Diez razones para visitar la isla de Córcega – Guía de viajes de lujo
Diez razones para visitar la isla de Córcega
Córcega es un destino vacacional muy popular entre los turistas, más conocido en todo el mundo por su clima cálido, sus espectaculares picos montañosos y sus impresionantes costas. Situada al sureste de la costa mediterránea de Francia, la isla atrae un flujo constante de visitantes cada año, y si ha pasado una semana aquí, no es difícil ver por qué.
Además de ser el sueño de todo amante de la playa, Córcega cuenta con una rica historia que abarca siglos de tradiciones, con edificios antiguos en cada esquina, sinuosas calles empedradas, una deliciosa cocina y una próspera escena artística y musical. Tanto si desea pasar una semana en las playas de arena, como si quiere recorrer el museo más fascinante de Francia o pasear por un pueblo a caballo, las vacaciones en Córcega son la opción perfecta para un retiro estival, y aquí le explicamos por qué.
1. El tiempo
La isla de Córcega goza de un clima mediterráneo y de unas magníficas temperaturas durante el verano, especialmente en las regiones costeras, donde el tiempo es caluroso. En el interior, los meses de verano siguen siendo cálidos y secos, con una temperatura media de 27 grados. Además, Córcega goza de más sol que cualquier otro lugar de Francia, lo que podría ser una de las principales razones por las que es un lugar turístico tan popular. Quienes deseen evitar las multitudes y viajar fuera de la temporada alta no deben preocuparse por el tiempo: Córcega sigue teniendo un clima agradable, de unos 20 grados durante septiembre y octubre.
2. La Maison Bonaparte
Si quiere empaparse de historia, puede visitar la casa solariega de Napoleón, nacida en la Rue Saint-Charles de Ajaccio (capital de Córcega) en 1769. El antiguo edificio, que fue el hogar de la familia Bonaparte, es ahora un museo nacional en el que se exponen objetos que evocan la infancia de Napoleón en la Francia del siglo XVIII. Los visitantes pueden ver retratos y medallas, muebles y otros objetos de la vida del famoso gobernante, lo que constituye un fascinante viaje por la historia. Los horarios de apertura varían según la temporada, así que es mejor consultar la página web del museo antes de ir.
3. Animales y plantas raros
Córcega alberga algunos de los animales y plantas más raros del mundo, muchos de los cuales se encuentran en el Parc Naturel Régional de Corse, un parque natural que protege especies en peligro de extinción. Inaugurado en 1972, el parque alberga actualmente dos especies de mamíferos ungulados en peligro de extinción, así como el muflón y el ciervo rojo corso, todos ellos considerados casi extinguidos. El Parc Naturel Régional de Corse también ofrece vistas de las montañas más altas de la isla, por lo que merece la pena visitarlo. Se puede acceder al parque en barco desde el pueblo de Galéria y Porto (Ota).
4. Las playas
Con sus bahías de arena y calas de guijarros, las playas de Córcega están consideradas como unas de las más limpias de Francia, por no hablar de las más pintorescas. Cuando se trata de tomar el sol en Córcega, los turistas tienen mucho donde elegir: el tramo de 5 km de Calvi, las playas del Golfo de Valinco, cerca de Propriano, o la franja costera del sur entre Porto-Vecchio y Bonifacio, por citar algunas. Si busca aguas cálidas y azules, arena blanca y cielos despejados, visitar cualquiera de estas playas en pleno verano le hará rejuvenecer. El vino
Al igual que la mayoría de las regiones soleadas de Francia, Córcega produce varios vinos y licores. Tanto si es un experto en vinos como si sólo quiere probarlos, las deliciosas uvas de la región harán las delicias de su paladar. Para que se haga una idea, el Nielluccio, una variedad de uva local, es a menudo conocido como el primo del Sangiovese de la Toscana; el vino blanco es de la variedad Vermentino, y el Sciacarello es una uva tinta única en la isla. Si está pensando en visitar un viñedo durante su estancia, el Domaine Orsini, cerca de Calenzana, está considerado como uno de los mejores.
6. La gastronomía
Hay muchas razones para visitar Córcega, pero la mezcla de la cocina francesa e italiana es uno de los principales puntos de venta de la isla. Las comidas tradicionales son abundantes y consisten principalmente en mariscos frescos y carnes locales servidas con productos lácteos de producción local como el brocciu (queso de leche de oveja). La castaña es también un ingrediente clave en muchos platos locales. Para disfrutar de un auténtico postre corso, pruebe el fiadone, un cremoso pastel de queso aromatizado con limón.
7. Las vistas
El paisaje de Córcega es innegablemente impresionante. Puede ver cadenas de montañas rústicas, costas elevadas e impresionantes cimas verdes, así como aguas brillantes decoradas con resorts costeros y encantadores cafés junto al agua. Calvi, un centro turístico en el suroeste, es especialmente fotogénico, ya que acoge regularmente festivales de música con la antigua ciudadela como telón de fondo.
8. Las artes
La isla celebra muchas tradiciones, muchas de las cuales giran en torno a una próspera escena artística. La artesanía ancestral, como la joyería, la alfarería y la cuchillería, sigue siendo abundante en muchos pueblos, así como la tradición musical del canto coral polifónico. Si pasa mucho tiempo explorando la región de Balagne, verá a los artesanos trabajando duro, produciendo cosméticos, accesorios y vajillas a mano.
9. Actividades al aire libre
El escarpado paisaje de Córcega ofrece un sinfín de oportunidades para realizar actividades al aire libre, como el senderismo, el piragüismo y las excursiones en todoterreno. Los turistas también pueden ver los lugares a caballo o alquilar una bicicleta eléctrica en cualquiera de las principales ciudades como forma alternativa de desplazarse. Para los menos activos, Córcega ofrece algunas rutas de senderismo más cortas, como la Ruta de Napoleón que parte de Ajaccio. Las playas también ofrecen oportunidades para nadar, navegar y practicar deportes acuáticos, que se disfrutan más durante el verano, cuando el agua está empapada de sol mediterráneo.
10. La ciudad de Calvi
La ciudad costera de Calvi es una de las zonas más visitadas de Córcega, más conocida por su hermosa arquitectura romana. Tras ascender por calles empedradas llenas de casas de colores y cafés junto al puerto, los visitantes pueden disfrutar de una impresionante vista de la bahía desde lo alto de la ciudadela genovesa. Calvi está a un corto trayecto en coche o en tren de la tranquila isla de L’Ile-Rousse, otro destino que merece la pena visitar. Aquí, el mercado cubierto rodeado de plátanos es un lugar ideal para comprar productos locales y empaparse de la auténtica cultura francesa antes de volver a casa.