Comunicación no verbal: aspectos observados durante la consulta de Enfermería con el paciente ciego
Comunicación no verbal: aspectos observados durante la consulta de Enfermería con el paciente ciego1
Comunicación no verbal: aspectos observados durante la consulta de Enfermagem com o paciente cego
Comunicación no-verbal: aspectos observados durante la consulta de Enfermería con el paciente ciego
Cristiana Brasil de Almeida RebouçasI; Lorita Marlena Freitag PagliucaII; Paulo César de AlmeidaIII
IRN. Maestría en Ciencias, Programa de Posgrado en Enfermería /UFC. Estudiante de Doctorado en Enfermería, Universidad Federal de Ceará.
IIProfesor Titular del Departamento de Enfermería de la UFC. Investigadora del CNPq. Coordinadora del Proyecto LabCom_Saúde/ CNPq.
IIProfesor. Doctor en Estadística, UFC.
RESUMEN
Estudio exploratorio-descriptivo sobre la comunicación no verbal entre enfermeros y pacientes ciegos durante las consultas de enfermería a pacientes con diabetes, basado en el marco teórico de referencia de Hall. Los datos se recogieron mediante la grabación de las consultas. Las grabaciones se analizaron cada quince segundos, totalizando 1.131 momentos de comunicación no verbal. El análisis muestra la distancia íntima (91,0%) y la posición sentada (98,3%); no hubo contacto en el 83,3% de las interacciones. Los gestos emblemáticos estuvieron presentes, incluidos los movimientos de las manos (67,4%); las miradas se desviaron del interlocutor (52,8%) y se centraron en él (44,4%). En todas las grabaciones, se produjeron considerables interferencias en el momento de la interacción enfermera-paciente. Las enfermeras necesitan conocer y profundizar en los estudios de comunicación no verbal y adecuar su uso al tipo de pacientes atendidos durante las consultas.
Palabras clave: Comunicación No Verbal. Enfermería. Ceguera.
Resumen
Estudio exploratorio-descriptivo sobre la comunicación no verbal entre el enfermero y el ciego durante la consulta de enfermería al diabético, a partir del referente teórico de Hall. Recogida de datos con filmación de la consulta, analizada cada quince segundos, totalizando 1.131 momentos de comunicación no verbal. El análisis muestra la distancia íntima (91,0%) y la postura sentada (98,3%); en el 83,3% de las interacciones no hubo contacto. Están presentes el gesto emblemático de mover las manos (67,4%); la mirada alejada del interlocutor, (52,8%) y la mirada centrada en el interlocutor (44,4%). En todos los tiroteos, hubo una considerable interferencia en el momento de la interacción enfermera-paciente. Se concluye, que la enfermera necesita conocer y profundizar los estudios en comunicación no verbal y adaptar su uso al tipo de pacientes atendidos durante las consultas.
Palabras clave: Comunicación no verbal. Enfermería. Ceguera.
Resumen
Estudio exploratorio y descriptivo sobre comunicación no verbal entre el enfermero y el paciente ciego durante la consulta de enfermería al diabético, desde el referencial teórico de Hall. Colecta de datos con filmación de la consulta, analizadas a cada quince segundos, totalizando 1.131 momentos de comunicación no-verbal. El análisis muestra alejamiento íntimo (91,0%) y postura sentada (98,3%), en 83,3% de las intervenciones no hubo contacto. Estubo presente el gesto emblemático mover las manos (67,4%); el mirar desviado del interlocutor (52,8%) y al mirar centrado en el interlocutor (44,4%). En todas las filmaciones, hubieron interferencias considerables en el momento de la interacción enfermero y paciente. Concluyese que el enfermero precisa conocer y profundizar los estudios en comunicación no-verbal y adecuar su utilización al tipo de pacientes asistidos durante las consultas.
Palabras clave: Comunicación No verbal. Enfermería. Ceguera.
INTRODUCTION
In all manifestations of life, communication is present and represents an essential element for interaction between human beings. The communication process is a basic instrument in social experience. Así, para que se produzca la comunicación, debe existir la comprensión ya que, de esta forma, las ideas, imágenes y experiencias se trasladarán a un espacio común (1). En este proceso se establecen relaciones sociales, entendidas en la comunicación interpersonal, donde se intercambian experiencias, sentimientos, emociones y descubrimientos. Básicamente, la comunicación puede clasificarse en verbal y no verbal (2). Mientras que la comunicación verbal es completamente voluntaria, la de tipo no verbal puede ser una reacción involuntaria o un acto comunicativo intencional.
La comunicación no verbal se refiere a los mensajes enviados por acciones y comportamientos humanos en lugar de palabras, representando la mayoría de los mensajes enviados y recibidos, a través de expresiones faciales, manierismos, voz, actitud y vestimenta. Este tipo de comunicación se produce principalmente en los encuentros personales.
Los signos no verbales pueden clasificarse en: cinéticos, proxémicos y paralingüísticos. La cinética estudia los movimientos corporales, la proxémica la posición del cuerpo y las relaciones espaciales y el paralenguaje se centra en el estudio de la voz y la vocalización. Muchos comportamientos no verbales se interrelacionan en un mensaje, ya que un solo movimiento corporal por sí mismo rara vez comunica un significado (3).
En la prestación de cuidados de enfermería a los pacientes, la comunicación facilitará la consecución de los objetivos de los cuidados(4). La comunicación debe verse en el contexto de relación en el que se produce, ya que carece de sentido cuando se saca de su contexto. Debe planificarse en función de los clientes, de cada interacción y de cada persona en particular.
En las consultas a personas ciegas, las enfermeras pueden adoptar técnicas terapéuticas, como el uso del silencio, por ejemplo, ya que la comunicación no verbal también se produce en estos momentos y valida los mensajes enviados y recibidos por ambas partes. En esta interacción, los enfermeros videntes perciben tanto la comunicación verbal como la no verbal enviada por los ciegos. Sin embargo, estos profesionales deben prestar atención a su expresión gestual, ya que los signos no verbales que envían a los ciegos no hacen referencia a lo que expresan verbalmente. Por otro lado, los signos no verbales enviados por los ciegos pueden tener un significado diferente para una persona vidente, ya que dependerá del contexto social y de las experiencias visuales o no que las personas vivan a lo largo de la vida.
La discapacidad visual puede dificultar la relación enfermera-paciente y poner en peligro el trabajo de estos profesionales en la orientación del paciente, la adherencia al tratamiento, la comprensión y la interpretación de la comunicación. Interfiere en la comunicación enfermera-paciente, ya que la visión es uno de los principales sentidos en la recepción de la comunicación no verbal. Por ello, este estudio tuvo como objetivo analizar la comunicación no verbal de las enfermeras con los pacientes ciegos durante las consultas de enfermería (7).
MARCO TEÓRICO
Los estudiosos han estudiado la comunicación no verbal, también conocida como la teoría de los signos no verbales. En este estudio se eligió la Teoría de la Proxémica de Hall (6), que evalúa la postura corporal y las relaciones espaciales de los individuos como una elaboración de la cultura en la que están insertos.
Esta teoría recomienda ocho factores analíticos, que constituyen sus categorías primarias: 1) Postura-género: género de los participantes y posición básica de los interlocutores (de pie, sentado, acostado). 2) Eje sociofugal-sociopetal: mientras que el primero desaconseja la interacción, el sociopetal implica lo contrario; se analiza el ángulo de los hombros en relación con la otra persona, y la posición de los interlocutores como cara a cara, de espaldas o en cualquier otro ángulo. 3) Kinestésico: contacto físico a corta distancia, como tocar o rozar la piel y la posición de las partes del cuerpo. 4) Comportamiento de contacto: relaciones táctiles, como acariciar, agarrar, sentir, sostener de forma prolongada, presionar contra, tocar un punto, rozar accidentalmente o no tener contacto físico. 5) Código visual: el modo de contacto visual en las interacciones, como el ojo a ojo, o la ausencia de contacto. 6) Código térmico: calor percibido por los interlocutores. 7) Código olfativo: características y grado de olor percibido por los interlocutores. 8) Volumen de la voz: percepción del volumen e intensidad de la voz por parte de los interlocutores.
Además de estudiar varios tipos de signos y rasgos distintivos relacionados con el uso del espacio en las relaciones humanas, la proxémica considera cuatro distancias interpersonales: la distancia íntima (de 0 a 50cm), que implica el contacto físico, el calor humano, la transmisión de olores y los encuentros personales más íntimos; la distancia personal (de 50cm a 1,20m): aunque cercana, el contacto físico puede no producirse y los olores y el calor corporal pueden dejar de sentirse. En la distancia social (de 1,20m a 3,60m), no hay contacto físico, pero sí visual con el interlocutor; la distancia pública (más de 3,60m) se da en charlas y conferencias en público, sin contacto visual individual pero sí colectivo.
METODOS
Este estudio exploratorio, descriptivo y cuantitativo analizó la comunicación no verbal entre las enfermeras y los pacientes ciegos con el fin de apoyar las intervenciones y mejoras de calidad en la prestación de cuidados a estos clientes. El proyecto fue elaborado de acuerdo con las directrices del Consejo Nacional de Salud para la investigación con seres humanos, según lo establecido en la Resolución 196/96 del Ministerio de Salud de Brasil (6), y aprobado bajo el protocolo Nº 327/04. La recolección de datos se inició después de que las enfermeras, los pacientes ciegos y sus acompañantes firmaran el Término de Consentimiento Libre e Informado.
La investigación se llevó a cabo en una unidad de salud secundaria en Fortaleza-CE, que es una institución estatal de referencia para la atención de la diabetes y la hipertensión (5). Se incluyó al personal de enfermería que prestaba atención a pacientes con diabetes, enfermedad que puede causar enfermedades oculares como cataratas, glaucoma y retinopatía diabética. La elección de este servicio se justifica por el hecho de que los diabéticos ciegos eran objeto de seguimiento en la institución. Estos pacientes diabéticos ciegos se seleccionaron mediante una muestra de conveniencia, que incluía a pacientes con diagnóstico médico de ceguera, que fueron atendidos por enfermeras que aceptaron participar en la investigación. Los criterios de inclusión fueron ceguera y edad mayor de 18 años, considerando la ética y la aptitud para la toma de decisiones.
Los datos se recogieron entre febrero y abril de 2005, utilizando una cámara para filmar las consultas de enfermería entre la enfermera y el paciente ciego. Así, se archivaron los datos no verbales para su análisis. Las grabaciones se realizaron en la sala de consulta de enfermería. La cámara se colocó estratégicamente en un trípode fijo. Durante la atención, un investigador permaneció dentro de la consulta, sin interferir en la comunicación.
El instrumento de análisis de datos para evaluar la comunicación no verbal de las enfermeras con los ciegos se elaboró a partir del marco teórico de referencia de Hall (7) y se denominó Comunicación no verbal enfermera-ciego (CONVENCE)(8). El CONVENCE evalúa la Distancia Espacial, como primera categoría o variable, dividida en cuatro subcategorías. Estas son: 1. Distancia, clasificada como íntima, personal, social y pública; 2. Postura, delimitada como: de pie, sentado, acostado; 3. Eje, identificado como: cara a cara, de espaldas, otro ángulo, sociofugal y sociopetal; 4. Contacto, denominado: tocar, acariciar, agarrar, sentir, sostener prolongadamente, presionar contra, tocar de forma puntual, rozar accidentalmente y no tener contacto físico. La segunda categoría, comportamiento social, se subdividió en: 1. Gestos emblemáticos, clasificados como resistir, mover las manos y otros; 2. Gestos ilustrativos: complementan o no la comunicación verbal; 3. Gestos reguladores: asentir con la cabeza, mover los ojos y otros. La tercera categoría, denominada Comportamiento facial, contenía: perplejidad, asco, alegría, miedo, ira, tristeza y otros. La cuarta categoría, Código visual, abarcaba dos subdivisiones de Apertura de ojos: sorpresa, alegría, tristeza y otros; y Dirección de los ojos: centrados o desviados del interlocutor. La quinta, Sonoridad de la voz, se clasificó en susurro, grito, normal y silencio.
Las grabaciones fueron analizadas por tres expertos, que vieron las películas y evaluaron las categorías no verbales del instrumento de comunicación. Los niveles de acuerdo entre las respuestas de los expertos oscilaron en torno al 80%. Los investigadores adoptan este índice, entre otras cosas porque la subjetividad en esta línea de investigación nunca permite una fiabilidad clara entre los expertos (8).
Todos los expertos vieron la versión completa de la película y, tras esta fase, la analizaron como se había establecido previamente. Los datos se analizaron como frecuencias absolutas a través de una tabla univariante con frecuencias relativas y porcentajes, procesada en el software Stats Direct (ST).
Resultados
Se analizaron cinco consultas, realizadas por cuatro enfermeras. Cada grabación fue analizada cada quince segundos, totalizando una muestra de 1.131 análisis de comunicación no verbal. La duración media de las grabaciones fue de diecinueve minutos, oscilando entre quince y veinticuatro minutos.
La tabla 1 muestra las frecuencias absolutas y los porcentajes de las categorías de signos no verbales analizados a través del CONVENCE.
DISCUSIÓN
Las personas ciegas tienen derecho a recibir cuidados de enfermería especializados. Para que estos cuidados tengan éxito, las enfermeras deben desarrollar habilidades específicas para comunicarse con los ciegos. Esto puede preservar y aumentar la eficacia de los cuidados sanitarios (5). Como se ha mencionado anteriormente, la comunicación no verbal permite la expresión directa de sentimientos y emociones, y sus funciones son complementar, contradecir y sustituir la comunicación verbal (9).
Durante las relaciones interpersonales, como en las consultas de enfermería, se puede percibir la expresión de estos signos no verbales. Las distancias que se mantienen en una interacción pueden variar según la cultura y las características de las personas (género, estatura). La distancia ideal para que latinos y europeos mantengan un diálogo es diferente. Una distancia muy cercana puede considerarse una invasión de la propia intimidad, mientras que una distancia demasiado lejana puede interpretarse como una falta de interés.
Los expertos discreparon sobre el volumen de la voz y las subcategorías gestos emblemáticos y reguladores y apertura ocular. Se puede inferir que este resultado se derivó del gran número de respuestas no observadas durante las escenas. La sonoridad de la voz se refiere a una respuesta más subjetiva, ya que, según un experto, la enfermera hablaba normalmente, mientras que otro consideraba que susurraba y viceversa. Además, la sonoridad se vio influida por la técnica de grabación y el tipo de entorno, ya que las grabaciones se realizaron en el entorno real de la consulta.
En cuanto a la distancia espacial, predominó la distancia íntima (91%), seguida de la distancia personal (7,9%) y de los casos en los que la enfermera no se veía o no aparecía en la imagen (1,1%). La enfermera debe mantener una distancia que demuestre interés (10). Na actitud capaz de inducir aproximación puede ser muy importante durante un contacto inicial, cuando la relación enfermera-paciente aún no existe (11).
Durante las consultas, la posición sentada fue predominante (98,3%) en las imágenes analizadas. Cuando el emisor y el receptor mantienen la misma actitud, significa que están en sintonía, compartiendo el mismo ritmo, nivel de interés y movimiento. La postura revela el tipo de relación que se establece con el otro, demostrando dominio o sumisión, territorialidad, intensidad de la relación e intentos de fortalecer el vínculo (5). Durante las consultas de enfermería, la posición sentada es cómoda para realizar la anamnesis, registrar en la ficha del paciente lo que dice y expresa, medir los niveles de glucosa y comprobar la presión arterial. La literatura recomienda que la postura adecuada debe manifestar disponibilidad (10).
La posición del cuerpo refleja los pensamientos y sentimientos. Estos últimos se comunican a través del lenguaje del comportamiento (12). En cuanto al eje/posición, el 57% de las interacciones se relacionan con otro ángulo, el 39,3% con la posición cara a cara, y ausente/otra en el 3,7%. En cuanto a la posición de los hombros hacia la otra persona, del total de interacciones, el 78,9% demostraron ánimo o fueron sociopetales, el 18% mostraron desánimo o fueron sociofugales, y este aspecto estuvo ausente en el 3,1%. En un entorno restringido, se tiende a mirar menos a la otra persona (9). Por ello, las posturas más detectadas durante las consultas fueron los diferentes ángulos entre emisor y receptor.
La evaluación del contacto mostró interacciones sin ningún tipo de contacto (83,3%), pero se produjeron toques o roces localizados en el 12,4%. El contacto del ser humano con el mundo se inicia a través de los sentidos, que son capaces de transmitir placer y displacer (13).
Tocar los objetos permite obtener una percepción precisa de sus formas y texturas. Esta sensación no se limita a la mano, sino que se extiende por todo el cuerpo humano (13). Entre todas las sensaciones, el tacto es la que se experimenta de forma más personal y puede definirse como la facultad de la piel para emitir y detectar sensaciones. Al estar extraordinariamente desarrollado, se cree que, en el pasado, el tacto contribuyó de forma decisiva a la supervivencia de la humanidad. Y todavía desempeña un cierto papel en este sentido. Los ciegos, por ejemplo, perciben la luz del día o el frío de la noche mediante sensaciones térmicas (6).
El tacto puede tener diferentes significados tanto para las enfermeras como para los pacientes. Cuando se utiliza como objeto de humanización de los cuidados, puede convertirse en una fuente de apoyo para minimizar el sufrimiento de los pacientes y crear un vínculo afectivo, con vistas a prestar una mejor forma de cuidados (14). Un toque firme y seguro vale más que las palabras (15). Las enfermeras deben ser conscientes de la importancia de este recurso en la humanización de los cuidados a los clientes y deben utilizarlo eficazmente, para evitar que se convierta en un acto mecánico, en una fuente de distanciamiento entre enfermeras y pacientes y en una barrera en el proceso de comunicación.
El comportamiento social incluye gestos emblemáticos, ilustrativos y reguladores. Los gestos emblemáticos son culturales, aprendidos y pueden expresar directamente lo que se pronuncia verbalmente. Estos gestos se apoyan en diferentes partes del cuerpo, principalmente las extremidades superiores y la cabeza. Las características de esta gestualidad están presentes en una amplia gama de culturas (9). En esta investigación, el gesto más observado fue el de mover las manos (67,4%).
Las personas mueven las manos cuando tienen dificultades para expresarse o cuando sus esfuerzos por hacerse entender son enormes (16). Las enfermeras gesticulaban para intentar que el paciente ciego entendiera lo que se estaba expresando. Como los pacientes ciegos no tienen capacidad visual, estos profesionales deben prestar atención para explorar otras formas de comunicación.
Los gestos ilustrativos se aprenden por imitación. Acompañan al discurso enfatizando una palabra o frase pronunciada (9). Este tipo de gestos se refiere a las señales enviadas por las manos y los brazos. Puede haber más de 700.000 signos diferentes (16). Los gestos ilustradores de las enfermeras complementaron (50%) o no complementaron (45,1%) la comunicación verbal.
Los gestos reguladores regulan y mantienen la comunicación entre las personas y guían al emisor para que continúe, repita, elabore y dé oportunidad a otras personas de hablar (16). En el 51,4% se identificó la ausencia de contacto/no se observó, en el 24,1% los movimientos oculares y en el 15,6% las inclinaciones de cabeza, mientras que en el 8,9% este aspecto estuvo ausente o se observaron otras categorías. Asentir con la cabeza refuerza el discurso de la otra persona y mover los ojos hacia ella refuerza el discurso, mientras que desviarlos lo inhibe. Estos gestos están en la periferia de nuestra conciencia y, por tanto, son difíciles de inhibir, ya que los movimientos corporales son involuntarios. El resto del cuerpo y su posición frente a otras personas revelan lo que hay de inconsciente en el individuo (10).
La cara es la parte más expuesta del cuerpo humano, donde las emociones son más explícitas y se demuestran con mayor claridad. El estudio de las expresiones faciales humanas es difícil, porque los movimientos suelen ser extremadamente sutiles y efímeros y porque son innatos o hereditarios, aunque pueden modificarse parcialmente por aprendizaje o imitación (17).
Algunas expresiones son fácilmente reconocibles, pero cada persona puede juzgarlas de forma diferente, según su capacidad imaginativa y su forma de actuar. Las expresiones se analizan mejor cuando no están influidas por la imaginación. Además, los músculos faciales son bastante confusos. Su estructura física es muy variable, por lo que es difícil encontrar músculos iguales en media docena de individuos (17). El estudio de las expresiones faciales de los niños ciegos y sordos permitió observar la sonrisa, la risa, la ira y algunas otras expresiones fundamentales, lo que demostró que estos comportamientos son innatos. Además, desde el punto de vista cultural, las principales expresiones mímicas exhibidas por personas de diferentes países presentan importantes similitudes (18).
Las expresiones faciales de las enfermeras durante las consultas no se observaron (44,1%), o mostraban atención (13,7%) y alegría (8,6%), o estaban ausentes/otras (33,6%). Las expresiones faciales están interrelacionadas con el contexto en el que se produce la interacción. El rostro también se considera el mejor «mentiroso» en la comunicación no verbal, ya que es la zona del cuerpo de la que las personas son más conscientes y donde los intentos de control son más constantes (9). Los movimientos de la cara otorgan vivacidad y energía a las palabras, revelando pensamientos e intenciones mejor que las propias palabras (17). De ahí que las enfermeras deban observar principalmente el rostro de los pacientes (4).
Los pacientes ciegos no son capaces de percibir visualmente lo que las enfermeras expresan a través de su faceo mais explis exposta do ser humano e onde as emoçcesso comunicativo./APOSTILA_COMN_mpreender o mundo d. Las enfermeras, sin embargo, pueden evaluar la eficacia de su comunicación con los pacientes observando sus expresiones faciales. Sin embargo, la expresión facial de los ciegos puede ser pobre en términos comunicativos, ya que no perciben las expresiones de la otra persona, lo que provoca dificultades para comunicar estas expresiones (19). Pero es a través de esta comprensión que se evalúan las necesidades reales de los pacientes y se puede programar un plan de acción individualizado, considerando a la persona como un todo (20). De ahí que sea necesario profundizar en el conocimiento de la comunicación no verbal con vistas a una relación interpersonal eficaz.
Las miradas también merecen ser destacadas en el rostro humano, debido a la amplia gama de signos que pueden emitir (21). La categoría de Código Visual se analiza mediante la apertura ocular y la dirección de los ojos. En este estudio, sólo se observó a los enfermeros en este sentido, ya que los ciegos no reaccionan a este estímulo. Así, o bien no se observó el contacto o no se produjo (77,2%), o bien las láminas mostraron alegría (4,7%), atención (4,5%) y ausencia/otro (13,9%). Las miradas pueden transmitir innumerables mensajes, como el interés, el desinterés, el ánimo, la atención y la alegría, e incluso pueden
definir el dominio. Otra función importante de las miradas es establecer y regular el flujo de la conversación (22).
Los ojos suelen revelar lo que se esconde en el alma y pueden despertar sentimientos emotivos como el amor, la simpatía, el entusiasmo y el cansancio (23). La subcategoría de dirección de la mirada registró: desviada del interlocutor (52,8%), centrada en el interlocutor (44,4%) y ausente (2,8%). Se sabe que mantener el contacto visual significa evitar desviar la mirada con frecuencia, lo que no significa mirar fijamente, ya que un buen contacto sugiere interés por escuchar a la otra persona. Desviar la mirada con frecuencia sugiere desgana o incomodidad por estar con la persona. Cuando las miradas son un poco más intensas, esto sugiere que la persona es segura de sí misma, sincera e interactiva, lo que favorece la profundización de la relación interpersonal (11). Las enfermeras no pueden esperar que los ciegos reaccionen ante una mirada, ya que existe un obstáculo que impide este contacto visual, aunque esto no significa una falta de interacción y armonía durante los cuidados (19).
La quinta categoría contemplada en el análisis de la comunicación no verbal de las enfermeras con los pacientes ciegos fue el tono de voz, resultando: tono normal (66%), silencio (32,3%) y ausente/otro (1,7%). El tono de voz y los gestos refuerzan el discurso; son una de las formas más elaboradas de interacción humana (12). El acto de escuchar a otras personas es una actitud de comunicación no verbal inserta en las relaciones interpersonales, que es esencial para lograr un mayor entendimiento entre las personas involucradas en el proceso (24), ya que los seres humanos son mucho más habladores que capaces de escuchar (13). La escucha efectiva se produce cuando el receptor es capaz de discernir y comprender el significado del mensaje emitido por el otro (25).
El acto de enseñar y guiar requiere de personas que aprendan y sepan escuchar (26). La escucha activa es una técnica que debe ser aprendida y practicada, principalmente por los profesionales que tratan con el público, como las enfermeras en este estudio (25,26). Las enfermeras deben escuchar de forma activa y crítica a los pacientes con vistas a una comunicación positiva. Escuchar requiere mantener el silencio, demostrar interés y, principalmente, aprender a controlar los sentimientos, las emociones y los prejuicios (9).
CONCLUSIÓN
Las enfermeras necesitan conocer y profundizar los estudios sobre las teorías de la comunicación no verbal y adaptar su uso al tipo de clientes que atienden durante las consultas. Estos profesionales deben evaluar su comportamiento, sus gestos y actitudes, en definitiva, su comunicación no verbal, con el fin de realizar intervenciones eficaces con los pacientes ciegos. Además, los enfermeros deben obtener un conocimiento más profundo sobre el comportamiento de las personas ciegas para descifrar los signos no verbales que envían, ya que éstos pueden expresarse de forma diferente a las personas videntes.
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