Cómo encontrar tu felicidad – PsychAlive
Cómo encontrar tu felicidad
Todos hemos visto alguna versión de esta escena: la niña en el parque infantil, cubierta de helado, con una diadema. Está rodeada de juguetes divertidos, padres aduladores y otros niños que gritan felices. Sin embargo, a pesar de que su mundo parece ser exactamente como ella querría, está fuera de sí sollozando con total angustia. No se trata de ilustrar la simple afirmación de que la felicidad no se puede comprar o que mimar a los hijos es malo. Lo que sugiero es que la mayoría de nosotros no somos tan diferentes de la niña del patio. A pesar de lo que podamos creer, a menudo no estamos buscando nuestra propia felicidad. Muchos de nosotros no nos conocemos lo suficientemente bien como para conceptualizar lo que realmente queremos. Nos conformamos con las nociones e ideales de nuestra sociedad, nuestra familia y otras influencias que pueden ahogar nuestro propio punto de vista. Nos pasamos la vida repitiendo patrones y cumpliendo recetas de nuestro pasado que no nos sirven en el presente. En mayor o menor medida, no conseguimos diferenciarnos, separarnos de las influencias externas limitantes y darnos cuenta de nuestro valor único en el mundo que nos rodea. Cuando estas fuerzas externas se filtran y nos superan silenciosamente, acabamos buscando la idea de felicidad de otra persona.
La clave de la propia felicidad está enterrada dentro del proceso de reconocer y diferenciarse de estas fuerzas. Por supuesto, hay cosas que nos han formado que son positivas. Hay rasgos que hemos asumido que nos fortalecen y mejoran nuestro sentido del yo. Sin embargo, la diferenciación no consiste en separarse de la sociedad o librarse de los modelos sociales positivos. Se trata de desprender las capas indeseables que nos protegen de alcanzar nuestro destino único y de vivir la vida que deseamos.
Hay cuatro pasos cruciales en este proceso de diferenciación desarrollado por mi padre, el psicólogo Dr. Robert Firestone. Explico estos pasos con más detalle en mi blog, «Convirtiéndote en tu verdadero yo», sin embargo, para resumir, implican:
- Separarse de las actitudes destructivas que fueron dirigidas hacia nosotros y que hemos interiorizado
- Diferenciarse de los rasgos negativos de nuestros padres y cuidadores influyentes
- Liberarse de las viejas defensas que construimos para hacer frente a los acontecimientos negativos de la infancia
- Desarrollar nuestro propio sistema de valores y enfoque de la vida
Hay muchas influencias de nuestro entorno temprano que interiorizamos, repetimos o adaptamos. Por ejemplo, imagina que tienes un padre narcisista que se comportaba de forma superior y dominante. Tal vez, se jactaba de sí misma, mientras te menospreciaba o te despreciaba por completo. Al crecer, puedes adoptar su punto de vista hacia ti mismo. Empezarás a tener pensamientos mezquinos o «voces internas críticas» que te dicen que eres inferior o que eres insignificante y sólo ocupas espacio.
También puedes correr el riesgo de repetir los rasgos negativos de tu progenitor, en cuyo caso, notarás que tienes tus propios pensamientos o sentimientos de superioridad o derecho. Tal vez actúes con las mismas actitudes condescendientes y críticas hacia tus hijos. Por último, si crecer con un progenitor narcisista te hizo sentir inadecuado, quizás tu defensa consistió en eludir la confrontación, refugiarte en tu caparazón o evitar destacar. Estas adaptaciones pueden haberte hecho sentir seguro en tu hogar, pero lo más probable es que estos mismos rasgos puedan estar perjudicándote o frenándote como adulto.
Estas influencias tempranas en nuestra vida hacen que los tres primeros pasos de diferenciación sean precursores importantes para vivir una existencia feliz, que refleje lo que realmente queremos ser. Una vez que nos despojamos de estas capas, podemos dar el cuarto paso y preguntarnos quiénes somos realmente. ¿Qué es lo que resuena en nosotros y da sentido a nuestra vida? Este último paso consiste en encontrar nuestra felicidad. ¿Qué acciones podemos llevar a cabo para descubrir lo que queremos de la vida? Puede parecer irónico destacar los principios generales de la felicidad cuando estoy sugiriendo que la clave de la felicidad es única para cada individuo. Sin embargo, en este proceso de diferenciación, hay ciertos principios de salud mental que todo el mundo puede adoptar para encontrar mejor su propia sensación de alegría y plenitud. Estos incluyen:
- La felicidad no viene de llenar nuestros días con cosas divertidas. Los estudios demuestran que las personas más felices son las que buscan el significado en lugar de sólo el placer. La búsqueda de la emoción y las gratificaciones instantáneas no funcionan, porque ofrecen curitas y subidones a corto plazo que no nos llenan a un nivel más profundo. Cuando llevamos una vida que tiene un significado particular para nosotros, nos sentimos más satisfechos y alegres.
- La felicidad implica objetivos trascendentes. Las personas suelen ser más felices cuando crean metas que van más allá de ellas mismas. Estos individuos muestran cuidado y preocupación por los demás y practican la generosidad. Los estudios demuestran que las personas obtienen más placer al dar que al recibir y que la generosidad puede conducir a vidas más largas y felices.
- Para buscar la felicidad, tenemos que darnos cuenta de nuestro poder personal. Es importante recordarnos constantemente el profundo efecto que sólo nosotros tenemos sobre nuestro destino. Esto significa tanto dejar de lado el equipaje de nuestro pasado como resistir cualquier impulso de hacernos las víctimas. Cuando reconocemos nuestro poder, tenemos un sentido mucho más fuerte de resiliencia y podemos manejar mejor cualquier dificultad que surja. De hecho, se ha descubierto que tener un sentido de poder en tu vida es uno de los factores clave para ser una persona resiliente.
- La felicidad implica madurez. Parte de ser un yo fuerte y diferenciado significa evitar desempeñar roles parentales o infantiles en relación con los demás. No podemos controlar a los demás, sólo a nosotros mismos, por lo que ser paternalistas con los que nos rodean nos llevará a mayores niveles de insatisfacción y nos impedirá centrarnos en los cambios que podemos hacer. Por otro lado, ser infantil y permitir que otros nos controlen, de nuevo, socava nuestro poder y potencial.
- La felicidad tiene un precio. Para sentir más alegría, debemos estar dispuestos a sentir más de todo. No podemos adormecer selectivamente el dolor sin adormecernos también al regocijo, la emoción y el placer. La condición humana es dolorosa, y debemos estar dispuestos a sentir nuestra tristeza, nuestra ira y nuestros miedos para vivir una existencia vital y apasionada.
- La felicidad significa estar dispuesto a evolucionar. Estamos más vivos cuando nos expandimos y probamos cosas nuevas. Piensa en una pareja que se enamora. Hacen crecer el mundo del otro. Están abiertos a nuevas experiencias, actividades, emociones y amigos. ¿Qué ocurre cuando caen en la rutina y empiezan a imponerse restricciones el uno al otro? Sus mundos empiezan a reducirse. Se quedan dentro, ponen reglas y pierden su sentido de la independencia, e incluso, de la atracción. La felicidad significa mantener su interés en opciones nuevas y vivas que mantengan viva la chispa en su interior.
Cuando observamos estos principios, nos damos cuenta rápidamente de que buscar la felicidad no es egoísta. Cuando somos individuos auténticos, felices y realizados, somos mucho mejores para las personas que nos rodean y para la sociedad en general. Somos mejores padres, mejores parejas, mejores jefes, compañeros de trabajo, amigos y ciudadanos. A medida que seguimos el camino que nos forjamos, podemos esperar que se filtren viejas influencias y que las voces críticas internas inunden nuestras cabezas. Sin embargo, encontrar nuestra felicidad significa silenciar estos demonios y celebrar el ser humano único y digno que hay debajo. Como dijo el autor Howard Thurman: «No te preguntes qué necesita el mundo. Pregúntate qué es lo que te hace revivir y luego hazlo. Porque lo que el mundo necesita es gente que haya cobrado vida.»
Mira este vídeo de pizarra sobre la diferenciación
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Sobre la autora
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Nice article
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