PMC

Encontramos una sensación de descontrol de las emociones en la sociedad. Todos los días nos llegan noticias llenas de informes sobre la desintegración del civismo y la seguridad, una avalancha de impulsos mezquinos desbocados. Estos arrebatos de ineptitud emocional, desesperación e imprudencia son una malicia que se extiende y crece hoy en día y su número ha revelado un salto cuántico en la depresión y una marea creciente de agresión.

Todas las emociones en esencia son los impulsos para actuar, los planes instantáneos para manejar la vida, que la evolución ha inculcado en nosotros. La propia raíz de la palabra emoción es motere, la palabra latina que significa ‘moverse’, más el prefijo ‘e’ para connotar ‘alejarse’, lo que sugiere que en toda emoción existe una tendencia a actuar. De este modo, las emociones son la fuente primaria de la energía humana, la aspiración y el impulso, activando nuestros sentimientos más íntimos y el propósito en la vida, y transformándolos en las cosas que pensamos, en los valores por los que vivimos.

La estabilidad emocional ha sido examinada y reconocida como una representación de la personalidad en la mente humana Sin embargo, no importa el enfoque de la descripción del lenguaje natural basado en la hipótesis léxica o las observaciones clínicas son inductivas, estos enfoques son cortos de marco teórico sobre la estabilidad emocional para explicar su naturaleza y construcción. Mientras tanto, la validez de criterio de las mediciones existentes de la estabilidad emocional con respecto a la predicción del comportamiento ha sido cuestionada por los teóricos de los rasgos.

Li desarrolló un constructo de estabilidad emocional basado en la teoría de la autoorganización. Bajo el paradigma de la teoría autoorganizativa, la estabilidad emocional se define como una propiedad para etiquetar si un sistema emocional complejo puede o no mantener su equilibrio de forma automática y eficiente. Desde la metodología de la autoorganización se propuso que tuviera dos dimensiones: el umbral de respuesta emocional y la recuperación emocional.

El umbral representa la sensibilidad de la respuesta emocional, es decir, si el individuo experimenta o no emociones caóticas (por ejemplo, malestar, ansiedad, pánico) con facilidad. Desde la perspectiva del aspecto evolutivo, el afecto es un indicador que atrae las intenciones sobre la adaptabilidad de los comportamientos. Las emociones caóticas, como el malestar, la ansiedad y el pánico, pueden representar que uno no puede adaptarse o soportar el evento que despertó la emoción caótica. El umbral determinará si un sistema emocional es fácil de desordenar. Se utilizaron cuatro ítems para medir el umbral de respuesta emocional, tales como: «¿Se altera fácilmente?», y «¿Es usted fácilmente propenso a la ansiedad, al pánico?»

El tiempo de recuperación describe si una persona puede recuperarse de varias emociones negativas rápidamente. El tiempo necesario para la recuperación emocional está relacionado con la resiliencia psicológica. La recuperación emocional de las emociones negativas se denomina resiliencia psicológica y se define como caracterizada por una «adaptación flexible a las demandas cambiantes de las experiencias estresantes». El tiempo de recuperación como indicador puede demostrar la eficacia colaborativa del sistema emocional.

Thorndike y Hagen consideran que la estabilidad emocional de una persona se caracteriza por la uniformidad de los estados de ánimo, la intención, los intereses, el optimismo, la alegría, la compostura, la sensación de gozar de buena salud, la ausencia de sentimientos de culpa, preocupación o soledad, la ausencia de ensoñaciones, la ausencia de perseveración de ideas y estados de ánimo.

Smithson ha considerado la estabilidad emocional como un concepto psicológico no cognitivo de múltiples rasgos. Define la estabilidad emocional como «un proceso en el que la personalidad se esfuerza continuamente por conseguir una mayor sensación de salud emocional tanto intrapsíquica como intrapersonal. La estabilidad emocional permite a la persona desarrollar una forma integrada y equilibrada de percibir los problemas de la vida. Esta capacidad de organización y percepción estructurada le ayuda a uno a desarrollar una capacidad de pensamiento, juicio y evaluación orientada a la realidad. Uno desarrolla sentimientos, percepciones y actitudes que ayudan a comprender las realidades de la vida y las condiciones y circunstancias que crean situaciones miserables en la vida. La inestabilidad emocional o la inmadurez indican que el individuo no ha desarrollado el grado de independencia o autoconfianza que se observa en un adulto normal, con el consiguiente uso de patrones de ajuste inmaduros y la incapacidad de mantener el equilibrio en situaciones de estrés, a diferencia de la mayoría de los individuos que no tienen estos rasgos negativos. Los individuos emocionalmente perturbados o inestables representan la falta de capacidad para deshacerse de los problemas y la irritabilidad, necesitando ayuda constante para realizar las tareas cotidianas. También muestran vulnerabilidad y terquedad, buscando al mismo tiempo la simpatía. Son personas engreídas, pendencieras, infantiles, egocéntricas y exigentes.

En vista de la importancia de la estabilidad emocional en esta época de industrialización, competencia, estrés y tensión: y teniendo en cuenta el concepto de estabilidad emocional tal y como se define en la literatura citada anteriormente el presente estudio se llevó a cabo para desarrollar y estandarizar una escala para medir la estabilidad emocional.