Una enfermedad mortal causada por la leche cruda ya ha puesto en alerta máxima a 19 estados de Estados Unidos

Los funcionarios de Estados Unidos han advertido una y otra vez que la leche cruda, sin pasteurizar, puede ser portadora de bacterias peligrosas y potencialmente mortales.

Hoy, sin embargo, parece que esa información está cayendo en saco roto. Los brotes de enfermedades causadas por la leche cruda van en aumento, y una nueva advertencia de los Centros de Control de Enfermedades e Infecciones (CDC) ha puesto ahora a 19 estados en alerta máxima.

A finales de 2018, un residente de Nueva York fue diagnosticado con una enfermedad infecciosa llamada brucelosis después de beber leche cruda de la granja Miller’s Biodiversity en Pensilvania.

Ahora los CDC han confirmado que la leche cruda de esta granja contenía, de hecho, una cepa rara de la bacteria Brucella, RB51, que es resistente a los antibióticos de primera línea y puede ser difícil de diagnosticar dados sus síntomas similares a los de la gripe.

Rastreando la venta de este producto, los investigadores lo han encontrado en más de un tercio de los estados de EEUU, incluyendo California, Connecticut, Florida, Nueva Jersey, Pensilvania y Virginia, poniendo en riesgo a un número desconocido de personas.

Es la tercera vez que la leche cruda provoca brucelosis desde 2017, cuando los CDC tuvieron que advertir al público sobre los riesgos «por segunda vez en tres meses»

Lo triste es que estos brotes son totalmente prevenibles, si tan solo la gente escuchara.

Desde que se descubrió la pasteurización a mediados del siglo XIX, se han salvado vidas. Calentando la leche a una temperatura lo suficientemente alta, podemos matar la Brucella y otros gérmenes causantes de enfermedades que se esconden en la leche cruda, como la tuberculosis bovina y la fiebre tifoidea, que solían cobrarse cientos de miles de vidas en su día.

Hoy en día, la leche que se suele encontrar en el supermercado está pasteurizada para evitar la peligrosa proliferación bacteriana.

Sin embargo, algunas personas están empezando a evitar estos productos. Los defensores de la leche cruda afirman que los productos pasteurizados provocan alergias y contienen menos enzimas y nutrientes saludables que los crudos.

Aún así, hay pocas pruebas científicas que respalden cualquiera de estos argumentos, y la mayoría de los expertos desaconsejan el consumo de productos lácteos crudos.

«La pasteurización de la leche no provoca intolerancia a la lactosa ni reacciones alérgicas», se lee en la página web de la FDA.

«Tanto la leche cruda como la pasteurizada pueden provocar reacciones alérgicas en personas sensibles a las proteínas de la leche. La pasteurización tampoco reduce el valor nutricional de la leche»

Por otro lado, los riesgos de la leche cruda son claros. De todas las enfermedades alimentarias relacionadas con los productos lácteos, la leche y el queso crudos son responsables de nada menos que el 96 por ciento.

Esto significa que los productos lácteos no pasteurizados causan 840 veces más enfermedades y 45 veces más hospitalizaciones que sus homólogos pasteurizados.

No es inaudito que las personas que beben leche cruda contraigan enfermedades raras que, si no se tratan adecuadamente, a veces pueden provocar parálisis, derrames cerebrales, insuficiencia renal e incluso la muerte.

Como resultado, aproximadamente la mitad de los estados de Estados Unidos han prohibido la venta de leche cruda; aunque esta táctica no es infalible, los CDC afirman que a medida que más estados permiten la venta de leche cruda, el número de brotes asociados también ha aumentado.

De 1993 a 2012, la leche cruda fue responsable de 127 brotes de enfermedades, incluyendo casi 2.000 casos individuales y 144 hospitalizaciones. La mayoría de estos casos fueron causados por Brucella, Campylobacter, ciertos tipos de E. coli o Salmonella.

Pero, por desgracia, en los últimos años, estos brotes han empezado a producirse cada vez más. Según los CDC, entre 2007 y 2012, la media de brotes anuales vinculados a la leche cruda fue cuatro veces superior a la de los trece años anteriores.

Un brote especialmente grave en 2010 provocó la hospitalización de 30 personas en Colorado a causa de la leche cruda de cabra. Y justo el verano pasado, una cepa particularmente desagradable de E. coli llamada O157:H7 causó insuficiencia renal en al menos cuatro víctimas en Tennessee.

Y lo que es peor, los niños pequeños son los que corren mayor riesgo. Según los CDC, el 59 por ciento de estos brotes de leche cruda implicaron al menos a un niño menor de cinco años.

De hecho, los niños de entre uno y cuatro años han representado el 38 por ciento de los casos de salmonela y el 28 por ciento de los casos de E. coli vinculados a la leche cruda.

«Estos estudios indican que los brotes de leche cruda siguen amenazando la salud del público», concluyen los CDC.

«Sólo debe consumir leche y productos lácteos pasteurizados. Busque la palabra «pasteurizada» en las etiquetas de los productos»