueden defoliar algún árbol ocasional, pero en general hacen poco daño al dosel del bosque.
Una estrategia de supervivencia de la oruga es confiar en su pelaje para protegerse de los depredadores. Los pelos pueden causar irritación e hinchazón si tocan zonas sensibles como las membranas mucosas alrededor de los ojos o la boca. Esta reacción puede imitar la sensación de una picadura de abeja.

Sin embargo, las afirmaciones de que estas orugas contienen veneno o toxicidad son falsas (Craig Biegler, naturalista del Highbanks Metro Park, Columbus, Ohio). Los pelos sólo suelen causar una reacción localizada (o dermatitis de contacto) en el lugar donde tocan la piel. Sin embargo, algunas personas son hipersensibles a los pelos de las orugas, lo que puede dar lugar a una erupción sistémica que se extiende a otras partes del cuerpo.

Es poco probable que las orugas se peguen a los individuos con estos pelos a menos que se sientan amenazados. A menudo se puede ver a los niños jugando suavemente con estas orugas sin efectos nocivos; Sin embargo, generalmente se aconseja evitar el contacto con orugas peludas o con púas con las que no esté familiarizado para evitar que se produzcan estas situaciones.

Prácticas de gestión específicas para el control de la polilla del nogal

Debido a que este insecto rara vez causa daños a la salud de los árboles, generalmente no se considera una preocupación de salud forestal. Si le preocupa este insecto y sus posibles efectos sobre la salud humana, póngase en contacto con Toronto Health Connection, en horario de oficina, ya que Silvicultura Urbana no proporciona tratamientos para este insecto basándose únicamente en su presencia. Si uno o varios árboles se ven afectados de forma significativa por este insecto, Silvicultura Urbana recomienda lo siguiente a los propietarios afectados:

  • Evite el contacto directo con las orugas para evitar que se produzcan posibles reacciones alérgicas.
  • No se asuste, ya que si las deja en paz, ellas también le dejarán en paz
  • Típicamente los árboles soportan la defoliación de este insecto y se recuperan bastante bien. Así que la opción de no hacer nada y dejar que el insecto siga su curso es una opción viable
  • Contacte y consulte con una empresa privada de arboricultura que recomiende y lleve a cabo las opciones de tratamiento disponibles.
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