Signos y síntomas de un tumor neuroendocrino pancreático

Tener uno o más de los síntomas que aparecen a continuación no significa que tenga un tumor neuroendocrino pancreático (TNE). De hecho, es más probable que muchos de estos síntomas sean causados por otras enfermedades. Aun así, si tiene alguno de estos síntomas, es importante que lo revise un médico para poder encontrar la causa y tratarla, si es necesario.

Los TNE pancreáticos suelen liberar un exceso de hormonas en el torrente sanguíneo. Diferentes tipos de tumores producen diferentes hormonas, que pueden dar lugar a diferentes síntomas.

Gastrinomas

Estos tumores producen gastrina, una hormona que indica al estómago que debe producir más ácido. Un exceso de gastrina provoca una enfermedad conocida como síndrome de Zollinger-Ellison, en la que el estómago produce demasiado ácido. Esto provoca úlceras estomacales, que pueden causar dolor, náuseas y pérdida de apetito. Las úlceras graves pueden sangrar. Incluso si la hemorragia es leve, puede provocar anemia (muy pocos glóbulos rojos), lo que puede causar síntomas como sensación de cansancio y falta de aliento. Si la hemorragia es más grave, puede hacer que las heces sean negras y alquitranadas. Las hemorragias graves pueden poner en peligro la vida.

Si el ácido del estómago llega al intestino delgado, puede dañar las células del revestimiento intestinal y descomponer las enzimas digestivas antes de que tengan la oportunidad de digerir los alimentos. Esto puede causar diarrea y pérdida de peso.

Glucagonomas

Estos tumores producen glucagón, una hormona que aumenta los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre. La mayoría de los síntomas que puede provocar un glucagonoma son leves y suelen estar causados por otra cosa.

El exceso de glucagón puede elevar el nivel de azúcar en la sangre, lo que a veces conduce a la diabetes. Esto puede causar síntomas como sensación de sed y hambre, y tener que orinar con frecuencia.

Las personas con estos tumores también pueden tener problemas de diarrea, pérdida de peso y desnutrición. Los problemas de nutrición pueden provocar síntomas como irritación de la lengua y de las comisuras de la boca.

El síntoma que lleva a la mayoría de las personas con glucagonomas a su médico es una erupción llamada eritema migratorio necrolítico. Se trata de una erupción roja con hinchazón y ampollas que suele desplazarse de un lugar a otro de la piel.

Insulinomas

Estos tumores producen insulina, que reduce los niveles de glucosa en sangre. Un exceso de insulina provoca un nivel bajo de azúcar en la sangre, que puede causar síntomas como debilidad, confusión, sudoración y taquicardia. Cuando el nivel de azúcar en sangre es muy bajo, puede hacer que la persona se desmaye o incluso entre en coma y tenga convulsiones.

Somatostatinomas

Estos tumores producen somatostatina, que ayuda a regular otras hormonas. Los síntomas de este tipo de tumor pueden incluir dolor de vientre, náuseas, falta de apetito, pérdida de peso, diarrea, síntomas de diabetes (sensación de sed y hambre y necesidad de orinar con frecuencia) e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).

Los primeros síntomas de un somatostatinoma suelen ser leves y suelen estar causados por otras cosas, por lo que estos tumores suelen diagnosticarse en una fase avanzada. A menudo, no se detectan hasta que se extienden al hígado, cuando causan problemas como ictericia y dolor.

VIPomas

Estos tumores producen una sustancia llamada péptido intestinal vasoactivo (VIP). Un exceso de VIP puede provocar problemas de diarrea. Esto puede ser leve al principio, pero empeora con el tiempo. En el momento en que se les diagnostica, la mayoría de las personas tienen una diarrea severa y acuosa.

Otros síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, calambres musculares, sensación de debilidad o cansancio y rubor (enrojecimiento y calor en la cara o el cuello).

Las personas con estos tumores también tienden a tener niveles bajos de ácido en el estómago, lo que puede provocar problemas para digerir los alimentos.

Tumores carcinoides

Estos tumores suelen producir serotonina o su precursor, el 5-HTP. Los tumores carcinoides no suelen causar síntomas hasta que se extienden fuera del páncreas. Cuando estos tumores se extienden, la mayoría de las veces lo hacen al hígado. Allí, las células cancerosas pueden liberar hormonas directamente en la sangre. Esto puede provocar el síndrome carcinoide, cuyos síntomas incluyen rubor (enrojecimiento y calor en la cara o el cuello), diarrea, sibilancias y aceleración del ritmo cardíaco. Estos síntomas suelen producirse en episodios, entre los cuales la persona puede sentirse bien.

A lo largo de mucho tiempo, las sustancias similares a las hormonas liberadas por estos tumores pueden dañar las válvulas del corazón, causando dificultad para respirar, debilidad y un soplo cardíaco (un sonido anormal del corazón).

Tumores neuroendocrinos no funcionales

Estos tumores no producen un exceso de hormonas, por lo que no causan síntomas en las primeras etapas y a menudo crecen bastante antes de ser detectados. La mayoría de ellos comienzan a causar problemas a medida que aumentan de tamaño o se extienden fuera del páncreas. Los síntomas pueden ser como los de los cánceres de páncreas exocrino, incluyendo ictericia (coloración amarilla de los ojos y la piel), dolor de vientre y pérdida de peso. A veces, a medida que el TNE de páncreas crece, puede pasar de producir muy poca cantidad de una hormona (no funcional) a producir demasiada cantidad de una hormona específica (funcional), lo que provoca síntomas.

Síntomas causados por la propagación del cáncer

Cuando los TNE de páncreas se propagan, la mayoría de las veces van al hígado. Esto puede agrandar el hígado, lo que puede causar dolor y pérdida de apetito. También puede afectar a la función hepática, lo que a veces provoca ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos) y análisis de sangre anormales.

Estos cánceres también pueden extenderse a otros órganos y tejidos. Los síntomas dependen de dónde crezca el cáncer. Por ejemplo, el cáncer extendido a los pulmones puede causar dificultad para respirar o tos. La propagación a los huesos puede causar dolor en esas zonas.