Niño superdotado
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Niño superdotado, cualquier niño que está naturalmente dotado de un alto grado de habilidad mental general o de una habilidad extraordinaria en una esfera específica de actividad o conocimiento. La designación de superdotado es en gran medida una cuestión de conveniencia administrativa. En la mayoría de los países, la definición predominante es un cociente intelectual (CI) de 130 o más. Sin embargo, cada vez más, las escuelas utilizan múltiples medidas de superdotación y evalúan una amplia variedad de talentos, incluyendo habilidades verbales, matemáticas, espaciales-visuales, musicales e interpersonales.
En los países que tienen una disposición especial para educar a los alumnos superdotados, el método de selección predominante consiste en pruebas escritas. Aunque las pruebas estándar de CI son el medio más utilizado para identificar a los niños superdotados, también se utilizan otras pruebas tanto de inteligencia como de creatividad. Las pruebas varían mucho en cuanto a su validez y fiabilidad para diferentes edades y culturas; por lo tanto, los procedimientos de identificación justos siempre tienen en cuenta una amplia variedad de comportamientos que pueden ser signos de superdotación.
En general, se acepta que los niños superdotados se diferencian de sus compañeros en otros aspectos además de la capacidad intelectual. Prueba de ello fue el psicólogo estadounidense Lewis M. Terman, que en 1921 inició un estudio con más de 1.500 niños superdotados con un coeficiente intelectual superior a 140. Al realizar un seguimiento de los participantes en el estudio a medida que envejecían, Terman observó que el grupo de superdotados tenía un mayor deseo de superación y una mayor adaptación mental y social, en comparación con los niños no superdotados. En otro estudio de principios del siglo XX, centrado en niños con un CI superior a 180, la psicóloga Leta Hollingworth descubrió que los individuos de este grupo eran muy sensibles a las diferencias con los demás y a menudo sufrían problemas como el aburrimiento y el rechazo de sus compañeros. La variabilidad del desarrollo es otra característica observada en los niños superdotados. A finales del siglo XX, se utilizó el término asincronía para describir las características de desarrollo de los niños superdotados; es decir, sus habilidades mentales, físicas, emocionales y sociales pueden desarrollarse a ritmos diferentes.
En teoría, hay tres formas de educar a los niños que son intelectual y académicamente más avanzados que sus compañeros: (1) la aceleración, mediante la cual se permite al niño superdotado aprender el material a un ritmo más rápido o se le promueve más rápidamente a través de los grados; (2) el enriquecimiento, mediante el cual el niño superdotado trabaja a través de los grados habituales al ritmo habitual pero con un plan de estudios complementado por una variedad de actividades culturales; y (3) la diferenciación, mediante la cual los niños superdotados son acelerados o enriquecidos dentro del aula regular.
Las escuelas o clases especiales permiten a los niños superdotados progresar a un ritmo acelerado. La instrucción, el método y los materiales pueden adaptarse a las necesidades de cada alumno y, como los niños trabajan y estudian con otros que son brillantes, cada uno está motivado para dar su mejor esfuerzo. A pesar de la oposición de muchos educadores a las disposiciones especiales para los niños superdotados, las investigaciones demuestran que agrupar a los niños superdotados es lo mejor para ellos, que esto no perjudica a los niños medios y que la aceleración en estos grupos ofrece mayores oportunidades de desafío y desarrollo intelectual que el enriquecimiento por sí solo. Véase también creatividad; genio; prodigio.