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Conexión en órbita

Para alcanzar la órbita terrestre, un cohete debe acelerar a unos 8 kilómetros (5 millas) por segundo, unas 25 veces más rápido que la velocidad de crucero de un avión de pasajeros. Para escapar de la gravedad de la Tierra, debe viajar aún más rápido. Para acelerar incluso una pequeña carga útil (el objeto que se envía al espacio) a tales velocidades se necesita una enorme cantidad de energía, que los cohetes transportan en forma de propulsores.

Rocketlab

La mayor parte de un cohete es propulsor

Un cohete necesita mucho propulsor, que consiste en combustible y el oxígeno (u otro oxidante) necesario para quemar el combustible. Como vuela en el espacio sin aire, un cohete debe llevar su propio oxidante, que pesa mucho más que el combustible.

El cohete debe levantar inicialmente no sólo su carga útil, sino también el peso mucho mayor de su propulsor. El propulsor necesario para lanzar una carga útil a la órbita terrestre suele ser al menos 20 veces más masivo que la propia carga útil.

Alcanzando la órbita-una etapa a la vez

La mayor parte de la masa de un cohete antes del lanzamiento es el propulsor. Gran parte del resto -estructura de soporte, tanques, bombas, motores y demás- es inútil una vez que el combustible se ha quemado. Para evitar tener que llevar todo ese exceso de peso al espacio, los cohetes suelen tener varias etapas, o secciones, cada una de las cuales se desprende tras su uso.