El hundimiento del ‘Essex’; o, La Ballena
El drama de la BBC de anoche ‘La Ballena’ contaba la historia de Thomas Nickerson y la tripulación del barco ballenero Essex. La historia del ataque y hundimiento del barco por un cachalote también inspiró la obra Moby Dick de Herman Melville. La lectura de los relatos originales de la tripulación demuestra que la historia real fue más emocionante, terrorífica y desgarradora que cualquier obra de ficción.
Los relatos de Owen Chase, el primer oficial, y de Nickerson, un grumete de 15 años, aparecen en China, América y el Pacífico. El primero es más conocido, pero la decisión de que Nickerson cuente la historia en el drama de la BBC fue merecida. Aunque lo escribió décadas más tarde, el calvario seguía vivo en su memoria.
Nickerson ayudó a estabilizar el barco tras el primer ataque de la ballena, pero sólo pudo ver cómo el leviatán se les echaba encima de nuevo: ‘el monstruo dio una vuelta a unos trescientos metros por delante, luego dio un pequeño giro, se acercó con la máxima velocidad y volvió a golpear el barco con un tremendo golpe con su cabeza sobre la proa de babor, y con tal fuerza que clavó toda la proa en el borde del agua.
La tripulación quedó en pequeños botes y tuvo que navegar por el Pacífico en busca de tierra. Pensaron que la salvación había llegado cuando encontraron una isla. Sin embargo, los recursos resultaron ser más escasos de lo esperado, y todos menos tres decidieron marcharse. Nickerson fue uno de los que se fueron.
Navegaron dos mil millas hasta la costa de Chile, un esfuerzo extraordinario. El agua dulce era limitada y el calor extremo se alternaba con las tormentas. Pero fue la comida lo que causó los mayores problemas. Nickerson fue tímido en su relato, pero Chase describió con detalle cómo los hombres de su barco tuvieron que comerse a uno de sus compañeros tras su muerte. La situación en el barco del capitán Pollard era aún peor. Como quedaban cuatro hombres vivos pero demasiado débiles para navegar, acordaron echar a suertes quién debía ser fusilado y comido. El primo de Pollard, de 17 años, fue el que no tuvo suerte.
La angustia de estas personas debió ser inimaginable. Dos de los tres barcos fueron rescatados, al igual que los hombres de la isla. Increíblemente, la experiencia no fue suficiente para que Thomas Nickerson dejara de viajar por mar. De hecho, muchos de los ocho supervivientes volvieron a navegar (el capitán Pollard naufragó en sus dos siguientes viajes, antes de poner fin a su carrera). Nickerson siguió navegando hasta la década de 1870, cuando finalmente se sentó a grabar sus recuerdos del malogrado viaje del Essex. Para leer su relato y otros documentos relacionados con este viaje y muchos otros, véase China, América y el Pacífico.