Consejos básicos de etiqueta en la oficina

Tanto si estás empezando un nuevo trabajo como si llevas años en el mismo, nunca es tarde para revisar tu etiqueta en la oficina. Tener modales con tus compañeros y supervisores puede marcar la diferencia cuando llegue el momento de los ascensos o las asignaciones especiales.

Cada oficina tiene una personalidad, y es esencial aprender cuál es lo antes posible después de empezar a trabajar allí. Hay ciertas reglas de etiqueta adecuadas para el lugar de trabajo que se aplican a casi todas las empresas, así que comience con esas y agréguelas a medida que tenga una mejor sensación de lo que se espera.

Haga una buena primera impresión

Sólo tiene una oportunidad para hacer una primera impresión, así que haga una buena. La forma en que la gente te percibe cuando te conoce por primera vez durará bastante tiempo. Recuerda que cambiar una opinión negativa es mucho más difícil que mantener una buena. Recoge pistas durante tu entrevista y pregunta cualquier cuestión específica (hora de inicio, código de vestimenta, etc.) a RRHH antes de empezar.

No llegues tarde

Siempre llega al trabajo a tiempo. No hacerlo puede ralentizar el negocio y crear animadversión porque has retrasado un proyecto o pareces holgazán. Si ves un patrón de llegar a la oficina con cinco minutos de retraso, pon tu reloj cinco o diez minutos antes. Si te encuentras con un raro retraso, avisa a alguien de tu oficina de cuándo pueden esperarte.

Sé respetuoso con los demás

Tanto si trabajas en una oficina privada, como si tienes un escritorio en un laberinto de cubículos o te sientas en una oficina abierta con docenas de compañeros de trabajo, debes respetar a todos los demás. Si todo el mundo lo hace, descubrirás que hay muy poco drama que añada estrés a un día de trabajo ajetreado.

Toma turnos para hablar sin interrumpir. Permita que cada persona complete un pensamiento e intervenga sólo cuando tenga algo constructivo que decir. Sus compañeros de trabajo y supervisores le apreciarán más y le considerarán un jugador de equipo, lo que le convertirá en un candidato más valioso para futuros ascensos.

No se involucre en los cotilleos de la oficina sobre otros empleados o la empresa. Incluso cuando pases el rato con tus compañeros de trabajo en tu tiempo personal, piensa en otra cosa de la que hablar. Nunca se sabe lo que se va a volver contra ti, y lo último que necesitas es que alguien piense en ti como el chisme de la oficina.

Cuando trabajes en espacios reducidos, recuerda que no a todo el mundo le gusta el olor a perfume fuerte y el sonido de tu banda de rock favorita. Otras cosas que debe abstenerse de hacer son tararear, dar golpecitos con los pies, mantener largas conversaciones telefónicas personales y limarse las uñas. Mantén tu espacio de trabajo ordenado y limpio. A nadie le gusta trabajar con una persona desaliñada, sobre todo cuando se extiende al espacio comunitario. Nunca deje comida en la sala de descanso durante la noche, y no deje que la comida se estropee en la cocina de la oficina.

Sea amable con los nuevos empleados

Recuerde lo que sintió al ser la persona más nueva de la oficina. Sonría a la persona nueva, entable una conversación muy breve y pídale que se una a su grupo para comer. Ofrézcase a responder a cualquier pregunta y comente cómo recuerda lo que es ser nuevo. Vuelve a hablar con ellos después de la primera o la segunda semana, cuando puede que estén menos abrumados y agradezcan una cara amable.

Empuje a los demás

Una de las cosas que puede arruinar su reputación en un entorno de oficina es reclamar las ideas de otra persona como propias. Cuando hables de un proyecto durante la comida o después del trabajo, asegúrate de que si surge en la reunión, das el crédito a la persona correcta. Si un supervisor piensa erróneamente que es tu idea, aclara las cosas, por muy tentador que sea dejar que sigan pensando que eres brillante.

Del mismo modo, nunca culpes a nadie de tus errores. Esto sólo empeora las cosas y creará animosidad. Es mejor que admitas lo que ha pasado y busques la manera de solucionarlo. Todo el mundo comete errores, pero intenta no cometer el mismo más de una vez.

Habilidades de comunicación inteligentes

Cuando te comuniques con tus compañeros de trabajo y supervisores, la clave está en transmitir tus ideas de una manera que se pueda entender. Utilizar demasiado lenguaje corporativo puede ser confuso y se corre el riesgo de utilizarlo de forma incorrecta. Si alguna vez tienes dudas sobre lo que está diciendo la otra persona, pregúntale directamente. Esto es válido tanto para la comunicación de voz como para los mensajes de texto y los correos electrónicos.

Vístete adecuadamente

Toda oficina tiene un código de vestimenta. No lo rompa. Si llevas un atuendo inapropiado, puedes encontrarte en un seminario ordenado por el jefe sobre cómo vestirse para el éxito. O lo que es peor, puede que no te den un ascenso o incluso que te degraden. En caso de duda, peca de conservador hasta que estés seguro de lo que se considera apropiado.

Piensa antes de hablar

Las personas que sueltan lo que se les pasa por la cabeza o bien pasan bastante tiempo arrepintiéndose y disculpándose o bien son percibidas como alguien en quien no se puede confiar. Cuando estés en la oficina, filtra tu discurso. Puede haber momentos en los que te enfrentes a un conflicto, así que prepárate y mantén la cabeza nivelada para que el asunto no se agrave.

Sé amable

Cuando entres en la oficina cada mañana, es normal que saludes a tus compañeros de trabajo y menciones algo sobre lo que hiciste el fin de semana o la noche anterior. Esto no significa dar demasiados detalles personales. Las personas con las que trabajas no necesitan que les cuentes en detalle la discusión que tuviste con tu pareja. No es de su incumbencia y te deja demasiado expuesto para un entorno empresarial.

Si estás enfermo, quédate en casa

Cuando tienes un virus contagioso, es de mala educación llevarlo a la oficina. No sólo vas a hacer menos trabajo, sino que también estás propagando tus gérmenes que pueden hacer que otras personas se sientan mal. Quédate en casa y cuídate para poder volver al trabajo y ser más productivo.