El TAC sin contraste para los cálculos renales ya está minado de más

Feb. 16, 2018 / Urología & Nefrología/ Investigación

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Por Nishant Patel, MD; Ryan Ward, MD; Juan Calle, MD; Erick Remer, MD; y Manoj Monga, MD

La tomografía computarizada sin contraste (TCNC) sigue siendo la modalidad de imagen más precisa para detectar los cálculos renales y dirigir el manejo. Las TCNC proporcionan una medida fiable de la carga de cálculos, la localización de los mismos, su densidad y la distancia entre la piel y los cálculos. Es bien sabido que las calcificaciones vasculares, también detectables mediante TCNC, están asociadas a la nefrolitiasis. Los cálculos renales también se asocian a la hipertensión, la pérdida de masa ósea, la aterosclerosis, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.

Nos dimos cuenta de que las exploraciones con TCNC que realizamos habitualmente a los pacientes con cálculos renales podían servir para obtener información adicional útil que nos ayudara a tratar a los pacientes.

Aprovechando al máximo las imágenes

La «imagen oportunista» es un término que se utiliza para evaluar otras afecciones utilizando una imagen existente. En dos estudios únicos publicados en el Journal of Endourology y en The Journal of Urology, se evaluó la capacidad de las exploraciones con TCNC obtenidas durante un examen de cálculos renales para contribuir a una mejor comprensión de las comorbilidades de los pacientes y las posibles causas de sus cálculos.

En esta colaboración entre los departamentos de Urología y Radiología de la Clínica Cleveland, se evaluaron las tomografías computarizadas en busca de obesidad visceral, esteatosis hepática, calcificaciones aórticas abdominales y densidad mineral ósea vertebral.

Figura 1. Área de grasa visceral (AGV) mostrada en verde; área de grasa subcutánea en azul. Esta TC muestra que la AGV era del 50,4 por ciento.

Los hallazgos revelan asociaciones interesantes

Encontramos que la obesidad visceral y la esteatosis hepática estaban asociadas con un pH urinario bajo. También observamos que la obesidad visceral resultó ser un mejor predictor que el índice de masa corporal a la hora de identificar a quienes tenían un pH urinario bajo y cálculos de ácido úrico. De hecho, el 90 por ciento de los pacientes con cálculos de ácido úrico presentaban una zona de grasa visceral elevada en la TC. Esta información puede utilizarse para identificar a los pacientes en los que la terapia de disolución puede ser valiosa.

Identificamos una asociación entre las calcificaciones aórticas abdominales y un mayor riesgo de pH urinario bajo e hipocitraturia.

Los pacientes con una baja densidad mineral ósea vertebral en la TC tenían más probabilidades de tener grandes volúmenes de cálculos, hipercalciuria e hipocitraturia.

Más información sin coste adicional

Si se solicita una TC, debemos darle un buen uso. El TAC oportuno no añade coste ni exposición a la radiación, ni requiere equipo adicional. Puede identificar comorbilidades potencialmente significativas que pueden requerir una evaluación y gestión adicionales (por ejemplo, riesgo cardiovascular, salud ósea). Puede predecir anomalías metabólicas subyacentes, sugerir estrategias de prevención de cálculos renales e identificar a los más adecuados para un ensayo de terapia de disolución.

La prevalencia de la nefrolitiasis en los Estados Unidos es de aproximadamente el 9 por ciento y la enfermedad conlleva una carga significativa para los pacientes y el sistema sanitario. Nuestros futuros estudios evaluarán el impacto de los enfoques médicos para la prevención de cálculos (por ejemplo, el uso de tiazidas o citratos) en la densidad mineral ósea. El objetivo es maximizar la «oportunidad» que ofrece nuestra imagen.

El Dr. Patel, antiguo becario, es ahora profesor adjunto en UCLA Health en Los Ángeles. El doctor Ward es residente de radiología diagnóstica.

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