Parálisis cerebral espástica

¿Qué es la parálisis cerebral espástica?

La parálisis cerebral espástica es un trastorno del desarrollo causado por daños en el cerebro antes del nacimiento, durante el parto o en los primeros años de vida.

Esta afección impide el desarrollo normal de la función motora.

La parálisis cerebral espástica se caracteriza por movimientos espasmódicos, tensión muscular y rigidez articular.

Este tipo de parálisis cerebral suele dificultar las tareas sencillas, como caminar o coger objetos pequeños. Algunos niños con parálisis cerebral espástica también desarrollan afecciones concurrentes como resultado de su lesión cerebral. Ejemplos de estas afecciones coexistentes son el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y la epilepsia.

Tipos de parálisis cerebral espástica

Hay 4 tipos principales de parálisis cerebral, y cada diagnóstico de parálisis cerebral puede desglosarse aún más para describir con mayor precisión el daño cerebral de cada uno y los síntomas relacionados. Los distintos tipos de parálisis cerebral espástica se clasifican en función de la localización de los problemas de movimiento. Por ejemplo, los niños con parálisis cerebral espástica pueden tener rigidez muscular en un brazo, en ambas piernas o en un lado completo del cuerpo.

Diplejía espástica

La rigidez muscular se produce principalmente en las piernas. Este tipo de parálisis cerebral también puede afectar ligeramente a la movilidad de los brazos del niño.

Hemiplejia espástica

Un lado del cuerpo se ve afectado por problemas de movimiento, y el brazo suele estar más rígido que la pierna.

Tariplejia espástica

Las cuatro extremidades están afectadas, así como el torso y la cara. Los niños con tetraplejia suelen tener trastornos concurrentes, como la epilepsia.

Causas y factores de riesgo

La parálisis cerebral es un término que engloba los trastornos del movimiento del desarrollo causados por una lesión cerebral. Cada tipo de parálisis cerebral está causado por un daño en una parte específica del cerebro.

La parálisis cerebral espástica está causada por un daño en la corteza motora y en los tractos piramidales del cerebro, que conectan la corteza motora con la médula espinal. Entender la función de la corteza motora y de los tractos piramidales ayuda a explicar cómo el daño a estos sistemas afecta al movimiento en aquellos con parálisis cerebral espástica.

Daños en la corteza motora

La corteza motora se encuentra en la corteza cerebral, que es la parte más grande del cerebro. La corteza motora está compuesta por varias partes que se encargan de transmitir señales a otras partes del cerebro para controlar el movimiento.

Un aspecto importante de la corteza motora en relación con la parálisis cerebral es su regulación del movimiento voluntario. Los daños en esta región del cerebro hacen que el movimiento voluntario sea más difícil de controlar y menos fluido, o «espástico».

Daños en las vías piramidales

Las vías piramidales del cerebro son las vías de comunicación entre la corteza cerebral y los nervios de la médula espinal. Si las vías piramidales están dañadas, la corteza motora no puede enviar las señales adecuadas a la médula espinal. La médula espinal es una mitad del sistema nervioso central, siendo la otra mitad el cerebro y el tronco cerebral. Estas partes del cerebro son esenciales para las funciones sensoriales como la vista, el tacto y el movimiento.

La corteza motora y las vías piramidales pueden resultar dañadas por:

  • Hemorragia cerebral prenatal o infección
  • Falta de oxígeno en el cerebro durante el parto
  • Traumatismo cerebral o infección después del nacimiento
  • Varios factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de que se produzca una lesión cerebral del desarrollo. Una mala salud materna y un bajo peso al nacer son sólo algunos de los factores de riesgo para cualquier tipo de parálisis cerebral.

    Signos y síntomas

    Los signos y síntomas de la parálisis cerebral espástica son diferentes para cada niño. Las diferencias en los síntomas dependen de la gravedad de la lesión cerebral del niño y de los trastornos concurrentes que puedan estar presentes.

    En general, los síntomas más comunes de la parálisis cerebral espástica son:

    • Rígido, músculos rígidos y tensos (hipertonía) en uno o ambos lados del cuerpo
    • Movimientos exagerados
    • Movilidad limitada
    • Marcha anormal
    • Rodillas cruzadas
    • Las articulaciones no se extienden completamente
    • Caminar de puntillas
    • Reflejos anormales
    • También pueden presentarse coTambién pueden presentarse problemas que se producen, como la discapacidad auditiva y visual, pero no están directamente relacionadas con la parálisis cerebral; son causados por la lesión inicial de nacimiento.

      En los primeros años de vida de un niño, puede ser muy difícil reconocer los signos de la parálisis cerebral. Esto se debe a que los síntomas normalmente no se presentan hasta que el niño comienza a perder los hitos del desarrollo. Durante la primera infancia, muchos niños tienden a mostrar algunos de los mismos reflejos espasmódicos asociados a la parálisis cerebral espástica. Pueden pasar hasta 5 años de edad antes de que se llegue a un diagnóstico completo de parálisis cerebral.

      Tratamiento de la parálisis cerebral espástica

      El tratamiento de la parálisis cerebral espástica varía según cada caso. La gravedad de los síntomas, la localización de los problemas de movimiento y las posibles afecciones secundarias son los mayores factores para perfilar el tratamiento. Sin embargo, hay cinco vías principales de tratamiento para la parálisis cerebral: terapia física, ocupacional y del habla, medicación y cirugía.

      Terapia física

      El primer tipo de tratamiento prescrito a los niños con parálisis cerebral espástica suele ser la terapia física. El objetivo de la fisioterapia es proporcionar la mayor independencia posible al niño. Este tratamiento se centra en ejercicios de flexibilidad y en el estiramiento de los músculos rígidos.

      Los fisioterapeutas suelen utilizar ejercicios diarios de amplitud de movimiento (ROM) y de estiramiento para mejorar la movilidad de las articulaciones y los tejidos blandos. Los fisioterapeutas suelen utilizar juguetes y juegos apropiados para la edad para que la terapia sea agradable para el niño. Este tipo de terapia puede ayudar a mejorar la función motora general y prevenir cualquier complicación futura.

      Terapia ocupacional

      Otra forma de terapia utilizada para tratar a los niños con PC espástica es la terapia ocupacional. El objetivo de la terapia ocupacional es mejorar la capacidad del niño para realizar tareas y actividades diarias de forma independiente en el hogar, la escuela, el trabajo y los entornos públicos.

      Los terapeutas ocupacionales realizan ejercicios dirigidos a ciertos músculos de la muñeca, el antebrazo, el pulgar y la parte superior del cuerpo. Este tratamiento es beneficioso para la PC espástica porque se centra en mejorar el control motor, la coordinación bilateral y la fuerza de la parte superior del cuerpo. Los terapeutas ocupacionales también pueden evaluar la necesidad de varios dispositivos de ayuda, como tijeras o utensilios de escritura adaptados.

      Terapia del habla

      La terapia del habla se utiliza para mejorar los movimientos orales en niños con parálisis cerebral espástica. El objetivo de la logopedia es fortalecer los músculos utilizados para el habla, lo que ayuda a la articulación y la coordinación. Algunos niños con este tipo de parálisis cerebral pueden experimentar babeo o dificultad para tragar o hablar. Realizar ejercicios que incorporen dispositivos de ayuda a la comunicación puede ayudar a mejorar las capacidades motoras y cognitivas, así como la confianza.

      La logopedia proporciona las herramientas para que los niños con parálisis cerebral espástica puedan comunicar claramente sus pensamientos y socializar con los demás. Esta forma de terapia también puede ayudar a que la masticación, la respiración y la deglución sean menos difíciles, permitiendo un crecimiento y desarrollo normales.

      Medicamentos

      Los medicamentos, como las benzodiacepinas, se toman por vía oral para aliviar la rigidez muscular y mejorar el movimiento en todo el cuerpo. También hay medicamentos que pueden tratar la rigidez muscular en partes específicas del cuerpo, como las piernas o los brazos.

      Para un niño con parálisis cerebral espástica que también experimenta convulsiones, los médicos suelen recetar medicamentos que pueden controlar la frecuencia de estos episodios. Asimismo, se pueden utilizar medicamentos como el diazepam (Valium) para relajar los músculos. Esto es especialmente útil para tratar la espasticidad en la parte inferior de las piernas. El objetivo de utilizar medicamentos para tratar este tipo de parálisis cerebral debe ser encontrar medicamentos con los resultados más eficaces, así como con la menor cantidad de efectos secundarios negativos.

      Cirugía

      La cirugía puede ser una parte importante del tratamiento para los niños con parálisis cerebral espástica. Hay varios tipos de cirugías que se utilizan para corregir las dislocaciones articulares, los músculos acortados y las deficiencias sensoriales que dificultan la función motora normal. La rizotomía dorsal selectiva (RDS) es una cirugía común asociada a los niños con parálisis cerebral espástica. El objetivo de esta cirugía es relajar los músculos y mejorar la movilidad en varias áreas.

      La vida con parálisis cerebral

      Cada niño con parálisis cerebral es diferente, y algunos requieren más tratamiento que otros. Un objetivo común entre los padres es dar a su hijo la mejor vida posible. Hay ayuda disponible para los padres que exploran las opciones de tratamiento y los costes asociados a la enfermedad de su hijo.

      Para saber más sobre la parálisis cerebral espástica, pruebe a descargar nuestra Guía gratuita sobre la parálisis cerebral. Esta guía incluye más de 12 páginas de información en profundidad para niños y padres de un niño con parálisis cerebral.