Glándula suprarrenal
Enfermedades de las glándulas suprarrenales
Las enfermedades de las glándulas suprarrenales pueden dividirse en las de la médula y las de la corteza. La única enfermedad conocida de la médula suprarrenal es un tumor conocido como feocromocitoma. Los feocromocitomas segregan cantidades excesivas de epinefrina y norepinefrina. Muchos pacientes con estos tumores presentan episodios periódicos de hipertensión (presión arterial alta), palpitaciones del corazón, sudoración, dolores de cabeza y ansiedad, mientras que otros pacientes tienen la presión arterial alta de forma persistente. La hipertensión y otros síntomas pueden tratarse con fármacos que bloquean la acción de la epinefrina y la norepinefrina; sin embargo, el tratamiento más eficaz es la extirpación quirúrgica del tumor. Las enfermedades de la corteza suprarrenal pueden manifestarse como hiperfunción (secreción excesiva de hormonas adrenocorticales) o hipofunción (secreción insuficiente de estas hormonas), también conocida como enfermedad de Addison.
La hiperfunción adrenocortical puede ser congénita o adquirida. La hiperfunción congénita se debe siempre a una hiperplasia (aumento de tamaño) de ambas glándulas suprarrenales, mientras que la hiperfunción adquirida puede deberse a un tumor suprarrenal o a una hiperplasia. La hiperplasia suprarrenal congénita, también conocida como síndrome adrenogenital, es un trastorno en el que existe un defecto hereditario en una de las enzimas necesarias para la producción de cortisol. Es necesario producir cantidades excesivas de andrógenos suprarrenales para superar el bloqueo de la producción de cortisol. En los bebés de sexo femenino esto da lugar a una masculinización con pseudohermafroditismo (desarrollo anómalo de los órganos genitales), mientras que en los bebés de sexo masculino da lugar a un desarrollo sexual prematuro (precocidad sexual).
La hiperfunción adrenocortical adquirida se manifiesta por un exceso de cortisol (síndrome de Cushing), un exceso de andrógenos o un exceso de aldosterona (aldosteronismo primario). El síndrome de Cushing se caracteriza por la obesidad, el redondeo y el enrojecimiento de la cara, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la osteoporosis, el adelgazamiento y la facilidad de aparición de hematomas en la piel, la debilidad muscular, la depresión y, en las mujeres, el cese de los ciclos menstruales (amenorrea). Las principales causas del síndrome de Cushing son un tumor de la hipófisis productor de corticotropina (conocido como enfermedad de Cushing), la producción de corticotropina por un tumor no endocrino o un tumor suprarrenal benigno o maligno. Todos estos trastornos se tratan con mayor eficacia mediante la extirpación quirúrgica del tumor. El exceso de andrógenos en las mujeres se caracteriza por el crecimiento excesivo de vello en la cara y otras regiones y por la amenorrea; en cambio, el exceso de andrógenos tiene pocos efectos en los hombres. Las principales causas del exceso de andrógenos suprarrenales en adultos son la hiperplasia suprarrenal congénita de aparición tardía y los tumores suprarrenales.
El aldosteronismo primario se caracteriza por una presión arterial elevada, causada por el aumento de la retención de sal y agua por parte de los riñones, y por concentraciones bajas de potasio en suero (hipopotasemia), causadas por la excreción excesiva de potasio en la orina. Los síntomas y signos del exceso de aldosterona incluyen no sólo la hipertensión, sino también la debilidad muscular y los calambres y el aumento de la sed y la micción. El aldosteronismo primario suele estar causado por un tumor suprarrenal benigno (adenoma), pero algunos pacientes tienen hiperplasia de ambas glándulas suprarrenales. La extirpación satisfactoria del tumor suprarrenal suele producir una reducción de la presión arterial y el cese de la pérdida de potasio; los pacientes con hiperplasia suprarrenal bilateral son tratados con fármacos antihipertensivos.
Robert D. Utiger