Cono de ceniza
Los conos de ceniza, también llamados conos de ceniza, se depositan alrededor de una chimenea volcánica, formados por fragmentos de roca piroclástica (formados por la acción volcánica o ígnea), o cenizas, que se acumulan y construyen gradualmente una colina cónica con un cráter en forma de cuenco en la parte superior. Los conos de ceniza se desarrollan a partir de erupciones explosivas de lavas máficas (ferromagnesianas pesadas y oscuras) e intermedias, y suelen encontrarse en los flancos de los volcanes en escudo. La parte exterior del cono suele tener una inclinación de unos 30°, el ángulo de reposo (la pendiente en la que la ceniza suelta puede mantenerse en equilibrio). Los conos de ceniza pueden tener sólo unas decenas de metros de altura, o pueden alcanzar una altura de varios cientos de metros (varios miles de pies), como el Paricutín en México. Los flujos de lava pueden salir o abrirse paso en el cono, o pueden fluir desde debajo del cono a través de túneles. Los conos de ceniza son numerosos en casi todos los distritos volcánicos. Aunque se componen de ceniza suelta o moderadamente consolidada, muchos de ellos son características sorprendentemente duraderas del paisaje porque la lluvia que cae sobre ellos se hunde en la ceniza altamente permeable en lugar de escurrirse por sus laderas para erosionarlos.