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La Autoridad Portuaria y la MTA se coordinarían durante todo el proceso para minimizar las interrupciones del servicio durante y después de la construcción, según la Declaración de Impacto Ambiental publicada el viernes. La vía del AirTrain se extendería 2,5 kilómetros desde LaGuardia hasta Mets-Willets Point, transformando la estación cercana a Citi Field en un importante centro de tránsito que conectaría Long Island y Manhattan con el aeropuerto a través de la Long Island Rail Road y el tren número 7.

Los proponentes han alabado el proyecto como una forma de reducir el trayecto desde el centro de Manhattan hasta LaGuardia a 30 minutos.

El director ejecutivo de la Autoridad Portuaria, Rick Cotton, dijo que el primer trazado propuesto para la línea ferroviaria elevada se desplazó hacia el norte, más lejos de la zona residencial de East Elmhurst

No obstante, el barrio no saldrá indemne, según el informe.

La FAA dijo que la zona residencial circundante «experimentaría de forma desproporcionada impactos de ruido y vibración elevados y adversos» durante la construcción y emisiones de luz significativas una vez que el enlace esté en funcionamiento. Casi 100 casas que bordean la Grand Central Parkway tendrían vistas obstruidas de la bahía de Flushing, informó Associated Press.

Los críticos de la línea ferroviaria dicen que el proyecto no esencial llega en un momento en que los residentes de las cercanas Elmhurst y Corona han sido devastados por la pandemia, con poco alivio a la vista por parte de la ciudad, el estado o el gobierno federal.

«La comunidad que rodea a LaGuardia fue una de las más afectadas por el COVID-19, y muchos de sus residentes se enfrentan ahora al desalojo o a otras graves consecuencias económicas de la pandemia», dijo Ocasio-Cortez el mes pasado. «Estas familias han estado clamando por alivio durante meses.»

«Sería el último insulto enviar finalmente ayuda a esta comunidad en forma de un proyecto al que se oponen firmemente y que podría poner en peligro aún más su salud y seguridad», añadió

Otros opositores al proyecto han expresado su preocupación por la interrupción de las tierras públicas y los impactos negativos desproporcionados en las comunidades circundantes.

«Sólo el gobernador Cuomo, la Autoridad Portuaria, sus consultores junto con los sindicatos y los contratistas de la construcción que se beneficiarían de este proyecto, se niegan a reconocer la realidad de que un viaje de treinta minutos es una fantasía», dijo Larry Penner, un defensor del tránsito que ha trabajado para la Oficina de Nueva York de la Región 2 de la Administración Federal de Tránsito.