Extracto bancario

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Un extracto bancario es un resumen oficial de las transacciones financieras ocurridas dentro de un período determinado para cada cuenta bancaria mantenida por una persona o empresa en una institución financiera. Dichos extractos son preparados por la institución financiera, están numerados e indican el periodo cubierto por el extracto, y pueden contener otra información relevante para el tipo de cuenta, como el importe a pagar en una fecha determinada. La fecha de inicio del periodo del extracto suele ser el día siguiente al final del periodo del extracto anterior.

Ejemplo de extracto de cuenta corriente de un banco ficticio.

Una vez producidos y entregados al cliente, los detalles del extracto no suelen ser alterables; cualquier error encontrado se corregiría normalmente en un extracto futuro, normalmente con alguna correspondencia explicando el motivo del ajuste.

Los extractos bancarios son comúnmente utilizados por el cliente para controlar el flujo de caja, comprobar posibles transacciones fraudulentas y realizar conciliaciones bancarias. Históricamente se imprimían en una o varias hojas de papel y se enviaban directamente al titular de la cuenta o se guardaban en la sucursal local de la entidad financiera para su recogida. En los últimos años se ha producido un cambio hacia los extractos electrónicos sin papel, y muchas instituciones financieras ofrecen ahora también la descarga directa de la información financiera en el software de contabilidad del titular de la cuenta para agilizar el proceso de conciliación. Los extractos bancarios son documentos importantes y, por lo general, deben conservarse con fines de auditoría y fiscales durante un período establecido por las autoridades fiscales pertinentes.

Para que los titulares de las cuentas puedan realizar un seguimiento continuo de la actividad de la cuenta, muchas instituciones financieras ofrecen un historial de transacciones no oficial antes de que se produzca el extracto bancario oficial. Dicha actividad puede consultarse o imprimirse en el sitio web de la entidad financiera, en una aplicación para teléfonos inteligentes, disponible a través de la banca telefónica, o imprimirse en algunos cajeros automáticos.

Los historiales de transacciones o los saldos de las cuentas también pueden compartirse con otras entidades financieras, cuando el titular de la cuenta lo autorice, a través de la banca abierta para prestar servicios como la agregación de cuentas. Un servicio de agregación sólo permite al software ver el saldo de una cuenta, no las transacciones reales.