«ITIS»
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Inflamaciones del globo ocular
«itis» significa ‘estar inflamado’. A menudo se añade «itis» al final del nombre de una parte del cuerpo para describir una condición inflamatoria de esa parte.
Queratitis
La córnea es la ventana transparente de la parte delantera del ojo. La inflamación de este tejido se llama queratitis. Un caso superficial de queratitis puede ser tratado y se curará con mínimos efectos secundarios. Por regla general, cuanto más profundo penetre el patógeno en el tejido corneal, más dolorosa y grave será la reacción. Cuando esta inflamación alcanza las capas más profundas de la córnea, el tratamiento se vuelve más agresivo para minimizar las cicatrices resultantes. La cicatrización en el tejido corneal transparente provocará cierto grado de pérdida de visión.
La inflamación de la córnea puede ser de naturaleza vírica, fúngica o bacteriana. Los medicamentos de venta libre son ineficaces y pueden provocar daños graves en el ojo. Su médico evaluará su estado y le recetará una medicación adecuada.
Una forma mucho más grave de la inflamación es la queratitis ulcerosa, en la que se forma una úlcera en el tejido transparente de la córnea. En este caso, el agente agresor, de nuevo viral, fúngico o bacteriano, penetra en la capa exterior del tejido y ataca el estroma en los recovecos más profundos de la córnea. Se trata de una afección extremadamente dolorosa que puede conducir a la ceguera. La queratitis ulcerosa requiere atención médica inmediata. Su médico le recetará una aplicación agresiva de un medicamento específico para la enfermedad y vigilará su respuesta muy de cerca.
Incluso con tratamientos agresivos, las inflamaciones más intensas pueden conducir a diversos grados de formación de tejido cicatricial. Esto da lugar a una pérdida de visión. En las presentaciones más dramáticas, tras la resolución de la queratitis puede ser necesario un trasplante de córnea para restaurar algo de visión útil.
Episcleristis
El tejido que conecta la esclerótica, la capa blanca exterior del ojo, con la conjuntiva, su membrana mucosa subyacente, se llama epiesclerótica. La epiescleritis, una inflamación de este tejido, es leve y rara vez desencadena una escleritis más grave.
Escleritis
La esclerótica es la membrana fibrosa blanca y resistente que forma la túnica exterior del ojo. Cuando este tejido se inflama se denomina escleritis. Esta complicación suele estar asociada a enfermedades sistémicas, sobre todo a la artritis reumatoide. También se asocia a trastornos relacionados con la menstruación y, por lo tanto, es más común en las mujeres, presentándose generalmente después de los cuarenta años.
Hay tres niveles de intensidad asociados a la presentación de la escleritis. El más común es la escleritis difusa. En la escleritis nodular los síntomas son más intensos. Siendo la escleritis necrotizante la más grave.
Su médico determinará el tratamiento más efectivo. Los antiinflamatorios, los esteroides, los antibióticos y la cirugía para los casos más dramáticos son opciones disponibles para el tratamiento.
Uveítis
La úvea es la capa media del ojo. Está formada por el cuerpo ciliar, que alberga el cristalino detrás del iris, el tiroides, que es la rica red vascular que nutre la retina, y el iris, que es la parte coloreada de su ojo que controla la cantidad de luz que entra en el globo ajustando el tamaño de la pupila. La uveítis es una inflamación dolorosa de alguna parte de la úvea.
La uveítis es un diagnóstico general utilizado para definir una inflamación dentro del ojo. Se puede clasificar además como frontal (anterior), media (intermedia) o posterior (posterior). Esta inflamación puede presentarse en un único incidente o en episodios crónicos recurrentes.
Los esteroides se utilizan para calmar la respuesta inflamatoria del organismo y son la primera opción de tratamiento para las uveítis que no son de naturaleza bacteriana. El pronóstico suele ser bueno para los pacientes que reciben un diagnóstico y tratamiento rápidos.
Iritis
El iris es la parte coloreada del ojo, justo detrás de la córnea transparente. El agujero en el centro de esta estructura es la pupila. El iris regula la cantidad de luz que entra en el fondo del ojo. La inflamación del iris se llama iritis. Las infecciones y las enfermedades son agentes desencadenantes habituales. Pero, muchas veces no se puede identificar la causa de la inflamación.
La iritis puede ser aguda o crónica. La iritis aguda se presenta rápidamente, puede desaparecer por sí sola o puede requerir medicamentos para calmar la respuesta. La iritis aguda rara vez causa daños visuales. La iritis crónica, que reaparece inesperadamente durante muchos años, es mucho más difícil de tratar. La iritis crónica no suele responder a los medicamentos.
La información proporcionada en el sitio web tiene por objeto ayudarle a comprender el ojo y su funcionamiento; no sustituye a su médico. Hágase un examen ocular anualmente.
Un globo ocular doloroso o irritado debe ser evaluado inmediatamente. Llame a Parrelli Optical® hoy mismo