Cómo limpiar las zapatillas de lona
Todos hemos pasado por eso, por ese momento en el que miras tus zapatillas blancas brillantes y te das cuenta de que ya no son tan brillantes y nítidas. No hay necesidad de salir corriendo a comprar un par nuevo: es súper sencillo limpiar tus zapatillas de lona.
Piensa en tus zapatillas de lona como lo harías con cualquier otra prenda de algodón y límpialas en consecuencia. No dejarías que una mancha perdurara en tus pantalones indefinidamente, la limpiarías lo antes posible: haz lo mismo con tus zapatillas. Desde las lavadoras hasta el uso de un viejo cepillo de dientes, tenemos todos los trucos que necesitas para mantener tus zapatillas relucientes. (Nota al margen: aquí sólo hablamos de zapatillas de lona – no metas tus zapatillas de ante en la lavadora, no acabará bien.)
Más vale prevenir que curar
No tienes que meter en cajas tus zapatos de verano cuando llegue el otoño, pero sí es buena idea prestarles más atención antes de salir de casa. Si rocías tus zapatos con un protector de tejidos (asegúrate de dejarlo secar completamente) antes de ponértelos por primera vez, será más difícil que la suciedad y las pequeñas marcas se adhieran. También puedes utilizar cera de abeja para dar una capa de protección. Frota los zapatos por todas partes con cera de abejas y luego pásale un secador de pelo para que se fije antes de ponértelos. Voilà, zapatos protegidos.
Trucos rápidos
Deja que el barro o la suciedad se sequen antes de intentar atajarlos, y luego cepilla el exceso. Dependiendo de lo dura que sea la mancha, puedes usar una toallita facial para darle una limpieza rápida o probar la técnica de la pasta de dientes. Frota la pasta de dientes (sin gel blanco) en la mancha con un cepillo de dientes, déjala durante diez minutos y luego límpiala con un paño húmedo. Es genial para las manchas difíciles.
Maneja con cuidado
El lavado a mano es una de las mejores, y más suaves, maneras de limpiar tus zapatos. Llena un cubo o fregadero con agua tibia y 1 ó 2 cucharadas de detergente no biológico, y crea una espuma. Sostén cada zapato sobre el agua y restriega con un cepillo de cerdas suaves (una esponja para lavar o un cepillo de dientes también sirven), sumérgelos brevemente en el agua para enjuagarlos y repite el proceso hasta que estén limpios. Aclara los zapatos -evita sumergirlos demasiado tiempo- y utiliza una toalla vieja para secarlos y exprimir toda la humedad. Rellena con papel de seda para mantener la forma, y deja que los zapatos se sequen al aire. Limpia los cordones por separado, y vuelve a atarlos cuando estén secos.
Una limpieza mayor
No tengas miedo a la lavadora. Es perfectamente aceptable meter tus zapatillas de lona en la lavadora, pero ten en cuenta algunas cosas. Quita primero los cordones: es mejor lavarlos por separado. Intenta eliminar la mayor cantidad posible de barro y suciedad cepillando primero. A continuación, mételos en la lavadora, idealmente con una toalla vieja para que no se golpeen demasiado. Lávalos en frío con un detergente no biológico. A continuación, deja que se sequen de forma natural, si es posible al aire libre. No metas tus zapatos en la secadora, por un lado es malo para el planeta, pero sobre todo es malo para tus zapatos: derretirá el pegamento, lo que significa que perderán su forma y no durarán tanto.
Palabras: Nadia Balame-Price
Fotografía: Lola & Pani
Estilismo: Brooke Philips