Dcoop, Pompeian bajo fuego por etiquetado engañoso

La mayor cooperativa de aceite de oliva de España ha sido criticada por sus prácticas de exportación «poco éticas» por segundo mes consecutivo.

…no vemos algo loable ni ético utilizar el buen nombre del aceite de oliva, como se puede ver en la etiqueta, cuando realmente el porcentaje que tiene es mínimo. Cristóbal Cano, UPS Jaén

Dcoop ha sido acusada de vender en Estados Unidos mezclas de aceite de colza y aceite de oliva como aceite de oliva virgen extra, bajo su marca Pompeian. Según las etiquetas de su OlivExtra Original, el producto está compuesto por aceite de colza y «First Cold Press Extra Virgin Oil», que aparece impreso en un texto más grande y destacado.

Aunque la información nutricional proporcionada a los distribuidores norteamericanos indica que el 85 por ciento de la mezcla es aceite de colza, fuentes cercanas al asunto han dicho a los medios de comunicación en España que menos del uno por ciento de la mezcla es realmente aceite de oliva virgen extra. El 99% restante, según las fuentes, es aceite de colza canadiense.

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«Pompeian vende otros productos similares en Estados Unidos, en los que mezcla colza, semillas de uva y aceite de oliva virgen extra, destacando siempre la imagen del aceite de oliva como reclamo comercial», señalaron las fuentes a El Español, el diario digital que dio a conocer la noticia originalmente.

Estas revelaciones llegan un mes después de que la Agencia Tributaria española multara a la cooperativa con 2,81 millones de euros (3,29 millones de dólares) por no pagar los derechos de importación del aceite de oliva tunecino. Dcoop está recurriendo la multa. También se reveló que la cooperativa estaba mezclando este aceite de oliva importado con el de sus miembros antes de reexportarlo a Estados Unidos etiquetado como aceite de oliva virgen extra español.

Varios miembros de la cooperativa desconfían ahora del comportamiento y las prácticas comerciales de Dcoop con Estados Unidos, que consideran uno de los mercados más rentables para su producto. Les preocupa que abusos reiterados como éste les hagan perder cuota de mercado frente a otros competidores comunitarios y extracomunitarios.

«buen número de cooperativas aceiteras españolas, algunas de ellas integradas en la controvertida cooperativa Dcoop, están cada vez más incómodas por la estrategia de Dcoop de banalizar el producto español en el mercado estadounidense, que es uno de los más rentables», señalan las fuentes. «Vendiendo marcas que tienen una mínima proporción del aceite de oliva original español».

Sin embargo, Rafael Sánchez de Puerta, vicepresidente de Dcoop, ha contraatacado a estas informaciones diciendo que han sido avivadas por competidores celosos que hasta ahora no han conseguido poner el pie en el lucrativo mercado estadounidense.

Dcoop controla actualmente cerca del 17 por ciento del mercado de aceite de oliva español en Estados Unidos, con unas ventas que superaron las 30.000 toneladas el año pasado. Con este tipo de prácticas, Dcoop también consigue mantener sus precios muy por debajo del resto del mercado. El aceite de oliva de Pompeya se vende, de media, a precios hasta un 40 por ciento más bajos que otras marcas españolas e italianas y hasta un 100 por ciento más bajos que los aceites de oliva de California.

Antonio Luque, el presidente de Dcoop, se redobló en la defensa de estos bajos precios así como en desviar las críticas más recientes. Dijo que Dcoop se dedicaba a hacer lo mejor para sus miembros, así como para el aceite de oliva virgen extra español, en su conjunto.

Sin embargo, Cristóbal Cano, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) en Jaén, discrepa vehementemente. Asegura que prácticas como ésta hacen un «flaco favor» a todas las partes del sector oleícola español que trabajan para promocionar sus productos en Estados Unidos

«En nuestra opinión, esto no deja de ser una mala práctica comercial. No entramos en el fondo legal del asunto, porque está permitido comercializar mezclas en el mercado americano, pero sí es cierto que no vemos algo loable ni ético utilizar el buen nombre del aceite de oliva, como se puede ver en la etiqueta, cuando realmente el porcentaje que tiene es mínimo», dijo Cano. «Se podría calificar como publicidad que invita a la confusión e incluso al engaño».

Mientras tanto, en el sector existe la preocupación de que el debate protagonizado públicamente en los titulares de toda España y fuera de ella provoque más desconfianza en el consumidor.

«Detengan las posibles prácticas dudosas y cesen las acusaciones abiertas», advirtió la Asociación Española de Municipios del Aceite de Oliva (AEMO) en su página de Facebook. «Porque si no lo hacen, llegará un momento en que esa otra parte del sector, que lucha por comunicar al mundo que el aceite de oliva virgen extra es único, gastronómico y saludable… también explotará».

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