Infección por E. Coli en perros

Colibacilosis en perros

La colibacilosis es una enfermedad causada por la bacteria Escherichia coli, comúnmente conocida como E. coli, que normalmente reside en la parte inferior del intestino de la mayoría de los mamíferos de sangre caliente, incluidos los perros. Normalmente, la presencia de E. coli es benigna, e incluso beneficiosa, pero en algunos casos puede causar una condición de enfermedad, especialmente en los cachorros recién nacidos.

La infección por E. coli se observa con mayor frecuencia en los cachorros en las primeras semanas de vida. En el primer día después del parto, las perras producen una leche acuosa rica en anticuerpos. Esta leche, denominada calostro, desempeña un papel fundamental en la protección del sistema inmunitario no desarrollado del cachorro contra diversas infecciones, ya que recubre el tracto intestinal, protegiéndolo de la mayoría de las infecciones. En ausencia de estos anticuerpos, los cachorros son más vulnerables a una serie de infecciones, incluida la infección por E. coli.

Si la perra embarazada está infectada por E. coli, la bacteria también puede invadir el suministro de sangre del cachorro mientras aún está en el útero, durante el parto, o el cachorro puede adquirir la infección al alimentarse de las glándulas mamarias inflamadas de su madre.

La colibacilosis a menudo conduce a una condición llamada septicemia, o envenenamiento de la sangre, lo que significa que hay una presencia peligrosamente alta de bacterias en la sangre. Aunque es principalmente una enfermedad de los perros jóvenes, también puede afectar a los perros mayores. La infección por E. coli, cuando se combina con otros agentes infecciosos, también aumenta la gravedad de la infección por parvovirus en los perros.

Síntomas y tipos

La colibacilosis es de naturaleza repentina (aguda) y puede causar los siguientes síntomas en un cachorro afectado:

  • Depresión
  • Deshidratación
  • Falta de apetito
  • Vómitos
  • Ritmo cardíaco rápido
  • Debilidad
  • Diarrea acuosa
  • Piel fría (debido a la baja temperatura corporal)
  • Membranas mucosas de color azulado (i.e., encías, fosas nasales, labios, oídos, ano) debido a la insuficiencia de oxígeno en los glóbulos rojos
    • Causas

      La colibacilosis se debe en última instancia a una infección por E. coli. Sin embargo, entre los factores de riesgo de este tipo de infección se encuentran el mal estado de salud y nutricional de la perra gestante, la falta de calostro (primera leche) para el cachorro, un entorno de parto poco limpio, un parto difícil o prolongado, unas instalaciones abarrotadas, una infección/enfermedad concurrente, la inflamación de las glándulas mamarias en la perra lactante y la colocación de un catéter intravenoso.

      Diagnóstico

      Debido a la aparición aguda de esta enfermedad, es posible que se observen pocas anomalías en los análisis de sangre. Para ver si E. coli, o cualquier otro agente infeccioso está presente en la sangre del perro, su veterinario tomará muestras de sangre, orina y, si es posible, de heces para su cultivo.

      Tratamiento

      Como la colibacilosis es una condición aguda, la mayoría de los cachorros afectados necesitan ser hospitalizados para un tratamiento de emergencia. Se requieren buenos cuidados de enfermería, con la administración de líquidos equilibrados por inyección para restablecer los fluidos corporales. Para tratar la diarrea, se administrará una solución de glucosa por vía oral. Los antibióticos pueden prescribirse inicialmente en función de los síntomas observados, y pueden cambiarse, si es necesario, según los resultados del cultivo bacteriano y las pruebas de sensibilidad de E. coli.

      Desgraciadamente, debido a que el sistema inmunitario de un cachorro recién nacido no está desarrollado, el tratamiento no suele tener éxito y el recién nacido puede sucumbir a la muerte rápidamente. Por lo tanto, el tratamiento rápido y los cuidados de apoyo son esenciales para salvar la vida del cachorro.

      Vida y manejo

      Durante el periodo de recuperación se debe proporcionar actividad restringida, descanso en la jaula, monitorización y calor. Para mantener un nivel nutricional adecuado, se puede aconsejar la alimentación con biberón o nutrientes intravenosos. Esto es necesario si las glándulas mamarias o la sangre de la madre están infectadas. De lo contrario, es preferible que los cachorros tomen la leche de su propia madre para beneficiarse de la leche rica en anticuerpos.

      Durante el periodo de recuperación, su veterinario tomará muestras de sangre para realizar pruebas de hemocultivos bacterianos para determinar el estado de la infección. Los cuidados en casa consistirán en vigilar la temperatura corporal de su cachorro y estar atento a cualquier cambio en su estado de salud para que pueda ponerse en contacto con su veterinario inmediatamente para que le oriente. Una vez que su cachorro se haya estabilizado y esté fuera de peligro, el tratamiento posterior dependerá de la evolución del cachorro.

      Prevención

      Para prevenir la infección por E. coli, asegúrese de que su perra de cría, preñada o lactante tenga un buen estado de salud y nutrición. El entorno del parto debe mantenerse limpio y desinfectado, y la ropa de cama debe sustituirse con frecuencia después del parto (la ropa de cama que se utilizó para el parto debe desecharse de forma higiénica, ya que en la mayoría de los estados se considera material de desecho peligroso).

      La salvaguarda más importante para prevenir la infección por E. coli en los cachorros es permitirles el acceso completo al calostro de su madre (la primera leche después del parto). Además, siempre hay que lavarse las manos y cambiarse de ropa y calzado exterior antes de tratar con cachorros recién nacidos, en deferencia a su sistema inmunitario en desarrollo. Esta es una regla general, pero es especialmente importante después de manipular otros perros o animales.