Salud comunitaria

Salud primaria y prevención primaria

La promoción de la salud basada en la comunidad hace hincapié en la prevención primaria y la perspectiva basada en la población (prevención tradicional). El objetivo de la salud comunitaria es que los individuos de una determinada comunidad mejoren su estilo de vida o busquen atención médica. La atención sanitaria primaria la prestan los profesionales de la salud, concretamente aquellos a los que un paciente acude en primer lugar y que pueden remitirle a la atención secundaria o terciaria.

La prevención primaria se refiere a la evitación e identificación tempranas de los factores de riesgo que pueden conducir a determinadas enfermedades y discapacidades. Los esfuerzos centrados en la comunidad, como las vacunaciones, la enseñanza en las aulas y las campañas de concienciación, son buenos ejemplos de cómo las comunidades utilizan las técnicas de prevención primaria para cambiar ciertos comportamientos sanitarios. Los programas de prevención, si se diseñan y redactan cuidadosamente, pueden prevenir eficazmente los problemas a los que se enfrentan los niños y adolescentes a medida que crecen. Esta conclusión también se aplica a todos los grupos y clases de personas. Los programas de prevención son una de las herramientas más eficaces que los profesionales de la salud pueden utilizar para influir significativamente en la salud individual, de la población y de la comunidad.

Salud secundaria y prevención secundariaEditar

La salud de la comunidad también puede mejorarse con mejoras en el entorno de los individuos. El estado de salud de la comunidad está determinado por las características ambientales, las características de comportamiento, la cohesión social en el entorno de esa comunidad. Las modificaciones adecuadas en el entorno pueden ayudar a prevenir comportamientos poco saludables y resultados negativos para la salud.

La prevención secundaria se refiere a las mejoras realizadas en el estilo de vida o el entorno de un paciente después de la aparición de la enfermedad o la discapacidad. Este tipo de prevención trabaja para facilitar la vida del paciente, ya que es demasiado tarde para prevenir su enfermedad o discapacidad actual. Un ejemplo de prevención secundaria es cuando a las personas con lumbalgia laboral se les proporcionan estrategias para evitar que su estado de salud empeore; las perspectivas de la prevención secundaria pueden ser incluso más prometedoras que la prevención primaria en este caso.

Programas de autogestión de enfermedades crónicasEditar

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Las enfermedades crónicas han sido un fenómeno creciente dentro de las últimas décadas, afectando a casi el 50% de los adultos dentro de los Estados Unidos en 2012. Estas enfermedades incluyen el asma, la artritis, la diabetes y la hipertensión. Aunque no son directamente mortales, suponen una carga importante en la vida cotidiana, afectando a la calidad de vida del individuo, de sus familias y de las comunidades en las que viven, tanto social como económicamente. Se calcula que las enfermedades crónicas son responsables de un 70% de los gastos sanitarios en EE.UU., con un gasto de casi 650.000 millones de dólares al año.

Con un número cada vez mayor, muchos proveedores de atención sanitaria de la comunidad han desarrollado programas de autogestión para ayudar a los pacientes a gestionar adecuadamente su propio comportamiento, así como a tomar decisiones adecuadas sobre su estilo de vida. Separados de la atención clínica al paciente, estos programas se facilitan para educar más a los pacientes sobre sus condiciones de salud como medio para adoptar comportamientos que promuevan la salud en su propio estilo de vida. Las características de estos programas incluyen:

  • agrupar a los pacientes con enfermedades crónicas similares para discutir las tareas y comportamientos relacionados con la enfermedad para mejorar la salud en general
  • mejorar la responsabilidad del paciente a través del seguimiento diario de la enfermedad
  • los programas de autogestión de enfermedades crónicas, baratos y ampliamente conocidos, están estructurados para ayudar a mejorar la salud general del paciente y su calidad de vida, así como para utilizar menos recursos sanitarios, como las visitas al médico y la atención de emergencia.
    • Además, la mejora de las habilidades de autocontrol puede ayudar a los pacientes a utilizar de forma eficaz y eficiente el tiempo de los profesionales sanitarios, lo que puede redundar en una mejor atención. Muchos programas de autocontrol se llevan a cabo a través de un profesional de la salud o de un compañero diagnosticado con una determinada enfermedad crónica formado por profesionales de la salud para llevar a cabo el programa. No se han notificado diferencias significativas al comparar la eficacia de los programas de autogestión dirigidos por compañeros frente a los dirigidos por profesionales.

      Ha habido un gran debate en cuanto a la eficacia de estos programas y a lo bien que influyen en el comportamiento del paciente y en la comprensión de sus propias condiciones de salud. Algunos estudios sostienen que los programas de autogestión son eficaces para mejorar la calidad de vida de los pacientes y disminuir los gastos sanitarios y las visitas al hospital. Un estudio de 2001 evaluó el estado de salud mediante la utilización de recursos sanitarios y los resultados de la autogestión al cabo de 1 y 2 años para determinar la eficacia de los programas de autogestión de enfermedades crónicas. Tras analizar a 800 pacientes a los que se les había diagnosticado varios tipos de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y artritis, el estudio descubrió que, al cabo de 2 años, se producía una mejora significativa del estado de salud y un menor número de visitas al servicio de urgencias y al médico (también significativo al cabo de 1 año). Concluyeron que estos programas de autogestión de bajo coste permitían una menor utilización de la asistencia sanitaria, así como una mejora de la salud general del paciente. Otro estudio realizado en 2003 por el Instituto Nacional de Investigación Sanitaria analizó un programa de autogestión de enfermedades crónicas de 7 semanas de duración en cuanto a su rentabilidad y eficacia sanitaria en una población mayor de 18 años que padecía una o más enfermedades crónicas. Observaron patrones similares, como la mejora del estado de salud, la reducción del número de visitas al servicio de urgencias y a los médicos, y la disminución de las visitas al hospital. También observaron que, tras medir los costes unitarios tanto de las estancias en el hospital (1.000 dólares) como de las visitas al servicio de urgencias (100 dólares), el estudio descubrió que el ahorro global tras el programa de autogestión era de casi 489 dólares por persona. Por último, un estudio de meta-análisis realizado en 2005 analizó múltiples programas de autogestión de enfermedades crónicas centrados específicamente en la hipertensión, la osteoartritis y la diabetes mellitus, comparando y contrastando diferentes grupos de intervención. Llegaron a la conclusión de que los programas de autogestión tanto para la diabetes como para la hipertensión produjeron beneficios clínicamente significativos para la salud en general.

      Por otro lado, hay unos pocos estudios que miden la poca importancia de la eficacia de los programas de autogestión de enfermedades crónicas. En el estudio anterior de 2005 realizado en Australia, no hubo significación clínica en los beneficios para la salud de los programas de autogestión de la artrosis ni en la rentabilidad de todos estos programas. Además, en una revisión bibliográfica de 2004 en la que se analizaba la variabilidad de los programas de educación para el autocontrol de las enfermedades crónicas por enfermedad y sus similitudes superpuestas, los investigadores encontraron «efectos entre pequeños y moderados para las enfermedades crónicas seleccionadas», por lo que recomendaron que se realizaran más investigaciones.

      Algunos programas buscan integrar los programas de autocontrol en el sistema sanitario tradicional, concretamente en la atención primaria, como forma de incorporar mejoras conductuales y disminuir el aumento de visitas de los pacientes con enfermedades crónicas. Sin embargo, han argumentado que existen graves limitaciones que impiden que estos programas actúen con todo su potencial. Entre las posibles limitaciones de los programas de educación para el autocontrol de las enfermedades crónicas se encuentran las siguientes:

      • la infrarrepresentación de las culturas minoritarias dentro de los programas
      • la falta de implicación de los profesionales médicos/sanitarios (especialmente de atención primaria) en los programas de autogestión
      • .programas de gestión
      • bajo perfil de los programas dentro de la comunidad
      • falta de financiación adecuada por parte del gobierno federal/estatal
      • baja participación de los pacientes con enfermedades crónicas en el programa
      • incertidumbre sobre la eficacia/fiabilidad de los programas
        • Salud terciariaEditar

          En la salud terciaria, la salud de la comunidad sólo puede verse afectada con una atención médica profesional que implique a toda la población. Los pacientes deben ser derivados a especialistas y someterse a un tratamiento médico avanzado. En algunos países, hay más subespecialidades de profesiones médicas que especialistas en atención primaria. Las desigualdades sanitarias están directamente relacionadas con la ventaja social y los recursos sociales.

          Aspects of care that distinguish conventional health care from people-centred primary care
          Conventional ambulatory medical care in clinics or outpatient departments Disease control programmes People-centred primary care
          Focus on illness and cure Focus on priority diseases Focus on health needs
          Relationship limited to the moment of consultation Relationship limited to programme implementation Enduring personal relationship
          Episodic curative care Programme-defined disease control interventions Comprehensive, continuous and personcentred care
          Responsibility limited to effective and safe advice to the patient at the moment of consultation Responsibility for disease-control targets among the target population Responsibility for the health of all in the community along the life cycle; responsibility for tackling determinants of ill-health
          Users are consumers of the care they purchase Population groups are targets of disease-control interventions People are partners in managing their own health and that of their community