Tratamiento del abuso de laxantes

El mito de los laxantes como herramienta para perder peso

Los laxantes no ayudan realmente a perder peso. Los laxantes actúan en el intestino grueso. Cuando los residuos llegan a esa zona del cuerpo, el intestino delgado ya ha absorbido las calorías de los alimentos consumidos. El movimiento intestinal desencadenado por el laxante ni siquiera contiene una gran cantidad de alimentos, grasas o calorías.

Los laxantes pueden, sin embargo, causar una pérdida temporal de agua, electrolitos, minerales y productos de desecho que se encuentran en la parte inferior del intestino. Esto puede hacer que una persona sienta que tiene un estómago más plano o que los números de la báscula se lean un poco más ligeros. Pero en cuanto el individuo bebe agua, el peso regresa.

Cómo funciona la digestión

El proceso digestivo comienza en el momento en que nos llevamos la comida a la boca. La masticación descompone los alimentos para que el cuerpo los procese más fácilmente. En el estómago, los ácidos digestivos y las enzimas procesan aún más los alimentos, antes de vaciarlos en el intestino delgado.

En el intestino delgado, la digestión continúa con la ayuda de las enzimas del páncreas y la bilis del hígado. Es en este punto donde los nutrientes y el agua de los alimentos se absorben a través de las paredes del intestino delgado hacia el torrente sanguíneo.

Desde allí, los productos de desecho pasan al intestino grueso. El recto, en el extremo inferior del intestino grueso, almacena las heces hasta que pueden ser expulsadas por el ano durante una evacuación.

Riesgos asociados al abuso de laxantes

Después de tomar laxantes durante un periodo de tiempo, el cuerpo empieza a depender de la ayuda del laxante para mover los residuos por el cuerpo. Las personas se vuelven psicológica y físicamente dependientes de los laxantes, más rápidamente de lo que muchos creen.

Estreñimiento: Los laxantes se utilizan para tratar el estreñimiento, pero cuando se abusa de ellos, los laxantes pueden realmente causar que el estreñimiento empeore. Los laxantes actúan estimulando artificialmente, o irritando, los nervios del intestino grueso. Esta estimulación hace que los músculos intestinales se contraigan y saquen las heces del cuerpo. Pero cuando se utilizan durante demasiado tiempo o en una cantidad demasiado elevada, los laxantes pueden dañar los nervios.
Mantener el colon vacío también es arriesgado. Cuando se impide que los músculos del colon trabajen como deberían, se debilitan con el tiempo. En conjunto, estos efectos secundarios interfieren con los movimientos intestinales normales. La persona puede llegar a depender de dosis cada vez más altas de un laxante para expulsar las heces.

El estreñimiento se define como tener menos de tres deposiciones a la semana, y/o deposiciones con heces duras, secas y pequeñas. Las personas que han abusado de los laxantes pueden pasar semanas sin defecar. El estreñimiento puede ser extremadamente incómodo. Los síntomas incluyen hinchazón, dolor abdominal y malestar general.

Combinación de estreñimiento, diarrea y gases: El uso de laxantes atrapa los gases en los intestinos, lo que lleva a las personas a sentirse llenas e hinchadas. Esto puede hacer que el usuario de laxantes intente tratar esos síntomas con más laxantes, estableciendo un círculo vicioso. En algunas personas, los frecuentes movimientos intestinales de la diarrea también irritan el recto y el ano, provocando llagas, sangrado o dolor al ir al baño. La diarrea también puede interferir con la participación en el ejercicio u otras actividades sociales debido a la necesidad de correr frecuentemente al baño.

Deshidratación: Los laxantes no ayudan a eliminar calorías, pero sí eliminan agua del cuerpo. Cuando se pierde demasiado líquido en la diarrea causada por el abuso de laxantes, las personas pueden deshidratarse. La deshidratación pone a prueba los órganos y puede ser mortal si no se trata a tiempo. Los síntomas incluyen sed, disminución de la micción, dolor de cabeza, aturdimiento, disminución de la sudoración, sequedad de boca, debilidad y fatiga.

Anomalías electrolíticas: Los electrolitos como el sodio, el potasio y el cloruro se pierden a tasas anormalmente altas en la diarrea. Esto puede provocar debilidad, latidos irregulares del corazón y muerte súbita.

Consecuencias médicas a largo plazo
La dependencia del cuerpo de los laxantes puede provocar complicaciones médicas a largo plazo. Sin tener que trabajar para eliminar los desechos, el cuerpo deja de mover los desechos a través de los intestinos por sí mismo.

Deterioro de la función intestinal: Tras un abuso prolongado de laxantes, los intestinos pierden la función muscular normal y la respuesta nerviosa, y ya no pueden contraerse para evacuar las heces con normalidad. Esto se denomina a veces «colon perezoso», lo que significa que el colon ya no elimina los residuos de forma eficiente. En su lugar, los residuos permanecen en los intestinos durante mucho más tiempo de lo normal. El abuso de laxantes también se asocia con el síndrome del intestino irritable.
Las personas con un pasado de abuso de laxantes pueden pasar semanas sin defecar. Esto puede provocar síntomas físicos desagradables, como calambres e hinchazón, así como síntomas emocionales, como vergüenza, irritabilidad y ansiedad. Los efectos pueden ser reversibles, pero la recuperación puede ser un proceso lento. Los síntomas pueden persistir durante años.

Infecciones: El intestino normalmente está recubierto de una capa protectora de mucosidad, que evita que las paredes del intestino se irriten. Los intestinos también contienen bacterias que son necesarias para el funcionamiento del sistema inmunitario y la salud en general. El abuso de laxantes elimina estas bacterias y el moco protector, dejando los intestinos vulnerables a la infección y la irritación. Algunos estudios sugieren incluso que abusar de los laxantes aumenta el riesgo de cáncer de colon, ya que la idea es que la inflamación prolongada aumenta las probabilidades de que las células se desarrollen de forma anormal durante el proceso de curación.

Prolapso rectal: La diarrea severa crónica causada por el abuso de laxantes puede hacer que el interior de los intestinos sobresalga por el orificio anal. Esta condición suele requerir tratamiento quirúrgico.