SECCIÓN 2: ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA

ANATOMÍA VENOSA

La pared de la vena consta de tres capas: La túnica íntima, la túnica media y la túnica adventicia.
La capa más interna de la vena es la túnica íntima. Esta capa está formada por células epiteliales planas. Estas células permiten que el fluido fluya suavemente y están intercaladas con válvulas que aseguran que el flujo continúe en una dirección. Esta capa continua de células epiteliales mantiene las células y el líquido dentro del lumen del vaso. Cualquier traumatismo en la túnica íntima puede iniciar una respuesta inflamatoria que conduzca a la agregación plaquetaria y a la trombosis (11,12).
La capa intermedia, la túnica media, es la parte más gruesa de la pared. Está formada principalmente por músculo liso y está inervada por el sistema nervioso simpático. Este sistema nervioso simpático es el que provoca los venospasmos tras los cambios de temperatura o la irritación dentro de la vena (11,12).
La túnica adventicia es la capa más externa y está formada por tejido conectivo y fibras elásticas que proporcionan la resistencia del vaso. En las venas grandes, ésta puede ser la capa más gruesa. La túnica adventicia contiene nervios simpáticos y capilares que suministran sangre a la pared del vaso (11,12).
Entender el aspecto de una vena sana y su funcionamiento es fundamental para colocar catéteres venosos centrales. Antes de la inserción de un catéter, se realiza una exploración ecográfica y una evaluación de las venas para seleccionar el lugar que ofrece las venas mejores o más sanas, lo que permite obtener los resultados más positivos para el paciente. Al realizar la exploración se debe comprender plenamente el aspecto de una vena sana en la pantalla de la ecografía para seleccionar el mejor lugar de acceso (11).