LA TIERRA, UN SISTEMA ABIERTO*: El uso de la energía solar
Se ha tendido demasiado a considerar la tierra como un sistema cerrado que vive en estado de autarquía con sus recursos no renovables, cuando es un sistema abierto que se nutre de la enorme cantidad de energía que le envía el sol. El hombre, en particular, y los seres vivos, en general, son máquinas químicas autoprogramadas, autofabricadas, automantenidas y autodegradables, que funcionan directa o indirectamente con la ayuda de la energía solar. En este capítulo se destacan las diversas aplicaciones de la energía solar, como la energía térmica a baja temperatura, la fotosíntesis, la concentración óptica y las centrales solares en el espacio. El uso de la energía solar viene despertando interés desde el comienzo de la era industrial. La actual crisis energética ha vuelto a centrar la atención mundial en las posibilidades de esta fuente de energía limpia. Algunos usos futuros podrían ser el calentamiento del agua doméstica, la calefacción y la climatización de edificios, la mejora de la fotosíntesis y el aprovechamiento de la materia rechazada (gas de estiércol). Las centrales solares, ya sean terrestres o espaciales, podrían combinarse con otras fuentes de energía: el reactor reproductor, la energía geotérmica y la fisión nuclear.