Músculos

El músculo esquelético es lo que la mayoría de la gente considera como músculo, el tipo que puede contraerse para mover las distintas partes del cuerpo. Los músculos esqueléticos son haces de fibras contráctiles que se organizan en un patrón regular, de modo que al microscopio aparecen como rayas (de ahí que también se les llame músculos rayados o estriados). Los músculos esqueléticos varían en su velocidad de contracción. Los músculos esqueléticos, responsables de la postura y el movimiento, están unidos a los huesos y dispuestos en grupos opuestos alrededor de las articulaciones. Por ejemplo, los músculos que doblan el codo (bíceps) se contraponen a los que lo enderezan (tríceps). Estos movimientos opuestos están equilibrados. El equilibrio hace que los movimientos sean suaves, lo que ayuda a prevenir daños en el sistema musculoesquelético. Los músculos esqueléticos están controlados por el cerebro y se consideran músculos voluntarios porque funcionan con el control consciente de la persona. El tamaño y la fuerza de los músculos esqueléticos se mantienen o aumentan con el ejercicio regular. Además, la hormona del crecimiento y la testosterona ayudan a los músculos a crecer en la infancia y a mantener su tamaño en la edad adulta.