El olor de los bebés recién nacidos dispara los mismos centros de recompensa que las drogas

Los bebés recién nacidos, juran los padres, tienen un olor distinto. Según una nueva investigación publicada en la revista Frontiers in Psychology, ese olor universal de los bebés no se produce por casualidad, sino que es un perfume cuidadosamente confeccionado por manipulación biológica, evolucionado para desencadenar el vínculo materno.

Los olores se han asociado desde hace tiempo con el vínculo materno-filial. Los bebés pueden reconocer el olor de su madre, según indican las investigaciones anteriores, y las madres pueden hacer lo mismo con sus hijos (incluso con sus cacas). Ahora, este nuevo trabajo desvela los mecanismos que hay detrás de ese vínculo olfativo, al menos por parte de la madre.

Foto: Andrew K

Los investigadores reclutaron a 30 mujeres para su estudio, 15 que habían dado a luz recientemente y 15 que no tenían hijos. Pidieron a las mujeres que trataran de identificar varios olores misteriosos, incluido el olor de un recién nacido, tomado del pijama de un bebé. Mientras las mujeres olfateaban, los investigadores observaron su actividad cerebral a través de fMRI.

La mayoría de las mujeres tuvieron dificultades para identificar el olor a bebé, aunque en general dijeron que era agradable. Sus cerebros, sin embargo, contaron una historia diferente. Al oler el pijama de bebé, se encendieron las vías de la dopamina en una región del cerebro asociada al aprendizaje de recompensas, informa LiveScience. Otros olores, como los de las comidas deliciosas, activan esta vía, y la misma oleada de dopamina se asocia también a la saciedad de los antojos sexuales y de adicción a las drogas. Este mecanismo nos influye desencadenando «la motivación para actuar de una determinada manera debido al placer asociado a un determinado comportamiento», escribe Medical Xpress.

Aunque todas las mujeres reaccionaron así en cierta medida, las madres tuvieron una reacción mucho más fuerte que las no madres. «Para las madres la sensación que se tiene al oler a un bebé presumiblemente se parece aún más a la sensación de haber obtenido comida», escribe Christian Science Monitor.

Sin embargo, este hallazgo dejó a los investigadores con una especie de rompecabezas del huevo o la gallina. LiveScience explica:

Los investigadores no están seguros de si las nuevas mamás sufren un cambio hormonal que conduce a este aumento de la dopamina o si su reacción está influenciada por la experiencia de oler a su propio bebé, dicen los investigadores.

«Es posible que el parto cause cambios hormonales que alteren el circuito de recompensa en el núcleo caudado, pero también es posible que la experiencia juegue un papel», dijo Frasnelli en un comunicado.

Los investigadores no probaron si los hombres también sufren esta misma chispa de dopamina al oler a un bebé, aunque encontrar esa respuesta daría una pista sobre el mecanismo que hay detrás de las reacciones de las mujeres.

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