Resumen de El Alquimista
Resumen de El Alquimista
El pastorcillo Santiago se dirige a un pueblo donde conoció a una hermosa chica el año anterior, y está bastante alborotado por ello. Mientras acampa en una iglesia abandonada con sus ovejas, Santiago tiene un sueño recurrente. Se lo explica a una gitana, como tú, que le dice que debe ir a las pirámides de Egipto para encontrar un tesoro escondido.
Entonces Santiago se encuentra con un misterioso anciano llamado Melchizedek, que le dice que todo el mundo tiene una Leyenda Personal que debe seguir, y que debe escuchar los presagios para buscar su tesoro. También le da unas prácticas piedras que le ayudarán a saber qué hacer cuando no encuentre respuestas, algo así como una bola 8 mágica, pero menos ambigua.
Santiago vende sus ovejas y se dirige a Tánger, donde rápidamente le roban todo su dinero. Sin inmutarse, consigue un trabajo vendiendo vidrio, ideando llamativas ideas de marketing que le reportan todo tipo de negocios. Una vez que ha ahorrado suficiente dinero para cruzar el Sahara y llegar a las pirámides, se encuentra con una caravana que está a punto de cruzar el desierto en camellos. Bonus: un inglés del grupo se dirige al oasis de Al-Fayoum para conocer a un alquimista que le enseñará a convertir cualquier metal en oro.
Hasta aquí todo va sobre ruedas, lo que obviamente significa que algo malo tiene que pasar. Y lo hace. Hay rumores angustiosos de guerra entre las tribus del desierto, y la caravana decide refugiarse en un práctico oasis hasta que las guerras terminen, es decir, entre semanas y años. Pobre Santiago: tan cerca de las pirámides y tan lejos.
Decide ayudar al inglés a encontrar al alquimista. Por suerte, la única persona que le dará alguna información resulta ser una chica muy sexy llamada Fátima, de la que Santiago se enamora enseguida. Cuando el inglés acude al alquimista, éste le hace empezar a cocinar algo de plomo como primer paso para convertirse él mismo en alquimista, por lo que está bastante ocupado con eso durante el resto de la novela.
Santiago sale al desierto donde tiene una visión de que el oasis está siendo atacado. Se lo cuenta a los líderes de la tribu, que deciden prepararse para la defensa. Una pega: si el oasis no es atacado, matarán a Santiago.
¡Sorpresa! El oasis es atacado, y los hombres preparados son capaces de derrotar a los asaltantes. Eso ha funcionado bien. El alquimista toma nota del nuevo listillo de la ciudad y decide ayudarle a llegar a las pirámides, pero son capturados por otro grupo de guerreros nada más salir a caballo por el desierto. El alquimista tiene una solución: les dice que Santiago se convertirá en el viento.
¿Qué? Santiago piensa que podría intentarlo, ya que ha sido capturado, así que se sienta, se concentra en el desierto, y finalmente… se convierte en viento. Naturalmente, esto asusta a los guerreros, así que le dejan a él y al alquimista seguir su camino.
Finalmente, llegan a un monasterio, donde el alquimista bate algo de oro y lo reparte antes de enviar a Santiago a las pirámides. Éste cava donde está seguro de encontrar el tesoro, pero (por supuesto) llegan unos gamberros que le dan una paliza y le roban el oro. No os preocupéis, gamberros. Extrañamente, uno de ellos menciona que una vez tuvo un sueño en ese lugar sobre un tesoro enterrado en una iglesia abandonada en España. ¡Bingo! Santiago tiene su respuesta.
El libro termina con Santiago desenterrando el tesoro en la iglesia donde empezó toda la historia y preparándose para volver a Egipto, donde le espera Fátima. Vaya, es imposible que eso salga mal.