¿Qué es HAZMAT?
HAZMAT es una abreviatura de «materiales peligrosos» -sustancias en cantidades o formas que pueden suponer un riesgo razonable para la salud, la propiedad o el medio ambiente. Las HAZMAT incluyen sustancias como productos químicos tóxicos, combustibles, productos de desecho nuclear y agentes biológicos, químicos y radiológicos. Las HAZMAT pueden liberarse en forma de líquidos, sólidos, gases o una combinación o forma de los tres, incluyendo polvo, humos, gas, vapor, niebla y humo.
Los derrames de HAZMAT han causado problemas de salud, lesiones e incluso la muerte de personas y animales, y han dañado edificios, viviendas, propiedades y el medio ambiente. Teniendo en cuenta estas consecuencias tan nefastas, es razonable concluir que uno no se encuentra con las HAZMAT a diario. Sin embargo, la verdad es que muchos productos que contienen sustancias químicas peligrosas se utilizan y almacenan de forma rutinaria en los hogares, y se transportan todos los días por las carreteras, los ferrocarriles, las vías fluviales y las tuberías del país.
Incidentes con HAZMAT
Cada año se producen miles de incidentes en los que se liberan HAZMAT en el medio ambiente como resultado de accidentes o desastres naturales. Además de dañar potencialmente a las personas y al medio ambiente, los derrames en aguas costeras pueden causar una interrupción sustancial del transporte marítimo con posibles impactos económicos generalizados. Tanto los derrames en la costa como en el interior se denominan incidentes HAZMAT, y son atendidos de forma rutinaria por los primeros intervinientes, como los bomberos y las fuerzas del orden locales.
Respuesta HAZMAT de la NOAA
En virtud del Plan Nacional de Contingencia, la NOAA proporciona apoyo científico al Coordinador Federal en el lugar de los hechos para los derrames de petróleo y otras HAZMAT, y participa en las actividades de respuesta de emergencia en aguas costeras y cercanas a la costa.
La Oficina de Respuesta y Restauración de la NOAA responde a 120-150 incidentes HAZMAT cada año. La mayoría son derrames de petróleo originados por fugas en oleoductos o colisiones de buques, así como huracanes y reventones de pozos de perforación, como el derrame de la Deepwater Horizon de 2010 en el Golfo de México.