El Mariachi (1992)

A través del corazón del cine independiente llega la audaz y expresiva primera película de Robert Rodríguez. Aunque más tarde nos daría algunos clásicos modernos, esta es la película que impulsó su carrera. Ambientada en un pueblo de México, un vagabundo llega dispuesto a reiniciar una nueva vida y concentrarse en su música. Pronto se da cuenta de que este será un sueño muy difícil, ya que en el momento en que pone un pie en la ciudad es confundido con un criminal asesino llamado Azul. Azul quiere el dinero que Moco (el jefe) no le ha pagado. Moco intenta hacer matar a Azul, pero le resulta difícil cuando éste lleva consigo una funda de guitarra llena de pistolas. Después de varios tiroteos, explosiones y una historia de amor con una mujer que le da al guitarrista su primera actuación real, nuestro héroe encuentra su vida a merced de otros. Es en este momento cuando nuestro Mariachi renace.
Rodríguez da su mejor dirección hasta la fecha. Tal vez fue la falta de fondos o las escenas intensamente descarnadas, pero esta película me ayudó a darme cuenta de por qué el cine es tan increíble. Es la historia perfecta del pez pequeño que deja su huella en un gran estanque. Rodríguez aprovecha todos los recursos que puede y reconstruye el concepto clásico de identidad equivocada. Con la fotografía de encuadre rápido y la interesante elección de los ángulos de cámara, toma una historia sencilla y construye una leyenda. Disfruté viendo esta película porque, aunque se hizo con unos simples 7.000 dólares, la producción no parece barata. He visto superproducciones de Hollywood que parecen haber despilfarrado el dinero más que Rodríguez. Me impresionó tanto la calidad de la película como la historia que, de repente, me sentí totalmente inmerso en ella.
Extrañamente, es la historia la que nunca flaquea a lo largo de esta película. Normalmente, cuando se tiene un coste menor en el presupuesto, un segmento de la película se resiente. A veces es el desarrollo de los personajes, otras veces es la historia. En esta película no se olvida nada. Hay mucha violencia (para todos los aficionados a la acción), algún drama potente (que trata de sus sueños) y alguna comedia que te hará sonreír de oreja a oreja. Al tener este fuerte equilibrio, nuestro héroe emerge con la mayor confianza, nuestro villano parece diabólicamente malvado, y por lo tanto conduce a momentos de pura alegría, preguntándose constantemente lo que sucederá a continuación. Me gustaban todos los personajes de esta película porque sentía algo por cada uno de ellos. Sólo a través del cuidadoso ojo y la dirección artística de Rodríguez se podía lograr tal hazaña.
No tengo nada negativo que decir sobre esta película. Desde el momento en que la primera tortuga cruza la pantalla hasta el final, disfruté de cada aspecto de esta película. Sugiero esta película a cualquiera que haya pensado alguna vez en hacer una película, pero que esté preocupado por el presupuesto. También sugiero esta película a cualquiera que ame una buena historia, acción increíble y personajes que literalmente salgan de la pantalla como héroes de cómic.
Calificación: ***** de *****