Embarazo y tomar el sol: cómo afrontar el verano con tu barriga
Ha llegado el verano, estás a punto de irte a tus esperadas vacaciones, estás embarazada y te preguntas: ¿puedo tomar el sol durante el embarazo? La respuesta es sí, ¡puedes tomar el sol durante el embarazo! La exposición al sol es muy importante para nuestro cuerpo, porque el sol nos ayuda a sintetizar la vitamina D, que es esencial para un desarrollo saludable del bebé y útil para fortalecer los huesos de la madre. Lo importante es protegerse de forma adecuada y tener unos cuidados extra.
Durante el embarazo, la piel es especialmente sensible y el cambio hormonal provoca un aumento de la producción de melanina, responsable de la pigmentación más oscura de la piel expuesta al sol. Por lo tanto, las mujeres embarazadas son más propensas a sufrir cloasma o máscara del embarazo, es decir, manchas oscuras en la cara o en el resto del cuerpo. Por ello, es fundamental proteger la piel con cremas solares con un factor de protección alto (mejor si es 50) y no exponerse al sol en las horas más calurosas del día.
¿El sol en la barriga hace daño a mi bebé? No te preocupes, el sol en la barriga no hace daño a tu bebé, pero siempre es mejor que te cubras con un paño húmedo, un pareo o un traje entero. El líquido amniótico también se encarga de mantener una temperatura constante para el crecimiento del niño, por lo que cubrir la barriga evita el sobrecalentamiento del cuerpo o los golpes de calor.
El primer trimestre de gestación es el más delicado: debes prestar más atención para evitar las quemaduras solares, la deshidratación y la fatiga. Recuerda beber mucha agua, preferir los alimentos ricos en vitaminas y minerales, aplicar frecuentemente la protección solar y alternar las horas de exposición con las de sombra. Descansa durante las horas centrales del día, para que tu cuerpo pueda regenerarse y asimilar los beneficios del sol.
Durante el segundo trimestre, es necesario prestar más atención a las manchas del embarazo, que son muy difíciles de hacer desaparecer después del parto. Además del protector solar, es recomendable evitar las horas centrales del día y utilizar un sombrero de ala grande para evitar la exposición directa al sol y proteger más la cara y los hombros. Presta atención a los saltos de temperatura y evita los cambios de temperatura.
El tercer trimestre es el más fácil, aunque el sistema circulatorio de las piernas puede empezar a darte algunos problemas. Durante las últimas semanas de gestación, tus piernas se hinchan o se vuelven más pesadas: así que sal a pasear por el agua para aliviarte, evita estar demasiado sentada o tumbada y prefiere siempre las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde.
Por último, recuerda proteger bien tus pechos: el calor podría dilatar los capilares y los conductos por los que pasará la leche, favoreciendo el riesgo de congestión en esta zona tan delicada.
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