¿Un pescado, demasiado pescado, cuánto pescado?
Querido lector,
¡Esta es una pregunta sencilla para la que no hay una respuesta sencilla! La frecuencia con la que debe comer pescado depende de una serie de factores, incluyendo sus preocupaciones específicas de salud, el tipo de pescado que le gusta comer, cuánto pesa, si está embarazada o amamantando, y la cantidad de pescado que come por sesión. Además de ser bastante sabroso, el pescado puede tener muchos beneficios nutricionales, como ser bajo en colesterol, ser una buena fuente de proteínas y estar repleto de ácidos grasos Omega-3. La Asociación Americana del Corazón recomienda incluso comer una variedad de pescado, preferentemente pescado azul (por ejemplo, salmón, atún, arenque, etc.), al menos dos veces por semana.
La mayoría de las personas pueden comer pescado sin preocuparse, pero las mujeres embarazadas y lactantes y los niños pequeños deben tener más cuidado. Casi todos los pescados y mariscos contienen trazas de metilmercurio, un tipo de mercurio que puede ser perjudicial para las mujeres embarazadas y los niños pequeños. El mercurio está presente tanto en el agua dulce como en los océanos de todo el mundo como resultado de la contaminación industrial. Por lo general, los peces más viejos, los más grandes y los que se alimentan de otros peces son los que más mercurio han acumulado, por lo que los niveles de mercurio varían mucho. Hay tres factores principales que hay que controlar si se intenta reducir el consumo de mercurio. Estos incluyen el tipo de pescado, la frecuencia con la que lo comes y la cantidad que comes por comida.
Algunas buenas pautas generales para el consumo de pescado:
- Come pescado que sea más bajo en mercurio. Entre ellos se encuentran las anchoas, las almejas, las ostras, el arenque, la tilapia, la pescadilla, las gambas, las sardinas, el salmón (en algunos casos) y algunos otros.
- Come menos pescado con mayor contenido de mercurio. Estos incluyen el atún (especialmente los filetes y el sushi), la lubina chilena, los tiburones, el pez espada, la anguila, el fletán y el reloj anaranjado.
- Come una variedad de pescado. Como alternativa a eliminar por completo el pescado con alto contenido de mercurio de su dieta, el simple hecho de comer variado hará más probable que parte del pescado que consuma sea de la variedad con menor contenido de mercurio.
- Comer porciones de pescado más pequeñas (o menos). Comer pescado con menos frecuencia y en menor cantidad ayudará a mantener los niveles de mercurio bajo control.
Para obtener un cálculo más preciso de la frecuencia con la que se debe comer pescado, consulte el documento del Consejo Nacional de Defensa de los Recursos (National Resources Defense Council) Mercury Contamination in Fish – Consumer Guide to Mercury in Fish. Otros recursos útiles son el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York – Mercurio y Pescado, la Agencia de Protección Ambiental.
Si todavía le preocupa la cantidad de pescado que debe incluir en su dieta y si hay alguna restricción basada en sus necesidades individuales de salud, debe concertar una cita con su proveedor de atención primaria o con un dietista registrado para discutirlo.
¡Bon appétit!