Formas sencillas de evitar que su pechuga de pollo se reseque
Déjela reposar
Una vez que haya terminado de cocinar el pollo, déjelo reposar en papel de aluminio durante al menos cinco minutos antes de cortarlo y servirlo. Al dejar reposar la pechuga de pollo después de la cocción, estás permitiendo que los jugos se extiendan por toda la carne. Esto hará que el pollo esté más húmedo, ya que los jugos no saldrán de la carne y caerán sobre la tabla de cortar una vez que la haya cortado.
Cockaigne
Este método proviene del libro Joy of Cooking de 1967 y hace que sea casi imposible cocinar en exceso la pechuga de pollo. La práctica, apodada Cockaigne, es similar al escalfado: el pollo se cocina a fuego lento y se coloca en una cacerola tapada, donde la condensación producida mantiene la pechuga de pollo extra húmeda.
Esto es lo que hay que hacer:
1. Poner dos cucharadas de mantequilla y dos cucharadas de aceite en una sartén a fuego medio
2. Mientras la sartén se calienta, rebozar las pechugas de pollo con harina
3. Colocar el pollo en la sartén, tapar y cocinar durante unos 15 minutos. Asegúrate de mover y dar la vuelta de vez en cuando al pollo para que no se dore
4. Dejando la sartén tapada, retírala del fuego y déjala reposar durante 10 minutos
Escalfar en seco
No dejes que el nombre de esta técnica te intimide: en realidad es increíblemente fácil escalfar en seco. Después de sazonar la pechuga de pollo, envuelva cada pieza con papel pergamino antes de colocarla en el horno para hornearla. El papel pergamino actúa como la piel del pollo y funciona para retener la humedad y evitar que el pollo se reseque.