Signos y síntomas de la infección dental que se extiende al cuerpo

El tipo de tratamiento que reciba una persona para una infección dental dependerá de varios factores, entre los que se incluyen:

  • la localización inicial del absceso
  • si la infección se ha extendido, y en qué medida
  • el alcance de la reacción del sistema inmunitario a la infección

Los posibles tratamientos para una infección dental incluyen los siguientes.

Tratamiento de conductos

El tratamiento de conductos (RCT) puede ser necesario para tratar un absceso profundo en el diente. El procedimiento consiste en perforar el diente para eliminar el pus y las bacterias acumuladas en la raíz.

El dentista rellenará entonces el espacio con un material similar a la goma llamado gutapercha. Una vez que el diente haya sanado, lo restaurarán con una corona o un empaste permanente para evitar nuevas infecciones.

Apicectomía

A veces, la RCT no es suficiente para eliminar una infección dental. En estos casos, un dentista puede recomendar un procedimiento llamado apicectomía, o una resección del extremo de la raíz. Este procedimiento consiste en abrir las encías para eliminar el extremo de la raíz del diente junto con cualquier tejido infectado.

Antibióticos

El dentista también puede recetar antibióticos para reducir la infección y evitar que se extienda.

Si la infección ya se ha extendido, la persona puede necesitar prolongar el curso de su tratamiento con antibióticos. También es posible que tenga que cambiar a un tipo diferente de antibiótico.

Si la infección es grave, la persona puede necesitar permanecer en el hospital y recibir antibióticos por goteo intravenoso.

Drenaje

En ciertos casos, puede ser necesario drenar el pus directamente del lugar de la infección.

Por ejemplo, el drenaje puede ser necesario para eliminar el pus de un absceso parafaríngeo en la parte posterior de la boca.

Tratamiento de la sepsis

La sepsis es una afección médica grave que se produce cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a una infección en la sangre. La sepsis no tratada puede conducir a un shock séptico. Con el shock séptico, la presión arterial de una persona desciende peligrosamente, lo que puede provocar un fallo orgánico e incluso la muerte.

Las personas que tienen sepsis necesitarán tratamiento de una unidad de cuidados intensivos. Dicho tratamiento suele incluir antibióticos y líquidos por vía intravenosa.

Pueden ser necesarios otros tratamientos para sostener los órganos del cuerpo y limitar el daño resultante de la infección. Estos tratamientos pueden incluir diálisis o cirugía.