Cáncer y dieta 101: cómo lo que comes puede influir en el cáncer
Es difícil demostrar que ciertos alimentos causan cáncer.
Sin embargo, los estudios observacionales han indicado repetidamente que el alto consumo de ciertos alimentos puede aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer.
Azúcar y carbohidratos refinados
Los alimentos procesados con alto contenido de azúcar y bajos en fibra y nutrientes se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer (2).
En particular, los investigadores han descubierto que una dieta que hace que los niveles de glucosa en sangre se disparen está asociada a un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, incluidos los de estómago, mama y colorrectal (4, 5, 6, 7).
Un estudio realizado en más de 47.000 adultos descubrió que aquellos que consumían una dieta alta en carbohidratos refinados tenían casi el doble de probabilidades de morir de cáncer de colon que los que llevaban una dieta baja en carbohidratos refinados (8).
Se cree que los niveles más altos de glucosa en sangre y de insulina son factores de riesgo de cáncer. Se ha demostrado que la insulina estimula la división celular, favoreciendo el crecimiento y la propagación de las células cancerosas y haciéndolas más difíciles de eliminar (9, 10, 11).
Además, los niveles más altos de insulina y de glucosa en sangre pueden contribuir a la inflamación del organismo. A largo plazo, esto puede conducir al crecimiento de células anormales y posiblemente contribuir al cáncer (9).
Esto puede ser la razón por la que las personas con diabetes – una condición caracterizada por altos niveles de glucosa e insulina en la sangre – tienen un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer (12).
Por ejemplo, su riesgo de cáncer colorrectal es un 22% más alto si usted tiene diabetes (13).
Para protegerse contra el cáncer, limite o evite los alimentos que aumentan los niveles de insulina, como los alimentos con alto contenido en azúcar y carbohidratos refinados (14).
Carne procesada
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) considera que la carne procesada es un carcinógeno, es decir, algo que causa cáncer (15).
La carne procesada se refiere a la carne que ha sido tratada para preservar el sabor sometiéndola a salazón, curado o ahumado. Incluye los perritos calientes, el jamón, el bacon, el chorizo, el salami y algunos embutidos.
Estudios observacionales han encontrado una asociación entre el consumo de carne procesada y un mayor riesgo de cáncer, en particular de cáncer colorrectal (16).
Una amplia revisión de estudios descubrió que las personas que comían grandes cantidades de carne procesada tenían un riesgo entre un 20 y un 50% mayor de padecer cáncer colorrectal, en comparación con las que comían muy poco o nada de este tipo de alimentos (17).
Otra revisión de más de 800 estudios descubrió que el consumo de tan solo 50 gramos de carne procesada al día -alrededor de cuatro lonchas de bacon o un perrito caliente- aumentaba el riesgo de cáncer colorrectal en un 18% (15, 18).
Algunos estudios observacionales también han relacionado el consumo de carne roja con un mayor riesgo de cáncer (19, 20, 21).
Sin embargo, estos estudios a menudo no distinguen entre la carne procesada y la carne roja sin procesar, lo que sesga los resultados.
Varias revisiones que combinaron los resultados de múltiples estudios encontraron que la evidencia que relaciona la carne roja sin procesar con el cáncer es débil e inconsistente (22, 23, 24).
Alimentos demasiado cocinados
Cocinar ciertos alimentos a altas temperaturas, como asar a la parrilla, freír, saltear, asar a la parrilla y hacer una barbacoa, puede producir compuestos nocivos como las aminas heterocíclicas (AH) y los productos finales de la glicación avanzada (AGE) (25).
La acumulación excesiva de estos compuestos nocivos puede contribuir a la inflamación y puede desempeñar un papel en el desarrollo del cáncer y otras enfermedades (26, 27).
Ciertos alimentos, como los alimentos de origen animal con alto contenido en grasas y proteínas, así como los alimentos muy procesados, son los más propensos a producir estos compuestos nocivos cuando se someten a altas temperaturas.
Entre ellos se encuentran la carne -sobre todo la carne roja-, ciertos quesos, los huevos fritos, la mantequilla, la margarina, el queso fresco, la mayonesa, los aceites y los frutos secos.
Para minimizar el riesgo de cáncer, evite quemar los alimentos y elija métodos de cocción más suaves, especialmente cuando cocine la carne, como al vapor, guisada o hervida. Marinar los alimentos también puede ayudar (28).
Los lácteos
Varios estudios observacionales han indicado que un consumo elevado de lácteos puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata (29, 30, 31).
Un estudio realizó un seguimiento de casi 4.000 hombres con cáncer de próstata. Los resultados mostraron que un consumo elevado de leche entera aumentaba el riesgo de progresión de la enfermedad y de muerte (32).
Se necesita más investigación para determinar la posible causa y efecto.
Las teorías sugieren que estos hallazgos se deben a una mayor ingesta de calcio, del factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1) o de las hormonas de estrógeno de las vacas preñadas, todos los cuales se han relacionado débilmente con el cáncer de próstata (33, 34, 35).
Resumen
Un mayor consumo de alimentos ricos en azúcar y carbohidratos refinados, así como de carne procesada y demasiado cocinada, puede aumentar el riesgo de cáncer. Además, un mayor consumo de lácteos se ha relacionado con el cáncer de próstata.