El clima boreal

Resumen

El ecosistema boreal rodea la Tierra por encima de los 48° N, cubriendo Alaska, Canadá y Eurasia. Es el segundo en extensión de área después de los bosques tropicales del mundo y ocupa alrededor del 21% de la superficie terrestre boscosa de la Tierra (Whittaker y Likins 1975). Las tasas de citación de nutrientes son relativamente bajas en los suelos boreales húmedos y fríos. Whittaker y Likins (1975) estiman la productividad primaria neta anual del bosque boreal en 800 g C m-2y-1 y su tundra en 140 g C m-2y-1, en contraste con los bosques tropicales que promedian 2200 g C m-2y-1 y los bosques templados en 1250 g C m-2y-1. Sin embargo, las tasas relativamente bajas de citación de nutrientes en las latitudes altas dan lugar a unas tasas relativamente altas de almacenamiento de carbono boreal a largo plazo, con una media de entre 30 y 50 g C m-2y-1 (Harden et al. 1992), resultado de una rotación relativamente alta de las raíces de los árboles, arbustos y musgos con unas tasas de descomposición relativamente bajas. A lo largo de los últimos miles de años, estos procesos de almacenamiento bajo el suelo han creado un depósito de carbono grande y potencialmente móvil en las turbas y el permafrost del ecosistema boreal. En la actualidad, se estima que el ecosistema boreal contiene aproximadamente el 13% del carbono de la Tierra, almacenado en forma de biomasa sobre el suelo, y el 43% del carbono de la Tierra almacenado bajo tierra en sus suelos (Schlesinger 1991). Los gradientes meridionales en las concentraciones atmosféricas de CO2 sugieren que los bosques situados por encima de los 40º N secuestran anualmente entre 1 y 2 gigatoneladas de carbono (Denning et al. 1995; Randerson et al. 1997), es decir, entre el 15 y el 30% del que se inyecta en la atmósfera cada año a través de la combustión de combustibles fósiles y la deforestación. Dada la enorme extensión del ecosistema, aproximadamente 20 Mkm2 (Sellers et al. 1996b; >Fig. A.45), los cambios en el flujo de carbono de tan sólo 50 g C m-2y-1 pueden contribuir o eliminar una gigatonelada de carbono anualmente de la atmósfera. Por lo tanto, el tamaño del bosque boreal, su sensibilidad a variaciones climáticas relativamente pequeñas, su influencia en el clima global y el cido global de carbono, hacen que sea de vital importancia comprender mejor y representar correctamente los procesos de los ecosistemas boreales en los modelos globales.