Las ejecuciones del juicio a las brujas de Salem, 1692

«Por la evidencia de dos testigos o de tres testigos, el que ha de morir será condenado a muerte, no será condenado a muerte por la evidencia de un solo testigo.» -Deuteronomio 17:6

Las ejecuciones del juicio de las brujas de Salem, 22 de septiembre de 1692

La palabra


Una mujer acusada se defiende ante el juez mientras una niña -que se presume es Mary Walcott (1675-c.1752), una de las testigos «afligidas» – cae al suelo en un ataque

La tragedia de 1692 no ocurrió de la noche a la mañana ni aislada de la situación en Europa. Salem había sido fundada a principios de la hégira puritana de Nueva Inglaterra y se había convertido en el puerto más importante de Massachusetts. La gente del pueblo y la iglesia allí establecida mostraron signos de decadencia espiritual y contención durante décadas, aunque el pueblo prosperó económicamente. Las facciones se desarrollaron en torno al uso de la tierra y la política, creando amargura y enemistades familiares, que se enconaron. La iglesia apenas podía mantener un pastor en su puesto y el actual era el peor de todos. El reverendo Samuel Parris había fracasado en los negocios y luego se dedicó al ministerio del Evangelio. Rara vez parecía feliz y se quejaba desde el púlpito de la insuficiencia y lentitud de su salario. La disciplina de la iglesia era casi inexistente.