La autopsia de Julio César fue el primer informe de autopsia registrado en la historia

El asesinato de Julio César se encuentra definitivamente entre los asesinatos más famosos de la historia.

Julio César, originalmente un general del ejército, ascendió a una posición de poder y riqueza sin parangón tras asumir el control del gobierno romano durante la Guerra Civil de César.

César fue decisivo en la caída de la República Romana y la instauración del Imperio Romano y fue el dictador absoluto de los territorios romanos. El poder de César enfureció a muchos senadores de la época y los más valientes formaron un pacto para asesinarlo.

El asesinato de Julio César, por Vincenzo Camuccini, 1804

El asesinato de Julio César, por Vincenzo Camuccini, 1804

Los conspiradores fueron Cayo Casio Longinos, Décimo Junio Bruto y el hijo adoptivo de César, Marco Junio Bruto. En los idus de marzo del año 44 a.C. los atacantes acorralaron a César cerca del Teatro de Pompeyo y lo apuñalaron 23 veces.

En su análisis histórico de la época de César, Flavio Eutropio, un destacado historiador romano del siglo IV d.C., escribió extensamente sobre el asesinato de César y las consecuencias inmediatas del suceso. Flavio Eutropio afirmó que un médico que realizó la autopsia de César emitió un informe detallado de sus heridas, y este informe se considera el primer informe post-mortem documentado de la historia.

La Mort de César (ca. 1859-1867) de Jean-Léon Gérôme, que representa las consecuencias del ataque con el cuerpo de César abandonado en primer plano mientras los senadores exultan

La Mort de César (ca. 1859-1867) de Jean-Léon Gérôme, que representa las consecuencias del ataque con el cuerpo de César abandonado en primer plano mientras los senadores exultan

Según el informe, sólo una de las 23 puñaladas de César fue mortal. Fue la que perforó el pecho de César y le rompió la aorta. Algunas de las heridas fueron superficiales y no sobresalieron más allá del tejido muscular, y varias heridas fueron profundas pero no alcanzaron ninguno de sus órganos vitales.

Las últimas palabras exactas de César siguen siendo desconocidas, pero muchos historiadores contemporáneos alaban el relato de otro destacado historiador de la Antigua Roma llamado Suetonio, que afirmó que César dijo: «¿Tú también, niña?» Al parecer, murmuró esas palabras con dolor al ver que su propio hijo adoptivo era uno de los conspiradores.

Después de que César fuera asesinado, Bruto y sus co-conspiradores huyeron del lugar y se apresuraron a escapar de los guardias de César. Mientras huían, algunos de ellos vitorearon y gritaron: «Pueblo de Roma, ¡volvemos a ser libres!»

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Aunque los esfuerzos de los conspiradores causaron la muerte de la persona más poderosa de Roma, no lograron restablecer la República Romana. Varios años después de la muerte de César, una serie de guerras civiles dieron lugar al surgimiento del Imperio Romano.

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