Cómo funcionan las manchas solares

Las manchas solares nos parecen oscuras porque son más frías que las zonas circundantes de la superficie visible del sol, o fotosfera, que tiene una temperatura de unos 10.000 grados Fahrenheit (5.537,8 grados Celsius). El interior oscuro de una mancha solar, llamado umbra, es unos 1.600 grados más frío que el resto de la superficie solar. Ese interior está rodeado por una zona más grande y clara llamada penumbra, que es unos 500 grados más fría que el resto del sol. Las manchas solares son más frías porque son áreas de intenso magnetismo, tan intenso que inhibe el flujo de gases calientes desde el interior del sol hacia su superficie.

Las manchas solares se producen porque el sol no es un trozo de roca como la Tierra y los planetas interiores, sino una bola de gases calientes en continua circulación que no se mueve en una sola pieza. El interior y el exterior del sol giran por separado; el exterior gira más rápidamente en el ecuador que en los polos norte y sur solares. (En concreto, un punto en el ecuador tarda 25 días terrestres en dar una vuelta, mientras que un punto cercano a uno de los polos tarda 36 días en completar su rotación). Con el tiempo, todo ese movimiento desordenado y desigual retuerce y distorsiona el campo magnético principal del sol de la misma manera que las sábanas de tu cama se arrugan y se amontonan cuando das vueltas en la cama. Los puntos amontonados -en realidad, giros en las líneas del campo magnético- tienen tanta fuerza magnética que empujan hacia atrás los gases calientes que hay debajo e impiden que el calor suba directamente a la superficie. En otras palabras, se convierten en manchas solares. Como las manchas solares son más frías que el resto de la superficie solar, tienen un aspecto más oscuro. Al mismo tiempo, los gases calientes bloqueados por estas manchas solares fluyen hacia las zonas que las rodean, haciendo que esas zonas sean aún más calientes y brillantes de lo normal. Este contraste hace que las manchas solares destaquen aún más.

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Para un observador en la Tierra, las manchas solares parecen moverse porque la propia superficie del sol se está moviendo (aunque no en una sola pieza, como hemos comentado). El sol tarda mucho más en completar su rotación que la Tierra, pero como el sol es 100 veces más grande que nuestro planeta, una mancha solar parece que se mueve cuatro veces más rápido que un punto de la Tierra.

La mancha solar media es tan grande como la Tierra, pero algunas son realmente enormes. Los científicos las miden comparándolas con el área visible del sol (es decir, la mitad del sol que podemos ver desde la Tierra). La mayor mancha solar registrada en el último siglo se produjo en 1947. Cubrió 6.132 millonésimas del área visible del sol, aproximadamente 18 veces la superficie de la Tierra.

En la siguiente sección, analizaremos el ciclo de las manchas solares y sus causas.