Nervios del tórax y de la parte superior de la espalda

Continuación del anterior… La médula espinal representa el SNC en el tórax y sirve de enlace vital entre el cerebro y el cuerpo. Aunque sólo mide alrededor de medio centímetro (1 cm) de diámetro, la médula espinal transporta señales nerviosas y procesa muchos reflejos para sostener las estructuras del cuerpo. El exterior de la médula espinal está formado por materia blanca que conduce rápidamente la información como una carretera de doble sentido entre el cerebro y los tejidos del cuerpo. Los tractos ascendentes dentro de la materia blanca llevan la información sensorial al cerebro, mientras que los descendentes llevan las señales de control motor a los músculos, glándulas y órganos. Dentro de la sustancia blanca hay una región de materia gris en forma de mariposa que actúa como estación de relevo para las señales nerviosas y produce reflejos para controlar la tensión muscular en las extremidades.

Desde la médula espinal se extiende una serie de 31 pares de nervios espinales que conectan los tejidos del cuerpo con la médula espinal. Cada par de nervios espinales sale de la médula espinal entre dos vértebras adyacentes a través del agujero intervertebral. Doce de estos pares de nervios, conocidos como los nervios espinales torácicos, se encuentran en el tórax. Cada nervio espinal torácico forma muchas ramas más pequeñas para transportar información hacia y desde los numerosos músculos y receptores sensoriales repartidos por todo el tórax. Las neuronas autónomas también son transportadas por los nervios espinales y llevan las señales a los ganglios autónomos y más adelante a los órganos del tronco. Las ramas de los nervios espinales T1 y T2 también forman parte del plexo braquial que suministra conexiones nerviosas a los brazos.

Muchos nervios y ganglios autónomos pasan por la región torácica para inervar los órganos internos. Estos componentes autonómicos conducen las señales inconscientes que controlan los órganos y glándulas del cuerpo. Los nervios y ganglios simpáticos forman el sistema de «lucha o huida» que hace frente al estrés, la excitación, las emergencias y el ejercicio elevando el ritmo cardíaco y respiratorio, entre otros efectos. El sistema parasimpático, representado principalmente en el tórax por el nervio vago, actúa como el sistema de «descanso y digestión» del cuerpo al contrarrestar el sistema simpático y relajar el corazón y los pulmones.

Varios nervios que se originan fuera del tórax también desempeñan papeles vitales en la función de la región torácica. El nervio frénico se origina en los nervios espinales cervicales del cuello, pero desciende por el tórax para inervar el diafragma torácico. Las señales eferentes del nervio frénico provocan las contracciones del diafragma que permiten la respiración y mantienen el cuerpo vivo. El nervio vago es un nervio craneal que nace del cerebro, pasa por el cuello e inerva muchos órganos vitales del tórax y el abdomen. En el tórax envía señales parasimpáticas para reducir la frecuencia cardíaca y a los pulmones para reducir la frecuencia respiratoria. Los efectos del nervio vago en estos órganos ayudan a prevenir la hipertensión arterial y la hiperventilación.