Las 7 cualidades de las relaciones que deben tener las parejas para triunfar

Entonces, ¿cómo se logra un nivel de amistad y amor en una relación que dure? Gottman puso a prueba, interrogó y entrevistó hasta que descubrió las 7 cualidades que comparten todas las parejas exitosas.

Principio 1: Se entienden el uno al otro

Todo está en los detalles. Las parejas que prosperan se conocen profundamente. Pueden predecir fácilmente lo que su cónyuge ama u odia y se mueven para corregir el desequilibrio. Gottman llama a este conocimiento especial «mapas del amor».

Y no se trata sólo de conocerse, sino que va a un nivel mucho más profundo en una pareja conectada. Esta información se utiliza para construir una mayor comprensión del otro y fomenta una mayor admiración por lo que es como persona. El truco es que esto no debe parecer un trabajo. Estar fascinado con tu pareja es un requisito previo para que la relación sea duradera.

Principio 2: Alimentan su admiración mutua.

Según Gottman, el cariño y la admiración son dos de los elementos más cruciales en un romance gratificante y duradero. Pueden volverse locos el uno al otro por la más pequeña de las tareas domésticas. Esas cosas no importan si existe un profundo nivel de respeto entre ambos.

Tienen que apreciarse mutuamente. Y eso surge de un profundo sentimiento de aprecio por lo que es la otra persona. El hecho es que sientes un amor resplandeciente cuando miras a tu pareja, o no lo sientes. Y si no lo haces, dejas la puerta abierta para que crezca algo insidioso. El desprecio. El asesino de las relaciones.

Principio 3: Se vuelven hacia el otro, no se alejan.

Gottman ha pasado miles de horas revisando cintas de parejas. Les observa haciendo las tareas más mundanas. Comiendo, esperando a que empiece su cita, simplemente sentados. Llama a sus interacciones más sencillas «ofertas de afecto» y las describe de forma muy variada. Pueden ser desde el más pequeño intento de iniciar una conversación hasta las más grandes peticiones como ayudar a cuidar a un padre anciano.

El punto clave y el mayor predictor del éxito de la relación es la reacción del cónyuge. O bien se acercan (responden positivamente) o se alejan (no se comprometen plenamente). Gottman se centra en los datos. Cuenta las ofertas de afecto y mide las respuestas. Las parejas que permanecieron juntas durante mucho tiempo tuvieron respuestas positivas y comprometidas el 86% de las veces. Las que no lo consiguieron tuvieron una media inferior al 33 por ciento.

Principio 4: Se influyen mutuamente.

En otras palabras, tienen un equilibrio de poder. Así que a menudo, hay desequilibrios en las relaciones. A veces el marido simplemente se rinde y adopta una posición de «sí, querida» en la relación. O la esposa está tan dominada en la toma de decisiones que no tiene nada que decir en sus vidas.

El problema cuando una persona tiene poco o nada que decir en la toma de decisiones es que erosiona la conexión entre la pareja. Cada uno de estos principios alimenta al siguiente. Cuando experimentas una verdadera conexión con tu pareja basada en la admiración por lo que es, fluyes naturalmente hacia un buen proceso de toma de decisiones juntos. En ausencia de esa conexión amorosa, la capacidad de decidir cualquier cosa se vuelve tensa ya que una o ambas partes «pasan por caja» de la relación.

Principio 5: Resuelven los problemas.

Los conflictos surgirán en cada relación que se tenga. Gottman dice que en las relaciones heterosexuales, es mucho más probable que las esposas saquen a relucir los problemas difíciles en una relación y que los maridos traten de distanciarse de los problemas difíciles. Debido a la dinámica típica de las relaciones, las esposas son las responsables de dirigir la naturaleza de la mayoría de los intercambios difíciles al establecer el tono desde el principio.

Según Gottman, sólo el 40 por ciento… de las parejas se divorcian debido a peleas frecuentes y devastadoras. Es más frecuente que los matrimonios terminen porque, para evitar las escaramuzas constantes, marido y mujer se distancian tanto que se pierde su amistad y el sentido de la conexión. Las parejas que tienen éxito son las que siguen conversando y solucionan realmente sus conflictos. Pueden pelear y estar en desacuerdo y seguir riéndose de ello.

Principio 6: Superan el bloqueo.

El bloqueo es esa discusión o problema que sigue asomando la cabeza. No tiene solución. Simplemente queda en el aire. Pueden ser problemas enormes, como cuando uno de los miembros de la pareja quiere tener hijos y el otro no, o puede ser lo que parece una cuestión pequeña. Pero es omnipresente. No es algo de lo que te puedas reír.

El compromiso no es posible porque significaría renunciar a una creencia fundamental y te haría renunciar a tus valores o a tu sentido del yo. La clave para superar el bloqueo es reconocer que tu pareja tiene sueños. Cada uno de nosotros tiene objetivos que aportan propósito y significado a nuestro mundo. Comprometer nuestros valores fundamentales es imposible. O bien conduce a una lucha total o a ocultar partes de nosotros mismos que no son apreciadas o comprendidas. Ambos conducen a la desconexión.

Ayudarse mutuamente a alcanzar nuestros sueños es la esencia del matrimonio. De eso se trata el matrimonio y las parejas exitosas incorporan las metas del otro en su futuro compartido.

Principio 7: Crean un significado compartido.

La pregunta clave es «¿es esto todo lo que hay?». Una pareja puede haber dominado los 6 primeros principios pero no experimentar un verdadero sentido de conexión. Si puedes criar a tus hijos y tener una vida sexual decente y tener éxito en tu carrera y tener la casa en orden, deberías ser feliz ¿verdad? Pero todavía puede haber una falta de conexión cuando nuestras relaciones se basan únicamente en los roles.

Una pareja crea un vínculo que marca el tono de su familia y de todos los que interactúan con ella. El núcleo de las grandes relaciones es ser tú mismo, aportar tu opinión sincera y apreciar la perspectiva de tu pareja. No tienes que estar siempre de acuerdo y no necesitas tener siempre el mismo sueño, pero necesitas vivir en un entorno que fomente la capacidad de ser tu verdadero yo.