Polillas

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Polilla esfinge de la manzana

Las polillas son insectos estrechamente relacionados con las mariposas. Ambos pertenecen al orden de los lepidópteros. Las diferencias entre mariposas y polillas van más allá de la taxonomía. Los científicos han identificado unas 200.000 especies de polillas en todo el mundo y sospechan que puede haber hasta cinco veces esa cantidad.

Descripción de las polillas

Las polillas suelen tener antenas parecidas a las de las plumas, sin un palo en el extremo. Cuando están posadas, sus alas están planas. Las polillas suelen tener el cuerpo grueso y peludo y las alas de color más terroso. Las polillas suelen ser activas por la noche y descansan durante el día en un hábitat boscoso preferido.

Las polillas tienen probóscides o lenguas muy largas, que utilizan para chupar néctar u otros fluidos. Estas probóscides están muy enrolladas cuando no se usan, como una manguera. Cuando se utilizan, las probóscides se desenrollan en toda su longitud y, en algunas especies, esa longitud es notablemente larga. La polilla del colibrí tiene una lengua más larga que todo su cuerpo. La polilla Halcón de Darwin de Madagascar tiene una probóscide de casi 13 pulgadas de largo, evolucionada, sin duda, para permitir la alimentación de orquídeas de garganta profunda que crecen en esa región.

No todas las polillas tienen lenguas largas. En algunas, la probóscide es muy corta, una adaptación que permite perforar la fruta con facilidad y eficacia.

En algunas, no existe ningún mecanismo de alimentación. Hay adultos de algunas especies que no toman ningún alimento. Su breve vida como adulto la dedican a reproducirse y son capaces de adquirir toda la energía necesaria para ello a partir de la grasa almacenada en el cuerpo por la oruga.

Las antenas, los palpos, las patas y muchas otras partes del cuerpo de las polillas están tachonadas de receptores sensoriales que se utilizan para oler. El sentido del olfato se utiliza para encontrar comida (normalmente néctar de flores) y para encontrar pareja (la hembra huele las feromonas del macho). Las feromonas pueden dispersarse a través del segmento tibial de la pata, las escamas de las alas o desde el abdomen. Las feromonas liberadas por las hembras pueden ser detectadas por los machos hasta a 8 kilómetros de distancia.

Camuflaje de las polillas

El camuflaje es una gran defensa para evitar ser detectadas por un depredador hambriento. Algunas polillas tienen el mismo aspecto que los líquenes, otras se parecen exactamente a la corteza de los árboles autóctonos de su hábitat. Incluso se ha observado que en las zonas urbanas donde la contaminación por humo es fuerte, algunas polillas han desarrollado una coloración más oscura que las mismas especies que viven en zonas menos contaminadas.

Otra forma eficaz de camuflaje es la coloración, que puede confundir a un depredador para que ataque una parte no vital del cuerpo de la polilla o para que no la vea. Las líneas y manchas de estas polillas harían difícil apuntar hacia ellas, especialmente cuando están en movimiento.

Otra forma de defensa es cuando la polilla adopta la apariencia de una criatura más grande o más amenazante. Esta sorprendente habilidad se llama «mimetismo». Esta forma de defensa va desde orugas con colas que parecen la cabeza de una gran serpiente venenosa, hasta polillas y mariposas cuyas marcas las hacen parecer grandes pájaros.

Visión de las polillas

Las polillas (como muchos otros insectos adultos) tienen ojos compuestos y ojos simples. Estos ojos están formados por muchas lentes/córneas hexagonales que enfocan la luz de cada parte del campo de visión de los insectos en un rabdomo (el equivalente a nuestra retina). Un nervio óptico transmite esta información al cerebro del insecto. Ven de forma muy diferente a nosotros. Pueden ver los rayos ultravioleta (que son invisibles para nosotros).

La visión de las polillas cambia radicalmente en sus diferentes etapas de vida.

Las orugas de las polillas apenas pueden ver. Tienen ojos simples (ocelos) que sólo pueden diferenciar la oscuridad de la luz. No pueden formar una imagen. Están compuestos por fotorreceptores (células sensibles a la luz) y pigmentos. La mayoría de las orugas tienen un anillo semicircular de seis ocelos a cada lado de la cabeza.

Sentidos de las polillas

La «pelusa» de las orugas les da el sentido del tacto. Las orugas perciben el tacto mediante unos largos pelos (llamados setae táctiles) que crecen a través de agujeros por todo su duro exoesqueleto. Estos pelos están unidos a células nerviosas y transmiten información sobre el tacto al cerebro de los insectos.

Las setas (pelos sensoriales) de todo el cuerpo de los insectos (incluidas las antenas) pueden sentir el entorno. También dan al insecto información sobre el viento mientras vuela.

Navegación de las polillas

Las polillas navegan por dos métodos. Utilizan la luna y las estrellas cuando están disponibles y las pistas geomagnéticas cuando las fuentes de luz están oscurecidas.

Comportamiento de las polillas

Las polillas calientan sus músculos de vuelo haciendo vibrar sus alas, ya que no disponen de la energía radiante del sol (al ser nocturnas) para servir a ese propósito.

Otros datos interesantes sobre las polillas

Las flores que florecen de noche suelen depender de las polillas (o de los murciélagos) para su polinización, y la iluminación artificial puede alejar a las polillas de las flores, afectando a la capacidad de reproducción de las plantas. Una forma de evitarlo es poner una tela o red alrededor de la lámpara. Otra forma es utilizar una bombilla de color (preferiblemente roja). Esto alejará la atención de las polillas de la luz mientras sigue proporcionando luz para ver.

A pesar de estar enmarcadas para comer ropa, la mayoría de las polillas adultas no comen en absoluto. La mayoría como la Luna, Polyphemus, Atlas, Prometheus, Cercropia y otras polillas grandes no tienen boca. Cuando comen, las polillas beben néctar. Sólo una especie de polilla come lana. Los adultos no comen, pero las larvas sí lo hacen a través de la ropa de lana.

El estudio de las polillas (y las mariposas) se conoce como «lepidopterismo», y los biólogos que se especializan en cualquiera de ellas se llaman «lepidopteristas». Como pasatiempo, la observación de polillas (y mariposas) se conoce como «mothing» y «butterflying».

Las polillas, y en particular sus orugas, son una importante plaga agrícola en muchas partes del mundo. La oruga de la polilla gitana (Lymantria dispar) causa graves daños en los bosques del noreste de Estados Unidos, donde es una especie invasora. En los climas templados, la polilla de la manzana causa grandes daños, sobre todo en las explotaciones frutícolas. En los climas tropicales y subtropicales, la polilla de la espalda del diamante (Plutella xylostella) es quizás la plaga más grave de los cultivos de brassicáceas (la familia de la mostaza o de la col).

Las mariposas y las polillas oyen sonidos a través de sus alas.

Miles de escamas y pelos diminutos cubren las alas de las polillas, no el polvo.

Tanto las mariposas como las polillas tienen un órgano llamado órgano de Johnston que está en la base de las antenas de la mariposa o polilla. Este órgano es responsable de mantener el sentido del equilibrio y la orientación de la mariposa, especialmente durante el vuelo.

Una polilla Cecropia tiene la capacidad de oler a su pareja hasta 7 millas de distancia con sus antenas plumosas.

La polilla Sphinx Hawk es la polilla más rápida del mundo, capaz de alcanzar velocidades de más de 30 millas por hora.